La lucha de Popular por seguir en solitario

El gran reto ahora de Emilio Saracho es que Banco Popular vuelva a ser uno de los principales bancos españoles en rentabilidad y eficiencia. Un objetivo que pretende lograr el consejo de administración, pero que es bastante complicado en la actualidad para la entidad, que ha perdido en los últimos años la confianza del mercado, aunque no así de sus 4,6 millones de clientes que siguen fieles a esta institución, que se mantiene como la principal entidad para las pymes españolas, con una cuota del 17%, que está muy por encima de la que le corresponde por tamaño. La losa del ladrillo, con 33.000 millones de euros en activos adjudicatarios, ha sido y es uno de los lastres de Popular. De ahí, que Saracho, especialista internacional en banca de inversión, tenga como asignatura pendiente (sin haber llegado aún a la presidencia) desprenderse de estos inmuebles. El plan de saneamiento del banco, de hecho, fija como clave para la recuperación de su rentabilidad desprenderse hasta 2018 de 15.000 millones de euros en ladrillo. La nueva etapa que inicia ahora Popular ratifica estas cifras y el plan de negocios diseñado entre el consejero delegado, Pedro Larena y el aún presidente aunque en funciones, Ángel Ron.

Otro de los retos de Saracho es hacer que los fondos especuladores o cortoplacistas dejen de apostar a la baja por el valor de Popular. Estos inversores sumaron la semana pasada el 8,6% del capital de la entidad, un récord desde que existe este registro en la CNMV. Y parece que ya desde el miércoles comenzó su huida a tenor de la subida de la acción.

El mercado, de hecho, ya celebró el miércoles, ante los rumores de una posible solución para la cúpula del banco, una subida de su cotización del 5%. Un día antes había dejado su desplome al cerrar con un alza de más del 2%. Pero fue ayer cuando los títulos de Popular se dispararon y lograron liderar las ganancias del Ibex con un avance del 13,66%, hasta los 0,94 euros. La razón, el anunció a primera hora de la mañana de una reunión extraordinaria de su consejo de administración para proponer el relevo en la presidencia de la entidad y nombrar a Emilio Saracho como sustituto de Ron. “En tres días la acción del banco ha subido más del 20%. El mercado esperaba este relevo”, se felicitaba ayer un accionista de Popular.

Pese a todo, su capitalización bursátil es aún muy baja, 3.945,05 millones de euros. Una cantidad que aún le deja como un banco opable, aunque las opas hostiles en la banca española no han funcionado nunca, y “aún la banca no está preparada para realizar una ampliación de capital para absorber a otra”, coinciden varios analistas.

Otro de los retos de la nueva etapa que comienza con Saracho es la de mantener la independencia de Popular, un objetivo marcado por el propio consejo. Según apuntan varias fuentes, pese a los rumores de una posible fusión de Popular con, primero con Sabadell, y ahora con Santander o BBVA, la idea ahora es seguir independiente.

Este objetivo sorprende más cuando el accionista y consejero Antonio del Valle, ha mantenido conversaciones con Sabadell para su posible fusión. También lo ha hecho, según otras fuentes con cualquier entidad que quisiera escucharle. Pero parece que el inversor mexicano ha decidido por el momento aparcar este proyecto, y dar una oportunidad a Saracho para sacar a flote la cotización de la institución.

El nuevo presidente tiene también en sus manos mimar a los inversores institucionales del banco, que suman el 48% de su capital.

Mientras, el mercado sigue apostando por una fusión. Fuentes financieras, de hecho, explicaban ayer que Santander tenía guardado en un cajón un proyecto para integrar a Popular. Su idea era sacar esta operación una vez que se formara Gobierno y que el banco hubiera realizado parte de la limpia de su balance, es decir, en el primer trimestre de 2017. Entre los hombres fuertes con los que contaría Santander para llevar a cabo esta operación es Ángel Rivera, director general del banco en la actualidad. Rivera fue el responsable de banca comercial de Popular hasta hace alrededor de cuatro años, cuando Ron nombró consejero delegado a Francisco Gómez. Revera conoce a la perfección la maquinaria de Popular (entró prácticamente a la vez que Ron), y fue el artífice de que este banco sume el 17% de cuota de mercado en pymes.

Otras fuentes apuntan a que en las últimas semanas, y tras el fracaso de las negociaciones con Sabadell, Del Valle se habría dirigido a BBVA para negociar una fusión. Esta operación se llevaría a cabo con Emilio Saracho ya como presidente de Popular. El objetivo era que tras esta fusión, el ya exvicepresidente de JP Morgan asumiría la presidencia de BBVA, lo que ocurriría en un año y medio más o menos. En esa fecha Francisco González cumpliría 75 años, edad a la que tienen pensado dejar su cargo, o por lo menos así lo dio a entender en 2015.

El tiempo dirá cuál es el destino de Banco Popular. Mientras, Economía, el Banco de España, el BCE y la CNMV ven con buenos ojos los cambios en la entidad, aunque también veían bien a Ángel Ron. "Popular es una entidad privada y sus problemas internos debe resolverlos su consejo. Solo si el sustituto de Ron fuera una persona no idónea para el cargo los supervisores podrían decir algo, pero no es el caso", explica una fuente, que insiste en que una parte del consejo llevaba ya tiempo hablando con las autoridades supervisoras sobre los proyectos de cambios en la gestión de la entidad.