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Tribuna
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La resiliencia del sector inmobiliario catalán

El capital invertido en Cataluña en este sector en lo que va de año representa el 20% del total en España

El mercado inmobiliario catalán ha vivido una profunda transformación desde los JJ OO del 92. En estos 25 años, Barcelona ha crecido hasta convertirse en uno de los focos más relevantes del sector en Europa y este efecto se ha trasladado a toda Cataluña. Prueba de ello son los buenos datos de absorción e inversión recibida en la región y el apetito de los inversores nacionales e internacionales.

2016 está siendo un buen año para el mercado inmobiliario terciario. A nivel nacional, se logró una inversión de más de 6.000 millones de euros en los nueve primeros meses del año. Esta inercia continuará hasta final de año empujada por importantes operaciones que harán que alcancemos cifras de inversión de entre 8.500 y 9.000 millones.

En Cataluña, la inversión inmobiliaria hasta septiembre se situó en 1.307 millones de euros, una cifra muy similar a la del mismo periodo de 2015. Operaciones de gran calado –algunas de ellas entre las más importantes del año en su segmento– lo han hecho posible. Entre ellas, la venta del centro comercial Diagonal Mar o de una nave logística de 42.000 metros cuadrados en Tarragona a Axiare, la mayor superficie contratada en Cataluña en 2016.

Este dato de inversión tiene una doble lectura. Por un lado, pone de manifiesto el peso del mercado catalán en el conjunto nacional, ya que el capital invertido en lo que va de año en la región representa el 20% del total en España. Por otro lado, demuestra la resiliencia de este sector en Cataluña, ya que la inversión en la región ha permanecido estable respecto a 2015, mientras que a nivel nacional ha descendido un 16%. Además, hay otro dato significativo: los inversores internacionales han sido los más activos en la región, aportando más de 1.000 millones respecto del total. Esta circunstancia contrasta notablemente con la del año pasado, cuando los inversores nacionales fueron los protagonistas.

"Los inversores internacionales han sido los más activos en la región, aportando más de 1.000 millones respecto del total"

Pero continuemos profundizando en nuestro análisis para centrarnos en Barcelona. La ciudad mantiene intacto su atractivo y todos los segmentos inmobiliarios gozan de un nivel positivo de actividad.

El más activo ha sido el segmento de retail, que ha acaparado el 41% de la inversión hasta septiembre (537 millones), además de haber sido el que más ha crecido en comparación a 2015. Las grandes marcas globales continúan su expansión en la ciudad, siguiendo a una demanda creciente motivada en gran parte por la consolidación de Barcelona como destino turístico de referencia. Paseo de Gracia se consolida así como uno de los principales ejes comerciales de Europa; Massimo Dutti acaba de inaugurar su tienda más grande de España en esta calle y próximamente veremos la apertura de la nueva tienda de H&M de 5.000 metros cuadrados, también la más grande de este grupo en todo el territorio nacional. Adicionalmente, Las Ramblas están viviendo una importante transformación comercial que está cambiando su fisonomía y convirtiendo la calle en un claro destino de compras.

En residencial, existe una gran demanda de vivienda nueva en Barcelona (estimamos 7.900 unidades al año hasta 2025). Sin embargo, la escasez de suelo finalista en el centro de la ciudad hace que la nueva promoción se concentre en proyectos de rehabilitación. Las zonas con mayores promociones en marcha en la actualidad son Eixample, Sant Marti y Ciutat Vella.

En lo que a oficinas se refiere, la inversión ha alcanzado los 292 millones de euros. Esta cifra supone un descenso del 62% respecto a los nueve primeros meses de 2015, debido principalmente a la falta de producto, y no refleja la bonanza en los mercados de ocupación: la demanda ha crecido de forma consistente, con subidas en las rentas en todos los submercados de la Ciudad Condal.

Por último, la inversión hotelera en Barcelona continúa activa, alcanzando los 170 millones gracias a operaciones como la venta del Pullman Skipper.

Todos estos datos vienen a confirmar que Cataluña en general –y Barcelona en particular– continúa siendo un mercado muy fuerte en uno de los sectores clave de la economía: el inmobiliario. Se trata además de una fortaleza sana, diversificada, y consistente a lo largo de los diferentes usos y submercados. Y por el momento va a seguir esta tendencia: la demanda continúa siendo elevada a pesar de que la oferta se ha reducido por el gran número de transacciones de los últimos dos años, y según nuestras estimaciones, la inversión inmobiliaria superará este año el dato de 2015.

Anna Esteban es directora general de CBRE Barcelona.

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