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El Foco
Tribuna
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Expectativas y retos para China en 2017

Esta cumbre de Davos se recordará por la defensa de Xi de la globalización, la apertura económica y el libre comercio

Thinkstock
CINCO DÍAS

China regresa a la normalidad tras las bulliciosas celebraciones que acompañan la llegada del Año Nuevo chino, prolongadas durante dos semanas hasta el Festival de los Faroles. El 28 de enero de 2017, China celebraba el inicio del Año del Gallo de Fuego, que se extenderá hasta el 15 de febrero de 2018. En este año, el país asiático se enfrenta a numerosos retos en materia de comercio, economía, diplomacia, medioambiente, política y reformas.

La celebración del 19 Congreso Nacional del Partido Comunista Chino previsto para el cuarto trimestre de 2017 en Pekín supondrá una remodelación importante del comité central del partido y desvelará previsiblemente los nombres de los posibles sucesores del presidente Xi Jinping (63 años). De los 25 miembros de la élite del politburó, 11 estarían ya en edad de jubilación (69 años podría ser la edad límite aunque no hay dato oficial, todo es revisable si las circunstancias lo exigen). Veremos qué ocurre en otoño.

Las previsiones sugieren que el crecimiento económico de China podría desacelerarse, pasando del 6,9% (2015) y el 6,7% (2016) al 6,5% (2017). La producción industrial también podría caer al 5,9% este año (6,1% en 2016). En cuando a la moneda china, en 2016 el yuan (renminbi) sufrió la mayor caída frente al dólar americano desde 1994, un 7%. No podemos olvidar que en agosto de 2015 el yuan ya había sufrido una devaluación. La debilidad de la moneda china y la salida continuada de capital del país erosionan las reservas de divisas. La deuda total china es otra preocupación para el Gobierno, puesto que esta creció un 465% en la última década y pasó de ser un 160% del PIB en 2015 a un 247% en 2016, según Bloomberg Intelligence.

El presidente chino Xi Jinping afronta unos meses donde se adoptarán decisiones y políticas con repercusiones importantes para el futuro del país. Y dentro de estos retos está, cómo no, la relación con Estados Unidos bajo el mandato del presidente número 45, Donald J. Trump, que juró su cargo el pasado 20 de enero.

"Las previsiones sugieren que su crecimiento económico podría desacelerar y la producción industrial, caer"

A la reunión anual del Foro Económico Internacional en Davos (Suiza), celebrada durante los días 17 a 20 de enero, el presidente chino Xi Jinping acudió acompañado de una amplia delegación que incluía destacados empresarios chinos, entre ellos, Wang Jianlin (presidente de Dalian Wanda y hombre más rico de China según la lista de Forbes 2016) y Jack Ma (fundador de Alibaba). Esta cumbre –la primera vez que un presidente chino asiste a ella– se recordará, entre otras razones, por la sorprendente defensa que el presidente Xi realizó de la globalización, la apertura económica y el libre comercio frente a la visión proteccionista del nuevo presidente norteamericano (sin mencionar directamente el nombre de Trump, claro). En su discurso, Xi Jinping afirmó que “muchos de los problemas del mundo no se deben a la globalización económica”, si bien reconoció que es “un arma de doble filo” y “no habrá ganadores en una guerra comercial”. También señaló que “guste o no, la economía global es el gran océano del que no puedes escapar”.

Las relaciones diplomáticas, sin duda, serán una de las cuestiones que más dolores de cabeza podrían causar a China, especialmente tras la llegada del nuevo inquilino de la Casa Blanca. Este ya se ha encargado de cuestionar la política monetaria china y la propia política estadounidense sobre el tema Taiwán. No olvidemos la poco ortodoxa llamada telefónica de Trump a la presidenta de Taiwan Tsai Ing-wen en diciembre de 2016, la primera llamada entre líderes de EE UU y Taiwán desde 1979. Sin embargo, a principios de febrero los dos presidentes mantuvieron una larga conversación telefónica donde el presidente Trump se comprometió a respetar la política de una China. Estas dos grandes potencias en la economía globalizada se enfrentan a numerosos retos dentro y fuera de sus fronteras, con sus consecuencias para las demás naciones. Los mandatarios de ambos países deberán calibrar bien sus próximos pasos si quieren contribuir a la estabilidad internacional. ¿Lo lograrán?

Pero no solo Donald Trump proporcionará extenuantes jornadas de trabajo a los diplomáticos chinos. Las relaciones con países vecinos como India y Mongolia también requieren atención continua. El primer ministro indio Narendra Modi y el presidente Xi Jinping se han reunido en varias ocasiones desde que el primero llegara a su cargo hace casi tres años. El apoyo chino a Pakistán en el Corredor Económico Pakistán-China (Cepec) –la disputa de Cachemira de fondo– preocupa a India y ahora plantea la conveniencia de formar parte de este corredor si esto contribuye a la estabilidad de la región a través del desarrollo económico. Por otro lado, en junio de 2016 se firmó el Corredor China-Mongolia-Rusia, una gran oportunidad para la recuperación económica y la estabilidad a largo plazo de Mongolia, un país con fuerte influencia soviética hasta su transformación a una economía de mercado a principios de los noventa. Sin embargo, en noviembre de 2016, la visita del dalái lama a Ulán Bator, la capital del país, para asistir a un encuentro sobre budismo, ha hecho que las negociaciones sobre un importante préstamo chino a Mongolia se ralenticen. Las aparentes disculpas del Gobierno a través del ministro de Asuntos Exteriores, Tsend Munkh-Orgil, por permitir la visita del dalái lama no tardaron en llegar, China es un socio estratégico. Este hecho resulta irónico pues no podemos olvidar que más del 50% de la población es budista y el propio término dalái tiene un estrecho vínculo con Mongolia (significa océano).

"Trump ya ha cuestionado la política monetaria china y la estadounidense sobre el ‘tema Taiwán"

Sin duda estamos ante un año lleno de fuertes tensiones internas y externas donde los líderes chinos deberán calibrar muy bien sus respuestas si quieren continuar su senda económica y contribuir a la estabilidad nacional e internacional. Seguiremos con atención los pasos de los presidentes Xi Jinping y Donald J. Trump en el Año del Gallo de Fuego.

Patricia Ordóñezde Pablos es profesora de la Universidad de Oviedo y directora de International Journal of Asian Business and Information Management.

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