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Tribuna
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Una crisis anunciada

Sería recomendable que desplazara una buena parte de sus recursos de clientes (a finales de 2015, más de 85.000 millones de euros) hacia fondos de inversión

El consejo de administración de Popular ha llegado a un acuerdo para sustituir al presidente Ángel Ron por Emilio Saracho. Al conocerse la decisión, la acción se disparó en Bolsa, cerrando la jornada con ganancias del 13,66%, hasta 0,94 euros. En el año 2007, el banco llegó a cotizar a 39,80 euros y en la peor sesión llegó a tan solo 0,77 euros.

Según los estados financieros del ejercicio 2015, depositados en la CNMV, el banco ganó en 2015 105,43 millones de euros, pero desde años antes los resultados trimestrales registraban una evolución negativa. En el tercer trimestre de 2014, los resultados retrocedieron un 231,1% y los del cuarto trimestre de 2015 bajaron un 68%.

Cuando un banco cotiza en Bolsa al 0,52 del valor en libros (año 2015) respecto al 0,70 en 2014, la situación tiene que ver con los malos resultados de la cuenta de pérdidas y ganancias y la morosidad debida a la calidad de los activos sujetos a riesgo. Otra cosa es que la plantilla sea excesiva (más de 15.000 empleados) para los resultados decrecientes de la entidad. Posiblemente la situación habría podido enderezarse tras la ampliación de 2.500 millones, con la creación de un banco malo al que pudieran traspasarse más de 6.000 millones de activos inmobiliarios y haber saneado el balance para disminuir las provisiones que castigan los resultados.

Con una red de oficinas excesiva, en 2015 por encima de 2.100 unidades, el ratio de casi siete empleados por oficina no podía cubrirse con un resultado típico de explotación de 1.689 millones, antes de descontar las provisiones. Los mercados conocían la situación del banco y los especuladores operaron a corto, vendiendo a futuro a precios mucho más bajos las acciones que habían tomado prestadas. En 2011, la CNMV prohibió con carácter transitorio las operaciones a corto sobre acciones españolas del sector financiero, pero en régimen de libertad los short sellers contribuyeron al deterioro de los precios de las acciones del banco.

El nuevo presidente tendrá que enderezar la entidad. Una vez saneado el balance, es posible que se barajen varias opciones. El banco tiene una buena implantación en la geografía española y había sido líder en el negocio para pymes, de manera que podría ser atractivo para un banco mayor. Si la decisión fuera la de mantener su independencia, contando con el apoyo de los grupos que han propiciado el cambio en la presidencia, el banco necesitaría modernizar su oferta para competir con los que tienen ya plataformas para negocios de cobros y pagos mediante smartphones, operaciones de Bolsa y gestión de patrimonios.

Sería recomendable que desplazara una buena parte de sus recursos de clientes (a finales de 2015, más de 85.000 millones de euros) hacia fondos de inversión, pues los grandes bancos, que apenas remuneran los depósitos a plazo fijo, mejoran sus cuentas de resultados con las comisiones que genera este tipo de desintermediación.

Es muy difícil defender el margen de intereses cuando el euríbor a uno y tres meses es negativo y bajan los márgenes de los préstamos.

Robert Tornabell es profesor emérito de la URL, exdecano de Esade Business School.

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