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La UE, del revés

Europa: 50 años de integración más 10 de crisis

La UE celebra en Roma el 25 de marzo su 60 aniversario, marcado por el 'brexit' El éxito del club se frenó en 2007, con una década de crisis políticas y económicas

Imagen de una manifestación pro europea en Berlín.
Imagen de una manifestación pro europea en Berlín.FILIP SINGER / Efe

Europa está de cumpleaños. La UE celebrará este sábado, 25 de marzo, su 60 aniversario con una solemne pero recatada ceremonia en el Campidoglio de Roma. El acto, de apenas dos horas, estará marcado inevitablemente por la ausencia del Reino Unido, el primer país que ha decidido romper con el club.

Los 27 líderes restantes suscribirán una tímida Declaración sobre la Europa que desean para los próximos 10 años, conscientes de que, en estos momentos, la prioridad de la Unión no es tanto dar un salto adelante como sobrevivir.

Mientras los jefes de Gobierno, incluido el español Mariano Rajoy, posan para la posterioridad y escuchan el himno de la alegría, una “marcha por Europa”, convocada por organizaciones de todo el continente (en España, por el Movimiento Europeo) recorrerá las calles de la capital italiana reclamando “una respuesta ambiciosa” a los problemas de la Europa de hoy.

Declaración de Roma

La respuesta a las inquietudes de la opinión pública será la Declaración de Roma, una versión actualizada de la aprobada hace 10 años en Berlín con motivo del 50 aniversario. La Declaración de Roma, según su borrador, apuesta por una Europa más segura, tras dos años marcados por gravísimos atentados yihadistas; por un control “humanitario pero efectivo” de los flujos migratorios; y por una economía social, tras una crisis que ha aumentado la precariedad laboral, la exclusión social y el número de trabajadores pobres.

Fin de fiesta

Los fastos de 2007 en Berlín fueron organizados por Angela Merkel, una canciller que saboreaba su llegada al poder (dos años antes), y pensados para una Europa ajena a la tormenta bancaria en ciernes. La anodina Declaración suscrita entonces cayó rápidamente en el olvido. Y fue arrastrada enseguida por un vendaval financiero que ha hundido a la UE en la mayor crisis existencial de su historia. La Unión,además, ha dejado de ser sinónimo de convergencia. “De hecho, hay evidencias de divergencia entre los 12 países que adoptaron el euro”, ha reconocido el BCE. El descuelgue es evidente para Grecia, Italia y, en menor medida, para España y Portugal.

Los invitados de Roma son conscientes de que, esta vez, el horno no está para demasiados artificios retóricos. “La UE afronta hoy uno de los momentos más difíciles de su historia y muchos de nuestros ciudadanos piensan que Europa ha descarrilado”, reconocía el viernes en Roma el presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, en uno de los primeros actos del 60 aniversario.

Milagrosa supervivencia

El 24 de marzo, víspera del cumpleaños, los líderes europeos se reunirán en el Vaticano con el Papa Francisco, quién más de una vez les ha pedido que recuperen el antiguo espíritu europeo de solidaridad e integración, perdido tras una serie de crisis en la que cada país ha tenido que apechugar con sus propias dificultades, fuera el paro (España), la deuda (Grecia) o la llegada masiva de refugiados(Alemania). A pesar de esta década de tropiezos, “el mayor experimento político del siglo XX”, como definió Barack Obama a la UE, puede mirar con orgullo su historia.

Ejemplo mundial

Europa es como un árbol, crece cada día pero no se ve”, señaló el viernes en Roma, Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo. Y aunque sus dificultades actuales empañarán en parte los actos del 25 de marzo, el club europeo puede reivindicar su título de líder mundial en la creación de un marco supranacional basado en la democracia y los derechos humanos.

En el resto del mundo, los esfuerzos de integración han sido mucho menos ambiciosos, menos exitosos y, a veces, mucho menos respetuosos con los derechos de sus ciudadanos.

La Unión Soviética, liderada por Rusia, se hundió en 1991. En Latinoamérica o Asia, los procesos de cooperación regional apenas han avanzado. Y en Norteamérica, EE UU, Canadá y México crearon un área de libre comercio en 199, pero incluso esa pequeña integración está en peligro tras la elección de Donald Trump como presidente estadounidense.

La UE, en cambio, ha integrado a 28 países, ha suprimido fronteras y dispone de una moneda común que es la segunda divisa del planeta, después del dólar. El club ha contribuido a la pacificación de un continente tan sangriento como el europeo. “Y en 1957, cuando se firmó el Tratado de Roma, sólo 12 países en Europa eran democráticos”, recuerda la Comisión Europea, presidida por Jean-Claude Juncker.

Nueva europa

La última respuesta a la crisis de identidad de la UE, lanzada por Berlín, es la segregación el club en grupos concéntricos, para que cada país decida en qué políticas avanzar en la integración. Merkel espera que la cumbre de Roma este sábado sea el punto de partida de esa nueva Europa, en la que los socios más euroescépticos, como Polonia, Hungría u Holanda, no impidan al resto seguir adelante. El problema es que la supuesta vanguardia no sabe todavía hacia dónde ir. Y hasta que no se recupere un objetivo común, como el que inspiró la creación de la Comunidad Económica Europea en 1957, de poco servirá separarse o echar lastre.

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