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Estigmas del autónomo que le impiden tener hipoteca

Los clientes preferidos por los bancos son los funcionarios, mientras que los autónomos y los contratados por obra o servicio son clientes a evitar

El acceso al crédito hipotecario se ha convertido en una misión casi imposible para los autónomos, a los que la banca exige disponer de hasta un 30% del préstamo solicitado, mientras que ese porcentaje baja hasta el 20% cuando se trata de otros colectivos. Además, al autónomo se le pide haber estado más tiempo realizando su actividad que a un trabajador con contrato indefinido.

Según informa Antonio Sánchez Romero, en la revista de la Confederación Intersectorial de Autónomos del Estado Español, los bancos consideran a los autónomos y los trabajadores con contrato por obra o servicio clientes a evitar. Argumentan que es menos probable que un empleado con contrato indefinido se quede sin trabajo y, además, en caso de despido, éste cobrará una indemnización y una prestación por desempleo que no tendrá el autónomo.

Además, el autónomo que desee acceder a un crédito hipotecario tendrá que aportar más documentación que los trabajadores por cuenta ajena para acreditar su capacidad para generar ingresos. El autónomo se verá obligado a demostrar al banco que va a poder pagar la hipoteca de una manera detallada y rigurosa, para lo que se le solicitará más documentación que al resto de clientes.

La banca, por tanto, prefiere como clientes crediticios a los funcionarios y a los trabajadores por cuenta ajena con contrato indefinido, que tengan un buen nivel de ingresos y cierta estabilidad dentro de su empresa. Incluso, los bancos disponen de productos específicos favorables para ciertos colectivos, como los altos funcionarios o los jueces.

El escaso acceso al crédito bancario ha provocado que los autónomos recurran cada vez más a los microcréditos o préstamos rápidos que ofrecen determinadas webs o empresas no financieras. Muchos emprendedores los utilizan incluso para iniciar sus negocios, ya que el proceso de aprobación es rápido, no se necesita aval y no exigen demasiados requisitos para concederlos. Sin embargo, estos préstamos suelen estar gravados con intereses elevados y los plazos de devolución son menos flexibles que los de los bancos.

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