El derbi madrileño de la abundancia

Atlético de Madrid y Real Madrid protagonizan mañana el partido más importante de la duodécima jornada de Liga, el derbi madrileño. Un clásico del fútbol español que, en los últimos años, ha recuperado vigor deportivo. Ambos se han enfrentado en dos de las tres últimas finales de la Liga de Campeones, con victoria en ambos casos para los blancos, mientras que los rojiblancos llevan seis partidos ligueros sin perder frente a su vecino tras 14 años sin ganarle.

Además de un interés deportivo revitalizado, ambos clubes se presentan al choque con cifras económicas récord. Los dos cerraron el ejercicio 2015/2016 superando sus mejores datos de facturación. El Real Madrid cosechó una cifra de negocio de 620 millones de euros, 42 más que en la temporada anterior, con una gran influencia de los 80 millones que le reportó levantar la Champions en Milán. Por su parte, el Atlético de Madrid facturó 217 millones de euros, un salto de 57 millones respecto al anterior ejercicio. Ser subcampeón de Europa le supuso ingresar 70 millones de euros, aunque el gran paso adelante está en lo recibido por sus derechos audiovisuales, donde ha pasado de 41 millones al año a 95, según las cuentas aprobadas esta semana.

La evidente mejora deportiva del Atlético en los últimos años es el gran motivo de su impulso económico. En el ejercicio 2011/2012, el primero ya con su actual entrenador, Diego Simeone, en el banquillo, el Real Madrid multiplicaba por cinco los ingresos de los rojiblancos. Ahora no llega a triplicarlo. Los blancos han mantenido constante su crecimiento, haciendo de los ingresos comerciales y de marketing sus grandes baluartes: hoy suponen el 34% de sus ingresos, mientras que la televisión representa el 24%. En el caso del Atlético, esta es su principal fuente de ingresos, el 43%, seguido de las ganancias procedentes de la Champions, variables según los cruces que se consigan superar.

Por tanto, el Real Madrid presenta un panorama económico asentado, mientras que el Atlético depende en buena medida de continuar con su buen rendimiento deportivo. Si el análisis se traslada a los balances, los blancos también presentan mejores números, sobre todo en aquellos que hacen referencia a la capacidad para hacer frente a las obligaciones con terceros.

El Real Madrid presenta un pasivo de 602,8 millones de euros, de los cuales 425 son exigibles en menos de un año, aunque su capacidad de generación de ingresos, junto a sus elevados niveles de liquidez, con 211 millones en tesorería, descartan cualquier tipo de tensión.

En el caso del Atlético de Madrid, la situación es diferente. La entidad del Manzanares acumula un pasivo de 591 millones de euros, de los cuales, 411 son a corto plazo. Dentro de ellos, se incluye una deuda con entidades de crédito de 140 millones de euros. El año pasado, el Atlético solicitó un crédito de 160 millones a Inbursa, sociedad del magnate mexicano Carlos Slim, para terminar su nuevo estadio. Este deberá ser devuelto durante el próximo año. Para ello, cuenta con vender la parcela que hoy ocupa el Vicente Calderón en ese mismo plazo, ya que en el balance se incluyen 155 millones como “activos no corrientes mantenidos para la venta”. El Atlético presenta 20 millones de euros en tesorería, por lo que, de no mantener su éxito deportivo, enfrentaría dificultades en su desempeño financiero, pese a haber reducido su deuda con Hacienda a poco más de 40 millones.