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Tribuna
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10 claves de éxito para digitalizar la empresa

La digitalización vuelve a poner el acento en las personas y la gestión del talento como ventaja competitiva

La digitalización es el tema de moda en management por el profundo impacto que tiene en los modelos de negocio de los distintos sectores y en la manera de gestionar las personas. Diversas encuestas indican que la digitalización es ya uno de los principales interrogantes de los directivos dado que es un asunto nuevo, complejo y que cuestiona paradigmas claves de gestión. Hay 10 claves que pueden ayudar a poder afrontar este reto con éxito.

-La clave de la digitalización no es la tecnología sino las personas y la transformación de los modelos de negocio. Esto es algo no evidente que ya lo han asumido las compañías líderes en el mundo digital de los distintos sectores (incluidos los más industriales). Debe ser, por tanto, un proceso de evolución de la cultura organizativa con involucración de toda la organización y donde el CEO y recursos humanos deben jugar un rol clave.

-Es un proceso de transformación que exige foco y resiliencia. Hay que repensar lo aprendido (transformar puestos tradicionales para adaptarlos al nuevo entorno) y aprender (crear posiciones relacionadas con nuevas áreas de conocimiento: big data, redes sociales, ecommerce, robótica, inteligencia artificial...). En este proceso de desarrollo profesional habrá que combinar sabiamente dosis de reto y apoyo a los empleados: fomentar la necesaria evolución desde zona de confort y acompañar a los equipos para lograr una actitud positiva y abierta a lo nuevo.

-Es clave generar sensación de urgencia. Según Pierre Naterme, CEO de Accenture, la digitalización es la principal razón de fracaso del 50% de las compañías del Fortune 500 desde el año 2000. Es evidente que es un asunto crítico y a abordar con rapidez: no adaptarse al mundo digital puede ser un suicidio profesional y empresarial en numerosos casos.

"No adaptarse al mundo digital puede ser un suicidio profesional y empresarial en numerosos casos"

-La esponsorización de la alta dirección es fundamental como en cualquier proyecto estratégico de transformación, pero debe complementarse con un enfoque de abajo-arriba. La involucración de managers y empleados es clave para asegurar comprensión, apoyo y adherencia a largo plazo de la organización con el cambio.

-Optimismo digital. Como indica Nacho de Pinedo, CEO de ISDI, las organizaciones deben ser conscientes de los riesgos, pero deben afrontar este proceso en positivo. Esto las permitirá detectar oportunidades de negocio más rápido que sus competidores (no solo los tradicionales sino también los nuevos jugadores provenientes de otras industrias).

-El compromiso laboral sigue siendo uno de los factores clave de éxito en este nuevo contexto. El reto es lograrlo a dos niveles: de los empleados para mantener cohesión, productividad, compartir ideas y reinventarse asumiendo con valentía las dificultades del proceso y de los clientes para convertirlos en presciptores (por ejemplo, influencers en las redes). Esto potenciará la marca en un mundo hiperconectado y donde la reputación es frágil, se gana cada día y está siempre en el punto de mira (especialmente en internet).

-La marca laboral tradicional (employer branding) también está en cuestión. Ser atractivo para el talento digital suele implicar cambios en la tradicional propuesta de valor del empleado. Ganan peso elementos como la flexibilidad, conciliación, mayor participación en la estrategia, desarrollo acelerado o nuevas formas de compensación total. Y hay que estar también abiertos a las nuevas formas de colaboración profesional de estos colectivos (por ejemplo, los millenials) que van más allá del contrato laboral clásico.

-La agilidad e innovación son críticas, tanto en las tomas de decisión como en la capacidad de aprender y adaptarse rápidamente que tengan nuestros equipos en un contexto de gran incertidumbre y donde el futuro es desconocido. Hay probar. Inevitablemente habrá equivocaciones (a ser posible que sean rápidas y baratas). La tecnología hay que percibirla como un verdadero pilar del negocio y más allá de su componente técnico.

-Implantar una estrategia multicanal no es ser digital si no se acompaña de una mentalidad digital en la gestión de los procesos clave, clientes y equipos. Es necesaria una gestión más bidireccional y de escucha activa hacia todos los stakeholders y las múltiples generaciones. Esto requiere además una mayor transparencia sobre asuntos clave como la estrategia, productos/servicios, estilos de gestión, políticas de RSC o de gestión de personas.

-El éxito en la digitalización solo se logrará con la involucración y una visión compartida de toda la plantilla. Habrá un alto riesgo de fracaso si este nuevo enfoque de gestión se visualiza solo como un proyecto con fecha de caducidad y liderado solo por la dirección general o por un departamento concreto (típicamente marketing, digital o tecnología).

En conclusión, en el contexto socioeconómico actual, los modelos de éxito del pasado no garantizan la supervivencia futura. La revolución digital tendrá luces y sombras, ganadores y perdedores, al igual que en las pasadas revoluciones industriales. Los que se posicionarán mejor no serán los más fuertes sino los más ágiles y los que arriesguen cuando sea necesario. La buena noticia es que, en un mundo tan tecnológico como el actual, la digitalización vuelve a poner el acento en las personas y la gestión del talento como la gran ventaja competitiva sostenible. Y esto es positivo porque genera más competencia en beneficio de los clientes y desafía constructivamente el status quo tradicional de los distintos sectores económicos al facilitar en muchos sectores la entrada de nuevos jugadores.

David Reyero es HR business partner & strategic projects en Sanofi. Juncal Garrido es executive director en Russell Reynolds.

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