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Financiación colectiva

El crowdlending se acelera como alternativa al crédito bancario

Las últimas ocho empresas de financiación colectiva autorizadas son de crowdlending Arboribus es la última de ellas y espera conceder más de 30 millones de euros en préstamos en 2017

La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha acelerado la tramitación de autorizaciones de plataformas de financiación participativa (PFP). Un total de ocho empresas han recibido el permiso que las permite continuar su actividad a la espera del registro final. El próximo año, la cifra de plataformas registradas en la CNMV, actualmente cuatro, se multiplicará por tres.

La financiación colectiva como alternativa a los créditos bancarios se ha asentado en el último año bajo el paraguas de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, institución encargada de supervisar estas plataformas.

Una única plataforma de crowdfunding

De las cuatro PFP que se encuentran en el registro de la CNMV, la Bolsa Social, es la única con un modelo de crowdfunding. Como avisan desde esta plataforma, la participación en este tipo de PFP convierte al inversor en un socio de la empresa y este asume que la inversión no se encuentra garantizada. Por lo tanto, la recomendación básica de esta plataforma es “no inviertas dinero que no puedas perder” debido al rendimiento incierto, la falta de liquidez, los dividendos no asegurados, la dilución de participación y la supervisión limitada.

Del fenómeno del crowdfunding, nacido en Internet, se ha desarrollado la variedad del crowdlending, que ofrece plataforma de préstamos para pymes y microempresas. La principal diferencia entre ambos modelos de financiación es el fin que busca alcanzar. Si el crowdfunding se centra en nuevos proyectos, start-ups o empresas con una alta potencialidad de crecimiento, que van acompañadas de un alto riesgo de inversión. El crowdlending, en cambio, es un modelo en el que el beneficiario del préstamo, una empresa con años de actividad, devuelve lo recibido a los inversores-prestamistas con un interés y en un plazo acordado de ante mano.

El mes pasado, ocho plataformas de crowdlending recibieron la autorización de la CNMV. De no haber recibido la licencia antes de agosto, hubieran tenido que dejar de operar en 15 meses.

Arboribus ha sido la última plataforma de crowdlending en recibir la autorización in extremis. Un paso imprescindible que, tal y como explica Josep Nebot, cofundador de la empresa, es “poder decir que nuestra plataforma esta supervisada por una entidad pública tan estricta como la CNMV” algo que “da muchísima confianza a los inversores”.

El mismo día en el que la plataforma anunciaba haber obtenido la licencia de la comisión, publicaba la captación de 1,3 millones de euros en una nueva ronda de inversión en la que entraron el fondo de capital riesgo Ona Capital SCR y Corporación Empresarial EMESA, la primera factura más de 1.000 millones y la segunda, gestiona más de 400 millones en activos.

Como explica Nebot, el avanzar en el proceso de autorización ha hecho que inversores cada vez más potentes se interesen por esta PFP fundada en Barcelona, algo que ayudará a cumplir los objetivos de la compañía que actualmente ha concedido casi 8 millones de euros en préstamos: llegar a los diez millones de este año y “el año que viene superar los 30 millones”, confiesa el cofundador de Arboribus.

Pero al margen de las positivas noticias de la plataforma catalana, las autorizaciones tramitadas por la CNMV y el interés despertado en inversores fuertes “puede provocar una aceleración en el proceso de consolidación de esta alternativa de inversión, que a la vez es una opción de financiación”, advierte Nebot.

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