_
_
_
_
_
Empresas Vintage

Acer, un gigante tecnológico forjado en la pequeña Taiwán

El fabricante de ordenadores, un símbolo en el país asiático, cumple 40 años

El primer ordenador personal de Acer, el Microprofessor-II, data de 1982.
El primer ordenador personal de Acer, el Microprofessor-II, data de 1982.
Manuel G. Pascual

Poco se conocía de Taiwán antes de su explosión económica. En las tres últimas décadas su PIB ha crecido a un ritmo medio del 8% anual, lo que le valió ser incluido en los llamados tigres asiáticos, título que comparte con Hong Kong, Singapur y Corea del Sur. Antes de esa explosión, la también conocida como isla de Formosa era para los occidentales el eterno rival de la República Popular China. Fue en esta ínsula donde se refugió Chiang Kai-shek, líder del Partido Nacionalista Chino o Kuomintang, cuando los comunistas de Mao Zedong se proclamaron vencedores en 1949 de la guerra civil de China.

Cronología

1976. Stan Shih funda Multitech, que años después se rebautizaría como Acer. En un principio la compañía se dedicaba al comercio de microprocesadores.

1982. Acer lanza su primer ordenador para uso doméstico. El Microprofessor-II tenía ocho bits. Cuatro años después, la compañía sorprendió a la propia IBM, líder del sector, siendo la primera en vender un ordenador con una potencia de 32 bits.

1987. Multitech pasa a llamarse Acer. El cambio de marca pretende dar un toque de modernidad al grupo, dotándose de un nombre más fácil de recordar.

1995. La compañía presenta el Acer Aspire, su primer ordenador multimedia (con capacidad para reproducir vídeos y leer CD).

2000. La firma diversifica sus unidades de negocio para crear la empresa de fabricación de equipos originales Wistron y las marcas Acer In y BenQ.

2010. Acer se convierte en el segundo mayor fabricante del mundo de ordenadores, tanto portátiles como de sobremesa.

Buena parte de la culpa del milagro económico experimentado en la isla, fiel aliada de EE UU durante la Guerra Fría, la tienen las empresas tecnológicas taiwanesas. Una de las primeras y más exitosas que han visto la luz en el país es Acer, la transcripción del mandarín del acrónimo de Corporación Hongji. Junto con Asus, son las dos enseñas más conocidas por el gran público.

Acer ha celebrado este año que ahora acaba su 40 aniversario como una de las cinco mayores empresas informáticas del mundo. Da trabajo a 7.000 empleados por todo el planeta en sus instalaciones presentes en 160 países. Fundada en 1976 bajo otro nombre (Multitech), la compañía estaba centrada en un principio en el comercio de microprocesadores y la promoción de sus aplicaciones. Su vocación fue siempre claramente exportadora, la especialidad del país: solo un año más tarde de su fundación, la nueva empresa abría filial en Estados Unidos.

Los responsables de Acer fueron pioneros en la creación de un centro de formación, algo que algunas grandes compañías no han hecho hasta este siglo. Ya en 1978, solo dos años después de arrancar motores, empezaron a formar en microprocesadores a sus ingenieros, al tiempo que se comenzó a editar Microprocessor Bulletin, una publicación para promover el conocimiento sobre el emergente sector de los ordenadores en Taiwán.

La compañía lanzó a la venta su primer ordenador de uso doméstico en 1982. Se llamó Microprofessor-II y tenía ocho bits. Cuatro años más tarde presentó su ordenador de 32 bits, adelantándose a IBM, líder de la industria en la época. Durante la década de los ochenta abrió sede en Japón y Alemania, dos de los mayores mercados del mundo.

La firma adoptó su nombre actual, Acer, en 1987, en plena época de expansión internacional y justo antes de salir a Bolsa. En los años noventa, cuando se vio que los ordenadores personales tenían mucho recorrido y el potencial de convertirse en un aparato imprescindible en todos los hogares, la ambición de la compañía pasó a ser liderar el segmento de gran consumo. El lanzamiento de los ordenadores multimedia Acer Aspire fue la primera piedra que se colocó para llegar a cumplir ese objetivo.

La segunda fue la compra de la rama de portátiles de Texas Instruments, con la que apuntalaron su presencia en el floreciente segmento de los laptops.

La compañía es especialmente conocida en Europa gracias a sus portátiles.
La compañía es especialmente conocida en Europa gracias a sus portátiles.

El año 2000 fue intenso en el desarrollo del grupo, que apostó por la transformación de su estructura. La cúpula directiva decidió diversificar las unidades de negocio para crear la empresa de fabricación de equipos originales Wistron y las marcas Acer In y BenQ. Esa actividad organizativa vino acompañada de avances en el corazón del negocio: la ingeniería informática. Un año después de la remodelación orgánica del grupo, Acer anuncia el lanzamiento de Mega-Micro eEnabling, que introdujo el concepto de megaestructura y microservicios, los precursores de los futuros servicios en la nube.

De esa época, mucho antes del nacimiento de las tabletas, data también el Acer TravelMate C100, el primer portátil convertible del mercado. La idea de que la pantalla pudiera dar la vuelta y hacer de tapa del ordenador cuando se pliega fue tan revolucionaria como poco exitosa en aquella época. Para 2005, Acer ya era el principal fabricante de portátiles en Europa, Oriente Medio y África. Dos años después había alcanzado ya el segundo puesto en el ranking mundial de proveedores de portátiles, a lo que le ayudó la absorción de Gateway y Packard Bell. En 2010 logró proclamarse el segundo mayor fabricante del mundo de ordenadores, incluyendo portátiles y de sobremesa.

La cartera de productos de Acer ha crecido en las dos últimas décadas. Móviles, cámaras digitales, smartphones, tabletas... Aunque su especialidad siguen siendo los ordenadores, a cuyo desarrollo tanto ha aportado en los últimos 40 años.

Stan Shih y la curva sonriente

El fundador y presidente de Acer, Stan Shih, presentó en sociedad en 1992 el concepto de curva sonriente (smile curve), en referencia a la forma que describe la gráfica del esquema de producción si en el eje de las X se coloca la cadena de producción y en el de las Y el valor añadido.

En los extremos del proceso, que ocupan las partes altas de la curva (las que tienen mayor valor agregado), se sitúan la I+D+i y la conceptualización del producto, el primer paso, y los servicios de venta y atención al cliente, el último de todos. En la baja, coincidiendo con el centro del proceso, se ubica el ensamblaje de las piezas del producto.

La curva de la sonrisa tuvo un gran impacto en la gestión empresarial porque demuestra que la parte de la cadena de producción que más empleo genera, la del montaje, es la de menor valor añadido. También subraya que, en una economía globalizada, conviene apostar por los segmentos de negocio más intensivos en I+D+i y alta tecnología. Todas esas ideas, enunciadas hace casi 30 años, siguen siendo perfectamente aplicables a la situación de hoy.

Newsletters

Inscríbete para recibir la información económica exclusiva y las noticias financieras más relevantes para ti
¡Apúntate!

Sobre la firma

Manuel G. Pascual
Es redactor de la sección de Tecnología. Sigue la actualidad de las grandes tecnológicas y las repercusiones de la era digital en la privacidad de los ciudadanos. Antes de incorporarse a EL PAÍS trabajó en Cinco Días y Retina.

Más información

Archivado En

_
_