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Obstáculos a los que deben hacer frente

¿Qué productos financieros se les complican a los autónomos?

Autónomos

Los autónomos… ese numeroso grupo de trabajadores que en más de un ámbito sale perjudicado, a pesar de ser parte esencial en el tejido empresarial que sustenta el país. En España son 1.984.268 los autónomos inscritos en los distintos regímenes por cuenta propia que existen en la Seguridad Social a fecha de 30 de junio de 2016 según los datos aportados por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social.

Hablar de autónomos es sinónimo de hablar de dificultades, y no nos referimos solo que para cobrar 1.000 euros al mes haya que facturar más de 2.000, sino dificultades a la hora de acceder a productos bancarios únicamente por la condición de autónomo. Veamos en qué situaciones el autónomo tiene más complicaciones.

  • Las hipotecas, ahora exigen hasta un 30% de ahorros

Trabajos indefinidos y gozar de un buen nivel de ingresos convierten a un cliente en un perfecto candidato para concederle un préstamo hipotecario. Sin embargo, si perteneces a ese grupo de personas que tienen incertidumbre laboral, de los que no están sujetos a un contrato de trabajo y de los que responden ante las deudas generadas por la actividad de su negocio con todos sus bienes presentes y futuros… para el banco no eres un buen candidato para obtener financiación hipotecaria. Sí, eres autónomo.

Y si antes tenían difícil acceder a una hipoteca, ahora quizás más. En pleno proceso de recuperación de una larga y dura crisis, los bancos “intentan” no cometer los errores del pasado y estipulan unos requisitos más estrictos para los autónomos que quieran acceder a una hipoteca – o simplemente se quieren “curar en salud”, distintas interpretaciones-. Entre estos requisitos más duros nos encontramos con que deben aportar el 30% de ahorros, mientras que “para el resto de los mortales” sí alcanzan hasta el 80% del valor de tasación del inmueble.

Además necesitan acreditar más, mejor y al detalle que el negocio que tienen entre manos y que es protagonista de su actividad laboral es perfectamente rentable. Y por si esto fuera poco, la documentación a presentar para demostrar que efectivamente va a tener capacidad de generar ingresos a lo largo de la vida del préstamo –que presumiblemente no será corta-.

  • Problemas para el acceso a financiación para el propio negocio

Incluso para poner en marcha el propio negocio las dificultades de financiación existen (y tanto que existen dirán algunos). Las entidades endurecen los requisitos incluso para conceder los productos creados para los autónomos. Y es que ni siquiera los créditos ICO que se componen de dinero público, se han vuelto del todo accesibles, ya que son las entidades las que analizan las solicitudes y se encargan de concederlas o no –endurecimiento de los requisitos de nuevo-. Y esto se traduce en un menor número de préstamos concedidos: los datos dicen que en 2015 el número de operaciones de préstamos destinados a pymes y autónomos descendió cerca de un 55%, dejando el importe total en 9.670,9 millones de euros.

  • Beneficiarse de las ventajas de una cuenta nómina

Una vez más, la nómina, o más bien la falta de ella, es un impedimento. Muchas entidades ofrecen mayores ventajas a la hora de contratar una cuenta bancaria si se domicilia una nómina. Hablamos de una cuenta bancaria para el uso personal.

La condición de autónomo dificulta poder acceder a una cuenta sin comisiones, con las tarjetas gratis o con ventajas sobre el resto de productos del banco por el mero hecho de no tener la nómina domiciliada. Afortunadamente, cada vez son más las cuentas que no exigen una nómina como tal y permiten obtener estas ventajas únicamente realizando un ingreso periódico (mensual) sustituyendo a la nómina.

  • Alquilar un piso: ardua tarea si eres autónomo

Y si nos vamos a una situación que nada tiene que ver con la financiación, sino con la vida y en la que ser autónomo sigue siendo un hándicap… nos encontramos con el alquiler de una vivienda. Un autónomo como sabemos no tiene nómina y este elemento es el que muchos propietarios piden al inquilino, al considerarla como una garantía de pago (cabe mencionar que legalmente no es un requisito para el alquiler de inmuebles, así como tampoco que sea de una cuantía determinada).

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