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Consumo

Pull & Bear se renovará dos veces por semana

Álvaro Bayón

Encaramado a la Ría de Ferrol y rodeado por 30.000 metros cuadrados de robles, castaños y fresnos autóctonos gallegos, se esconde el lugar donde Pull & Bear decide qué estará de moda en la próxima temporada; qué prendas de vestir incluirá en su siguiente colección y hasta en qué parte de sus tiendas las colocará. En este espacio, inaugurado ayer en la localidad coruñesa de Narón, trabajan 300 profesionales para diseñar 5.000 prendas al año en una superficie de 14.400 metros cuadrados divididos en dos plantas.

Antes de tomar la decisión final sobre qué engrosará el catálogo de la nueva temporada, la filial de Inditex sostiene que el primer paso es escuchar al cliente. Por ello, en el espacio abierto –de más de 6.000 metros cuadrados– donde trabaja su equipo creativo se sitúan dos videowalks que plasman las ventas de cada producto en cada una de las 950 tiendas que tiene repartidas por el mundo. Atentos a ellos está el equipo comercial que, a través de esos datos, trata de señalar el camino a los diseñadores para que elaboren sus próximas creaciones. “Las prendas de vestir también tienen que pagar un alquiler por estar en nuestras tiendas. Si se venden menos de un 75%, se desahucian”, comentan sus responsables.

Con los datos de qué compran y qué no los clientes de Pull & Bear, comienza el trabajo de diseño. Distribuidos en dos grandes secciones –señora y caballero– y en siete subsecciones (vaqueros, prendas tricotadas, complementos, moda adolescente, exterior, camisetas y camisas y vestidos), ilustradores y diseñadores gráficos y de moda trabajan de forma conjunta para concebir sus nuevas creaciones, de las cuales, solo el 50% llega a venderse en tienda.

Una vez que estos trabajos están terminados, es el turno de la sección de patronaje, en la que se confeccionan pruebas de estos diseños, que testarán en modelos reales en la sección de desfiles. Las prendas se extienden en el suelo de esta gran sala a la espera del veredicto final. A partir de las pruebas anteriores, grupos de unos seis coolhunters (cazatendencias) las observan minuciosamente para tomar la decisión final: si en la próxima temporada se llevarán los vaqueros rotos o las camisas ajustadas.

El último movimiento de Pull & Bear no es solo un cambio de emplazamiento, sino de la forma en que la filial de Inditex concibe sus colecciones. “Antes teníamos dos temporadas al año, pero ahora es continuo”, explica Ángela Portivares, responsable de diseño, que aclara que la apuesta de la firma está en introducir al menos dos novedades en cada tienda a la semana. Esta es la razón por la que la nueva sede de la compañía se sitúa junto a uno de sus dos centros logísticos, de 45.000 metros, junto al de Madrid, de 130.000.

Desde ellos se distribuyen unas prendas (fabricadas en un 60% en factorías europeas, según la compañía), en menos de 20 horas (para las tiendas en Europa) y en menos de 48 para las del resto del mundo. Así, desde Narón, Pull & Bear trabaja al mismo tiempo en la ropa que se llevará la semana que viene, la siguiente estación y hasta en el año.

Todas las tiendas serán ecoeficientes en 2020

Una de las características más destacadas de la nueva sede de Pull & Bear en Narón (A Coruña) cuenta además con el certificado LEED de eficiencia energética. De acuerdo a esta acreditación del Consejo de la Edificación Verde de Estados Unidos, el centro reduce en un 20% el consumo de energía y en un 50% el de agua, mientras que reduce las emisiones de C02 en 230 toneladas. Se trata de la misma política que la firma aplica al 60% de sus tiendas y que espera que lleguen al 100% antes de 2020, explicó ayer la propia compañía.

Entre las medidas que ha tomado Inditex para hacer este edificio ecoeficiente, destaca la climatización del mismo. Gracias al excedente de energía del centro logístico con el que se integra, la nueva construcción reduce al 100% su gasto en climatización. En cuanto a la iluminación, por otro lado, la sede cuenta con 32.000 bombillas que se adaptan al nivel de luz natural del espacio. Así, en una misma sala varía la potencia lumínica según lo alejadas que estén de las ventanas a través de un sensor que capta la cantidad de luz natural en cada punto. El modelo que Pull & Bear está adaptando a sus tiendas incluye también que un 75% de los materiales con los que las construyen sean reciclados y que integren, a través de amplios ventanales, el exterior en su interior. En este sentido, la firma de ropa prevé realizar un esfuerzo especialmente reseñable en la depuración del aire de sus establecimientos.

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Sobre la firma

Álvaro Bayón
Redactor de la sección de empresas especializado en operaciones corporativas, banca de inversión y capital riesgo. Graduado en Estudios Hispánicos por la Universidad Autónoma de Madrid y Máster en Periodismo UAM-El País, ha desarrollado toda su carrera en Cinco Días, donde trabaja desde 2016.

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