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Tecnología

Las cinco tendencias que revolucionarán el ‘ecommerce’

El canal digital busca una nueva vuelta de rosca aplicando las últimas tecnologías

Thinkstock
CINCO DÍAS

El comercio digital movió 1,8 billones de euros en 2017 y prevé superar los cuatro billones para 2020, según datos de Emarketer.com. Este nuevo canal de ventas ha democratizado el mercado, en tanto que cualquiera puede montar un negocio online, y ha disparado el número de clientes potenciales al borrar las fronteras. Esa es una cara del ecommerce: la otra es que ha introducido una competencia brutal, haciendo que solo los más innovadores consigan destacar.

El Instituto de Economía Digital (Icemd) de ESIC y la consultora Coolhunting Group presentaron ayer un informe que describe las cinco grandes tendencias que moldearán el canal digital en los próximos años.

Una nueva era para la logística

La eficiencia de los grandes portales de distribución online descansa en la automatización de procesos. Los centros logísticos de Amazon, por ejemplo, son un ir y venir de distintos robots que transportan paquetes o montañas de ellos de forma perfectamente coordinada.

En el campo de las entregas, el reparto con drones no tardará. El gigante japonés de la distribución Rakuten ya ha lanzado su propio sistema, y UPS ha probado unos drones que despegan desde los camiones para ayudar a los repartidores en las zonas rurales, ahorrando así combustible y tiempo. Microsoft Ventures lideró una ronda de financiación de 25 millones de euros para AirMap, una plataforma para el control, la seguridad y la gestión del espacio aéreo de los drones. La apuesta del reparto volador va en serio.

La primera de ellas tiene que ver con la rapidez y la conveniencia de compra. “Nos gustan los servicios cómodos, los pagos rápidos, las ofertas superpersonalizadas y las entregas casi inmediatas”, ilustró Enrique Benayas, director del Icemd, durante la presentación del estudio. Si en las tiendas y centros comerciales estamos dispuestos a hacer colas y que no nos atiendan de forma excelente, cuando compramos por internet somos más exigentes que nunca.

IBM y Visa, ilustró Benayas, trabajan en un sistema que hará que cada dispositivo conectado a la red –llegará el día que lo estén todos– sea un punto de pago. Acercando el móvil, por ejemplo, a la nevera podríamos comprar algo de comer que nos será enviado a casa. Jaguar y Shell se han aliado para poder pagar desde el coche el carburante. Y en Amazon Go, el nuevo supermercado del gigante estadounidense, no hay cajas registradoras: se pasa el móvil por un lector a la entrada y se lleva uno lo que quiera, que es detectado y cobrado automáticamente a la cuenta personal del cliente.

El consumidor quiere comprar desde cualquier lugar y de la forma más sencilla posible. La consultora Gartner estima que para 2020 el 30% de las sesiones de internet se harán sin tocar la pantalla del dispositivo. “Alexa, de Amazon, y Google Home ya permiten hacer la compra o consultar internet hablándole al dispositivo. Lo más impresionante es que son capaces de entender los contextos”, indicó Benayas. El llamado voice shopping crece al veloz paso de la inteligencia artificial, que ya permite que la interfaz interactúe con el usuario y comprenda conceptos abstractos, como buscar modelos “más anchos, más sencillos o de color más oscuro” que el mostrado.

En las grandes plataformas asiáticas, como Aliplay o Wechat, se puede obtener de todo: desde unos billetes de tren hasta comida o reservar un coche de Uber. Los portales aspiran a ser como los centros comerciales: el lugar al que ir se quiera lo que se quiera. “En marketing sabemos que quien tiene la relación con el cliente tiene el negocio. Amazon perdió dinero durante años hasta que consiguió una gran masa de usuarios, que pueden comprar cualquier cosa allí. Al final, Amazon es una marca de confianza”, resaltó Benayas.

El crecimiento exponencial en la generación de datos y la cada vez mayor potencia de análisis dan sus frutos. El llamado deep learning implica que los sistemas ya pueden aprender por sí mismos. Una de las aplicaciones comerciales de ello es el visual searching, o búsquedas por imagen: fotografiar un objeto puede ser suficiente para que el dispositivo lo reconozca y ofrezca la opción de compra.

Incluso pulsando sobre un vestido que veamos mientras navegamos por internet se puede activar una aplicación similar. Y lo mismo pasará pronto con los vídeos. “Instagram planea incorporar compras online y Pinterest tiene su aplicación Shop de Look para hacerlo. Esto está empezando”, aseguró Benayas.

Para 2020, los ingresos relacionados con estas dos tecnologías superarán los 115.000 millones de euros, según DigiCapital. Las empresas ya están dando pasos en esa dirección: Google, Facebook y Sony lanzaron el año pasado sus plataformas de realidad virtual y Amazon prepara su desembarco. eBay usa esa tecnología para ofrecer sus catálogos en forma de árboles temáticos desplegables. Ikea usa la realidad aumentada para ver cómo quedan los muebles en casa, y la plataforma de venta de coches de segunda mano Vroom permite ver o incluso probar virtualmente sus vehículos desde el salón. No hay marcha atrás.

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