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El reparto de la riqueza nacional

Los salarios ceden, los beneficios resisten

La pérdida de los sueldos en la tarta de la riqueza es de cuatro puntos desde 2008, mientras los excedentes ya superan el valor de entonces La merma salarial se concentra en la construcción

Evolución del empleo asalariado
Alejandro Meraviglia

Los tres últimos años de crecimiento de la economía española han devuelto ya a los beneficios empresariales por encima del nivel nominal de 2008, cuando comenzó la crisis, pero los salarios están seis puntos por debajo del máximo marcado entonces y pierden cuatro puntos porcentuales en el reparto de la renta nacional. La pérdida se concentra en los trabajadores de la construcción y, en menos cuantía, en la industria.

La remuneración de los asalariados sigue siendo la partida principal de la renta nacional generada en España, pero con una diferencia cada vez más corta con el excedente empresarial, según las estimaciones realizadas con los datos de la Contabilidad Nacional conocidos en el primer semestre del año. Pero desde que se inició la crisis no ha dejado de perder terreno en términos relativos, pese a que en los tres últimos años, con un notable crecimiento de la economía y del empleo, ha avanzado con fuerza en términos absolutos.

La estimación para 2016, realizada con los datos del primer semestre del año y proyectando incrementos similares en el segundo, es que alcance los 528.879 millones de euros, para una renta nacional bruta de 1,109 billones de euros. Con tal evolución, la remuneración de los asalariados se quedará todavía en un 94,35% de la cota nominal alcanzada en 2008 y llegará al 47,68% de la riqueza nacional, una proporción muy similar a la de los tres años anteriores, pero cuatro puntos por debajo del 51,6% que alcanzó en 2008, cuando arrancó la crisis y la economía marcaba récord de empleo.

Los excedentes empresariales, por contra, llegarán a los 478.009 millones de euros, superando por vez primera en euros corrientes el máximo nominal alcanzado en 2008, de 465.182 millones de euros; ahora estaría en un 102,7% de tal cota, y representaraía el 43,09% de la riqueza nacional producida en el ejercicio en España, conservando prácticamente, como lo ha hecho en todos y cada uno de los años desde que estalló la crisis, el mismo nivel que tenía ya en 2008.

Esta evolución tan divergente es consecuencia de las políticas de rentas aplicadas en España para recomponer la competitividad de la economía y recuperar el crecimiento. La opción por la devaluación salarial ante la imposibilidad de la devaluación cambiaría, consistente en rebajas de los salarios del empleo existente y reducción de los de nueva creación, ha logrado abaratar los bienes y servicios españoles y hacerlos más competitivos. Pero con el precio de un retroceso significativo de las rentas salariales en el reparto de la riqueza nacional.

La pérdida de los salarios en el reparto de la tarta nacional de la riqueza ha supuesto que los beneficios recuperen toda la pérdida de la crisis, pero sobre todo ha engordado, con un crecimiento ininterrumpido, la de los impuestos netos sobre la producción, como consecuencia del incremento de la presión fiscal.

Evolución de la inversión
Belén trincado

La pérdida de la remuneración de trabajadores por cuenta ajena ha sido paralela a la contracción del empleo, y aunque en los tres últimos años la ocupación ha subido de forma consistente, y también la renta salarial agregada, no ha logrado remontar posiciones relativas en comparación con los beneficios.

Por lo que se refiere a la renta bruta unitaria de los asalariados españoles, este año registrará la más elevada en términos nominales, con 30.895 euros anuales, frente a los 29.173 euros de 2008. Desde el año 2009 que superó los 30.000 euros, se ha mantenido siempre por encima de tal cantidad, ya que tanto PIB como renta nacional de los asalariados o el número de ocupados asalariados han tenido una evolución muy similar, mientras que en el periodo de crisis la destrucción de empleo fue mucho más intensa que la de la riqueza.

En realidad, el PIB está en los mismos niveles corrientes del inicio de la crisis, y la renta bruta nacional por encima en términos absolutos. Sin embargo, el empleo no ha alcanzado los niveles que tenía antes de la crisis, lo que supone que se ha producido un avance notable de la productividad aparente del factor trabajo. Aunque una evolución exacta de tal variable habría que estimarla teniendo en cuenta la evolución de los precios, es cierto que buena parte de la inflación entre 2009 y 2013 ha sido compensada con la tasa negativa de los años siguientes.

Con la evolución estimada del empleo hasta fin de año basada en los datos del primer semestre de la Contabilidad Nacional, el número de asalariados podría llegar a los 17,124 millones. Con tal cifra, el número de ocupados estaría aún 2,088 millones por debajo de los asalariados que la Contabilidad Nacional consideró que existían en 2008, cuando llegaban a los 19,213 millones. Por lo tanto, el empleo asalariado está todavía en un 89,12% del máximo logrado en el vértice del boom económico previo a la crisis.

Pero el comportamiento del trabajo por cuenta ajena ha sido bien diferente durante la crisis en cada sector de actividad, superando en algunos casos ya ahora, tras tres años de crecimiento sostenido de la economía, los niveles de 2008, y con fortísimos déficits cuantitativos en otros.

En la agricultura, que es la actividad con menor cantidad de ocupación asalariada, hay ya un 109,6% del empleo existente en 2008, como consecuencia del fuerte crecimiento de la exportación de la industria agroalimentaria. Pero en el sector servicios, donde se aloja la inmensa mayoría de la ocupación por cuenta ajena, el volumen de empleo llega ya al 98,16% del máximo logrado en 2008, lo que supone que prácticamente se ha logrado volver a los estándares cuantitativos previos a la recesión. El año cerrará con 13,540 millones de empleos asalariados en el sector terciario, mientras que en 2008 había 13,793 millones.

En la industria, pese a que la recuperación comenzó antes por el tirón de las exportaciones precisamente por las bajadas de los costes de producción, aún este año no se logrará alcanzar la cota de 2008. Entonces, había 2,848 millones de asalariados en el sector, y este año cerrará con 2,260 millones, lo que supone un 79,35% del máximo.

Pero el gran ajuste de empleo en la crisis y el gran déficit aún hoy sigue alojado en la construcción, donde solo se ha llegado al 39,9% del máximo: en 2008 trabajaban por cuenta ajena en la construcción 2,142 millones de asalariados, y ahora lo hacen solo 858.500. La evolución sectorial de la renta de los asalariados ha corrido paralela a la de la ocupación. Pero con muchos matices: crece la generada en los servicios hasta niveles superiores a los máximos de 2008, se mantiene estable la asignada a los asalariados de la industria y se ha producido un ajuste abismal en la de la construcción, donde había una exhuberancia poco racional antes de que estallase la crisis.

En los servicios, la renta bruta de los asalariados llegará este año a los 407.594 millones de euros en caso de mantenerse en el segundo semestre del ejercicio un tirón similar al registrado en el primero. Eso supone un 107,38% del volumen nominal alcanzado en 2008, que fue de 377.685 millones de euros. Esta variable tocó los mínimos en 2013, con 357.244 millones, cuando marcó mínimos también la ocupación en España durante la dura recesión, y se ha recuperado rápidamente en los tres años siguientes.

En la industria, la renta de los asalariados ha pasado de los 91.974 millones de euros en 2008 a los 87.682, que es un 95,43% del máximo. Pero el descalabro se produce en la construcción, que llegó hasta los 63.600 millones en 2008 y todavía este año logrará 27.081 millones, solo un 42,58% de sus máximos.

Con los salarios unitarios, y dado el aumento de la productividad del factor trabajo, se ha producido un desplazamiento alcista en todos los sectores, como el que se produce en la renta salarial media agregada. El mayor incremento se concentra en la industria, donde ha pasado de los 32.258 euros anuales en 2008, a los 38.797 estimados para este año. En servicios, donde la renta agregada ya supera la previa a la crisis, la unitaria es de 29.954 euros, frente a 27.381 de 2008.

Toda la inversión sigue por debajo de los niveles precrisis

El indicador que mejor refleja la pérdida de producción, empleo y renta de los asalariados en sectores como la construcción es la inversión. El último año antes de que se iniciase la larguísima recesión, 2008, la inversión en construcción llegó a los 227.875 millones de euros, según la Contabilidad Nacional; descendió por debajo de los 100.000 millones de euros, lo que supone un descenso de más del 50%. Aún hoy se mantiene en un 43,9% del máximo alcanzado en 2008, aunque ha vuelto muy ligeramente por encima de los 100.000 millones.

Pero la contracción de la formación bruta de capital fijo ha sido generalizada, y aún hoy está en el 59,1% del máximo logrado en 2008, cuando llegó a los 335.000 millones de euros. En 2014, los últimos datos disponibles cifran la inversión agregada por debajo de los 200.000 millones de euros. Por tanto, la evolución desde el inicio de la crisis y 2014 supone que ha pasado del 33% del PIB al 20%.

La inversión en bienes de equipo ha tenido mejor comportamiento que la de construcción, para atender la mejora de la exportación manufacturera. En 2014, llegó ya a 67.500 millones de euros, lo que representa un 81% de los 83.200 millones corrientes invertidos en equipamiento en el año 2008.

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