La evolución del negocio hotelero dispara un 180% el beneficio de Meliá

La evolución positiva de la industria turística en general, y de España, en particular, ha tenido reflejo en las cuentas del grupo hotelero Meliá. La cadena hotelera registró una facturación de 1.805,5 millones de euros en en 2016, un 3,9% más que un año antes. Un incremento que está justificado por la mejora del negocio, gracias a un incremento del precio medio por habitación disponible (revpar) del 14%, justificado en un 80% por el incremento de la tarifa.

Meliá redujo su beneficio bruto de explotación un 2,6%, hasta 285,6 millones, si bien si se excluye la rotación de activos el ebitda habría crecido un 14%, hasta 279,5 millones. El grupo disparó un 180% su beneficio neto atribuible, hasta los 100,7 millones de euros, frente a los 36 anotados en el ejercicio previo, cuando su resultado se vio afectado por provisiones y el deterioro del valor de un activo en Puerto Rico, que tuvo un impacto de 67 millones en su beneficio antes de impuestos.

La deuda neta de Meliá se redujo en 226 millones, hasta situarse en 542 millones gracias a la amortización del bono convertible y a la evolución del flujo de caja. Con ello, situó la ratio de deuda financiera neta respecto al ebitda en su nivel histórico más bajo, 1,9 veces, y dejándole por debajo de la banda fijada por la empresa (entre 2,5 y 3 veces).

La compañía explicó ayer que los ingresos medios por habitación disponible lograron superar los niveles registrados en el año 2007 en todas las divisiones y que mantiene un “amplio recorrido para los próximos años”. La división de Mediterráneo (con Canarias y Baleares) registró una alza del del revpar del 42,8%.

En 2016, Meliá abrió 17 nuevos hoteles, una expansión que prevé continuar este año con 23 aperturas. Para 2017, prevé incrementar el revpar en un dígito medio o alto y potenciar sus resultados tanto en resorts como en hoteles urbanos de ciudades con un componente turístico elevado.