Vendo un iPhone 6 porque quiero el iPhone 7

Este viernes se pone a la venta la última versión del ‘smartphone’ de Apple, el iPhone 7. Un lanzamiento, para el que han comenzado las colas en las tiendas de la multinacional estadounidense, y que tiene tradicionalmente un efecto colateral en el mercado de segunda mano: las ventas de los dispositivos de la versión anterior se disparan.

“Vendo iPhone 6S de 16 GB porque quiero comprarme el iPhone 7 (siempre hago lo mismo, cada año vendo y compro el nuevo)”, afirma uno de los anuncios que estos días se pueden encontrar en plataformas de segunda mano como Vibbo, la antigua Segundamano.

Desde Vibbo destacan que la búsqueda de iPhones de segunda mano se duplicó al día siguiente de la presentación del dispositivo, frente a las búsquedas que se producen otros días, algo que desde la plataforma justifican por el interés por hacerse con dispositivos de la versión anterior a un precio asequible, por un lado, mientras que otros usuarios buscan renovar su terminal vendiendo el anterior.

De esta forma, en las tiendas de segunda mano de Cash Converters se pueden encontrar estos días iPhone 6s desde 500 euros, mientras que en Vibbo hay usuarios que los ofrecen en una horquilla que va de los 300 a los 600 euros, en función de la capacidad del terminal y su situación. Unos precios inferiores a los de un terminal nuevo, que van desde los 659 euros en la versión de 16 GB del iPhone 6S y los 769 del iPhone 6S Plus.

Una situación que se repite, según comenta la compañía, en el resto de ‘smartphones’, que Vibbo considera su categoría estrella de productos y que es una de las de más estacionalidad del mercado de segunda mano.

De la misma forma, desde Cash Converters explican que cada año se registran en Españaa más de 250.000 operaciones de compra y venta de teléfonos móviles en las tiendas del grupo. En especial, en los establecimientos situados en Madrid y Cataluña.

Cash Converters, que cuenta con 79 tiendas en España, afirma además que el auge del mercado de segunda mano tecnológico supone la normalización del sector en España, algo que ya se viene produciendo desde hace décadas en países como Inglaterra o Francia.