2016: De la fiebre del Pokémon Go al fiasco del Galaxy Note 7

Este año no ha defraudado. Propuestas como la tienda física de Amazon sin cajeros, el reparto de paquetes con drones y robots en algunas ciudades, el éxito del Pokemon Go o el impulso que se ha dado al coche autónomo muestran la relevancia de los avances tecnológicos. Pero no todo han sido buenas noticias. Las baterías del Note 7 salieron ardiendo, las redes sociales se inundaron de noticias falsas y un coche sin conductor causó la muerte de una persona.

El Note 7, en llamas

Samsung cierra un año desastroso. La compañía ha protagonizado uno de los mayores fiascos tecnológicos de los últimos años: su aclamado móvil Galaxy Note 7 explotaba y salía ardiendo supuestamente por un problema en su batería. Las aerolíneas de todo el mundo prohibieron su uso dentro de los aviones, y el fabricante surcoreano se vio obligado a retirar el flamante dispositivo del mercado y cancelar su producción, lo que le ha supuesto unas pérdidas de hasta 4.900 millones. Un fiasco que aún le pasará factura en 2017, no solo en sus cuentas sino en su calendario de lanzamientos, pues parece que retrasará la presentación del Galaxy S8 de febrero (se preveía que fuera en el Mobile World Congress de Barcelona) a abril. Un golpe difícil de encajar en un momento en que Huawei amenaza con arrebatarle el liderazgo mundial en el mercado de smartphones.

Yahoo, robo histórico

Otra empresa que no recordará 2016 como un buen año será Yahoo. En pleno proceso de compra por parte de Verizon, la compañía desveló en septiembre que había sufrido el robo de datos de más de 500 millones de cuentas y solo tres meses después informó sobre otra gravísima brecha de seguridad, la mayor de la historia, que había afectado a más de 1.000 millones de cuentas de correo electrónico de sus usuarios. Según la empresa, los robos tuvieron lugar en 2014 y 2013, respectivamente. Algo que no tranquilizaba y que planteaba serias dudas sobre la política de ciberseguridad de una compañía, que hoy se ve obligada a renegociar las condiciones de su venta.

Tirón de la TV a la carta

Si en octubre de 2015 llegaba a España Netflix, el mayor proveedor de televisión por internet del mundo, este año le tocó turno a HBO y Amazon. Los tres gigantes tecnológicos (solos o en alianza con las telecos) están dispuestos a liderar la televisión a la carta (amén de lo que les deje hacer Movistar TV) y atraer a sus plataformas a los millenials y a la generación Z, con otros hábitos de consumo de contenidos. Las cartas están echadas; habrá que esperar a 2017 para ver si se imponen los dueños de Narcos, Juego de Tronos o Transparent.

Más realidad virtual

Aunque la tecnología de realidad virtual aún tiene mucho que madurar, este año ha sido decisivo para su impulso. Mark Zuckerberg dio mucho que hablar cuando se presentó en la feria móvil de Barcelona con su discurso de que la realidad virtual va a cambiar cómo trabajamos y nos comunicamos. Y Satya Nadella, consejero delegado de Microsoft, aprovechó su primera visita a España para lanzar el mensaje de que la realidad virtual cambiará todas las industrias. De momento, este año se han puesto a la venta las gafas Oculus Rift de Facebook, las PlayStation VR de Sony, las Vive de HTC, las Daydream de Google y las HoloLens de Microsoft. Aunque todos buscan democratizar esta tecnología, aún resulta cara para el usuario medio, así que por ahora es más un capricho para tecnófilos.

Lucha hombre-maquina

Amazon ha puesto en marcha en 2016 dos iniciativas que traerán mucha cola. La primera, la apertura de Amazon Go, una tienda física en Seattle (de momento solo para sus empleados), donde los clientes no pasan por caja. Solo tienen que identificarse en la entrada escaneando un código generado por una app en el móvil, coger lo que quieran de las estanterías y salir con su compra, y todo gracias a tecnologías de visión artificial y machine learning. Una propuesta que ha desatado un gran debate sobre la sustitución hombre-máquina. La segunda iniciativa tiene que ver con la logística: este mes ha empezado a utilizar drones para hacer el envío de algunos productos en el área de Cambridge (Reino Unido). Otras firmas como Just Eat también han empezado a usar pequeños robots en Europa y EE UU para hacer repartos a domicilio.

Gasolina extra al pago móvil

Mucho se ha hablado del pago móvil, pero ha sido este año cuando han llegado a España dos de las iniciativas más prometedoras: Apple Pay y Samsung Pay. Dos servicios, que han arrancado aliados con varias entidades bancarias y con numerosas empresas de distribución, que permiten pagar en tiendas físicas, en apps y comercios online. Pero no ha sido la única novedad en este terreno. El desembarco de ambos gigantes tecnológicos ha provocado la reacción de toda la banca en el país. Un consorcio de 30 bancos lanzaron en octubre Bizum, un sistema de pago entre particulares a través de móvil y que extenderán al comercio físico y online. Ahora solo falta que llegue Google Pay.

Cisma de Ametic

Ametic, la patronal del sector tecnológico en España, cierra el año con un serio riesgo de fragmentarse tras 6 años de funcionamiento. Un grupo de grandes empresas, casi todas de la industria de las telecos (y con Telefónica a la cabeza), anunció semanas atrás que abandonarán la organización en enero por su oposición a la reelección del que hasta ahora era su presidente, José Manuel de Riva. Tras retirar este su candidatura a finales de noviembre, con el fin de evitar un cisma en la patronal, queda ahora en el aire si las empresas salientes llevarán a término su amenaza de crear otra asociación o consensuarán un candidato que contente a todas.

Pokemon go

Pokémon Go, la aplicación de realidad aumentada de Niantic que permite atrapar por todo el mundo a las populares criaturas de Nintendo, se convirtió en un auténtico fenómeno. Cautivó a cientos de millones de personas (niños, adultos y de ambos sexos), y su éxito, intenso pero algo efímero, llevó a este videojuego a batir todos los récords. La moda de cazar pokemones llevó a las autoridades de varios países a intervenir para que los jugadores no entraran en ciertos lugares. Su facturación tras 30 días en el mercado alcanzó los 114 millones de euros, según la consultora Sensor Tower. Este juego, que ha servido también para mostrar el potencial de la realidad aumentada, permitió igualmente impulsar el negocio de algunas empresas. McDonald’s, por ejemplo, se convirtió en poképarada.

100 megas, un derecho

Bruselas aprobó en septiembre una serie de proyectos legislativos que actualizaban la regulación del sector de las telecos para adaptarla a la realidad digital del siglo XXI. Por primera vez, la normativa europea estableccía el acceso a la banda ancha como un derecho universal de todos los usuarios. Un derecho que cubrirá, de entrada, el acceso a servicios como el correo electrónico, los servicios digitales de la administración, la banca virtual, las redes sociales o las videollamadas. El plan aspira a implantar en toda Europa el 5G antes de 2020 y fija un nuevo objetivo de conectividad para 2025, año en el que, según Bruselas, todos los hogares europeos, tanto en zona urbana como rural, deberían contar con acceso a una conexión a internet de al menos 100 Mbps de descarga, mejorable a un giga por segundo.

Noticias falsas en Facebook

La controversia sobre las noticias falsas en redes sociales subió de tono este año. Tuvo su punto álgido con la campaña presidencial en EEUU, pues muchos analistas acusaron a Facebook de haber contribuido a la victoria de Donald Trump al dejar que noticias falsas se propagasen en su plataforma. El caso salpicó también a Google, y obligó a ambas empresas a unirse para luchar contra este fenómeno cada vez más cuestionado. Zuckerberg, que tuvo que admitir que Facebook es más que un simple distribuidor de noticias, anunció en diciembre herramientas que detectarán las que son falsas y garantizarán que nadie pueda poner anuncios en una historia a la que le falte veracidad ni pueda promoverla en la plataforma. Twitter también se vio obligada en 2016 a poner en marcha herramientas para combatir el bullying que sufren muchos de sus usuarios.

Asistentes inteligentes

La inteligencia artificial ha tomado fuerza este año. Y por varias vías. En Facebook, por ejemplo, se han abierto en pocos meses decenas de miles de chatbots (programas que pueden mantener una conversación con un ser humano usando el lenguaje natural) para ofrecer servicios personalizados. También Google mostró en octubre su apuesta por las máquinas que aprenden y lanzó su móvil Pixel (primero diseñado 100% por ella) y el altavoz Home, con el asistente personal Google Assistant incorporado, que permite interactuar con el terminal a través de la voz. A este fenómeno se sumó Samsung, que este año compró el asistente digital Viv para incluirlo en sus productos, y Microsoft, que anunció la creación de una unidad de inteligencia artificial para explotar todo su potencial. También Apple renovó a Siri, que ya interacciona con aplicaciones de terceros.

Canon digital, tumbado

El Tribunal de la UE y el Tribunal Supremo sentenciaron este año contra el Real Decreto de diciembre de 2012 que establece la compensación por copia privada con cargo a los presupuestos generales del Estado. Ello ha obligado al Gobierno español a trabajar en una actualización de la ley, que, según el borrador que maneja actualmente, fijará que el nuevo canon digital se abonará en los móviles y soportes de grabación, pero se eximirá a empresas y Administración.

Paron del ‘Smartwatch’

Los relojes inteligentes no acabaron de explotar en 2016. Ni el estreno del Apple Watch 2 ni el del Gear S3 de Samsung lograron animar excesivamente las ventas. Las ventas de smartwatches cayeron un 51,6% en el tercer trimestre frente al mismo periodo de 2015. Concretamente, entre julio y septiembre se vendieron 2,7 millones de unidades en el mundo. Para remate de fiesta, los seguidores de Pebble, empresa pionera en la fabricación de smartwarch, vieron este mes cómo la empresa era comprada por Fitbit, fabricante de pulseras de actividad, que además anunció que no dará continuidad a sus relojes.

Coche conectado

El 2016 ha sido el año en el que la industria automovilística ha dado su primer paso hacia el futuro de la movilidad. Por fin, se puede decir que el coche del futuro es eléctrico, autónomo y compartido y que este nuevo vehículo será una realidad más pronto de lo que cabía esperar. Para muestra, los planes de electromovilidad de Volkswagen, que espera tener 30 modelos eléctricos en 2025, Daimler, con su pujante proyecto de coche eléctrico compartido Car2Go o su competidor Emov, de PSA, que acaba de estrenar en Madrid. Ford traerá el vehículo autónomo en 2021 y Uber se ha aliado con Tesla para un servicio de chóferes premium en vehículo eléctrico mientras pelea por hacer circular sus primeros coches autónomos por San Francisco. Porque una de las cosas que trae “el mayor cambio de paradigma de la industria automovilística de los últimos 100 años” son los nuevos socios y competidores, provenientes del área de la tecnología. Apple ha invertido en la china Didi para entrar en el negocio del coche compartido mientras ensaya su propio coche autónomo, igual que Google, que ha abierto una filial para dedicarse a estos vehículos mientras negocia con Fiat y Honda el desarrollo de estos autos. Y Samsung, en pleno annus horribilis, realizó su mayor compra precisamente en coche conectado, haciéndose con Harman por 7.500 millones. Pese a que también pasará a la historia de 2016 el primer accidente mortal de un Tesla S que circulaba con piloto automático, el modelo de negocio tradicional de la industria de la automoción está acabado y el futuro ya está aquí.

Presiones de Bruselas

Bruselas abrió este año un tercer frente contra Google, al acusarla de prácticas abusivas e ilegales en la intermediación publicitaria en los motores de búsqueda. El expediente se suma a la investigación sobre las prácticas anticompetitivas en el comparador de precios de Google y en el sistema operativo Android. Pero ha habido más choques entre la CEy otros gigantes tecnológicos estadounidenses: Bruselas ha acusado a Apple por elusión de impuestos y a Facebook por haber ocultado información a la Comisión en el proceso de autorización de compra de WhatsApp.

Vídeos y redes sociales

La transmisión de vídeos móviles en tiempo real a través de las redes sociales se han hecho muy populares. Periscope (Twitter) y Facebook Live son culpables de ello. Los vídeos han empezado a ser un formato cada con vez más tirón para dar frescura a los contenidos y conectar con las audiencias, y Telefónica se ha sumado al fenómeno con su propia apuesta: la aplicación Xtreamr, que permite al usuario retransmitir en directo lo que quiera de forma pública o privada a su grupo de amigos en WhatsApp.

Microsoft-Linkedin y otras operaciones

En junio de 2016 se producía una de las adquisiciones más relevantes del año: Microsoft anunciaba que se quedaba con LinkedIn por 26.200 millones de dólares. Era el desembarco de la firma de software en el negocio de las redes sociales. Otras compras destacables fueron la de ARM Holdings por Softbank, La de Privalia por Vente Privé o el negocio de impresoras de Samsung por HP. También Indra lanzó en España una opa por Tecnocom para crecer el sector financiero, y Veritas se independizó de Symantec. La que no logró comprador pese a intentarlo fue Twitter. Ni Google, ni Salesforce, ni Disney quiso quedarse con la red social del pajarito.

Supermercados online

La batalla del súper online afrontará en 2017 su año decisivo, pero en 2016 los protagonistas han puesto las bases para arrancar con fuerza. Amazon empezó a vender frescos, congelados y refrigerados en España el pasado julio y se alió con Dia y con el mercado de la Paz. Su propuesta ha hecho ponerse las pilas a la distribución tradicional: El Corte Inglés y Carrefour han acortado los tiempos de entrega y extendido su servicio online a más provincias, y Lidl ha creado un equipo para diseñar el asalto del grupo al ecommerce en España. Todas tendrán como competidores a plataformas digitales como Ulabox, Comprea, DelSuper, Deliberry, Lolamarket y Tudespensa.com

Cifrado, batalla entre Apple y el FBI

Apple y el Gobierno de EEUU protagonizaron este año un duro enfrentamiento después de que el FBI exigiera a la compañía su ayuda para hackear el iPhone que utilizó uno de los participantes en el tiroteo masivo en San Bernardino (California).La firma se negó a construir una puerta trasera para acceder a sus equipos, argumentando que la medida pondría en riesgo la confidencialidad de la información manejada por todos los usuarios. Apple recibió el apoyo de tecnológicas como Google, Facebook o Microsoft.