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Debate de investidura

La firme negativa de Sánchez acerca unas terceras elecciones

La firmeza en la negativa de Sánchez dificulta el desbloqueo político

El dirigente del PP Mariano Rajoy tras la fallida primera votación.
El dirigente del PP Mariano Rajoy tras la fallida primera votación.Javier Barbancho (ACN)

Los españoles se fueron ayer a la cama con la posibilidad de tener que votar en unas terceras elecciones generales el día de Navidad mucho más cerca. Como era más que previsible, Mariano Rajoy no superó el primer intento de ser investido presidente. Tras un largo día de intervenciones en el Congreso de los Diputados de los líderes de todas las fuerzas parlamentarias, el resultado de la votación fue 170 votos a favor de Rajoy –que tuvo el apoyo de sus diputados, de los de Ciudadanos (32) y los de Coalición Canaria (1)–; y el rechazo del resto de la Cámara (180).

Los populares no lograron, por tanto, los seis votos que les hubieran dado la mayoría absoluta necesaria para formar Gobierno. Ante esto, tal y como prevé la Constitución, Rajoy lo deberá volver a intentar de nuevo mañana, viernes. Entonces le bastaría una mayoría simple, con más síes que noes. En el caso de que se repitiera la votación de ayer, once de los noes deberían convertirse en abstenciones. Y ahí es donde populares y Ciudadanos pusieron todas sus miradas y ruegos en el PSOE.

Sin embargo hay dos cuestiones que alejaban ayer la ínfima posibilidad de que Rajoy consiguiera mañana ser investido y, consecuentemente, acercaban unas posibles terceras elecciones.

El primero de ellos fue la férrea firmeza del líder socialista, Pedro Sánchez, en reiterar su ya esperada negativa a dar su apoyo a Rajoy por la vía de la abstención. Treinta y cinco minutos utilizó Sánchez en su primera intervención para argumentar profusamente su rechazo. “España necesita un Gobierno, no un mal Gobierno”, dijo Sánchez, quien reiteró en varias ocasiones que “no se puede pedir a los socialistas que avalen lo que quieren cambiar”. Fue tajante al enumerar los recortes en materia de derechos sociales, culturales, medioambientales, de infraestructuras, educación o sanidad. Y atribuyó dichos ajustes “exclusivamente al conservadurismo” de la ideología política del propio Rajoy y de sus diputados, “y no a la crisis”.

Sánchez criticó también con dureza la posición del PP ante la corrupción. Tras anunciar que iba “iba para largo” relató más de una decena de supuestos delitos por los que los populares están siendo investigados. “Es casi todo el Código Penal”, ironizó. Y resumió su postura con un ataque personal a Rajoy: “usted no es de fiar”, le dijo.

Esta postura hizo que la intervención de Rajoy para replicarle fuera también en un tono receloso y muy crítico con la persona de Sánchez. Después de recordarle que el PP consiguió 52 escaños más que el PSOE en las últimas elecciones Rajoy espetó al líder socialista: “Entonces si yo soy tan malo ¿cuánto malo es usted? ¿pésimo?”.

Pero pese al bronco cara a cara que protagonizaron ambos, Rajoy pidió el apoyo del PSOE en varias ocasiones. “Ya no tiene sentido a estas alturas responder a sus reproches ni aportar nuevos (...) ya no voy a la investidura a pedir la confianza de los socialistas; no le pido, como le pedí en su día, un acuerdo de coalición, le pido que me deje gobernar. Y le ofrezco 170 diputados, ocho acuerdos sobre temas capitales y le pido un poco de responsabilidad”, rogó Rajoy.

Dicho todo esto, junto a la firmeza de Sánchez, que dijo literalmente que “los socialistas no se van a abstener”, la segunda cuestión que acercaba ayer unas terceras elecciones fue el hecho de que el líder del PSOE no dejara en absoluto ninguna puerta ni siquiera entreabierta a intentar la formación de un Gobierno de izquierdas tras el fracaso de Rajoy y para evitar nuevos comicios.

Y no será porque el líder de Unidos Podemos, Pablo Iglesias, –que intervino después de Sánchez– no se lo pidió. Comenzó valorando el “no” del PSOE y agradeciendo al líder socialista “que haya mantenido su palabra y resistido a las presiones para favorecer un Gobierno de Rajoy” algo que, consideró, “no ha tenido que ser fácil” para Sánchez.

Si bien le dijo que “es hora de decidirse” y le emplazó a que “si apuesta por nuevas elecciones, que lo diga”. Pero, si no, Iglesias le repitió que su formación “está dispuesta a intentarlo; pese a los recelos, la realidad nos tiene que empujar al acuerdo. Debemos intentarlo. Nosotros estamos dispuestos intentarlo”, insistió. Tras el ofrecimiento a Sánchez, Iglesias arremetió contra los efectos económicos de los cuatro años de Gobierno popular en los que “se ha expulsado a tres millones de personas de la clase media”.

Y también criticó encendidamente la tibieza del Gobierno popular ante la corrupción. “La corrupción está en los genes de su partido desde que lo fundaron ministros del régimen más corrupto que ha habido en España”, dijo. En este punto, rechazó las medidas anticorrupción incluidas en el acuerdo del PP con Ciudadanos. “Son una burla indecente. No les creo, es mentira que vayan a combatir la corrupción porque ustedes son la corrupción”.

Pero las palabras más duras de Iglesias las reservó para el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, a quien acusó de ser “el chicle de MacGyver del régimen, que vale para todo”. Y aseguró que el líder de la formación naranja “ha escrito su propio epitafio: Perdí la credibilidad por Dios y por España”. Rajoy respondió a Iglesias con la ironía que utilizó en varias ocasiones y le dijo: “Yo no le digo nada cuando levanta usted el puño... a no ser que sea obligatorio”, lo que provocó las risas de la bancada popular.

A continuación, tras la intervención del resto de miembros de Unidos Podemos (En Comú Podem, IU y En Marea) fue el turno de Rivera, que subió a la tribuna a ensalzar la versatilidad de su partido que “se ha sentado a hablar con los que no se hablan” y llegado a acuerdos “con los que no acuerdan”, insistió. Por ello Rivera aseguró que Ciudadanos “ha demostrado que en el centro está la virtud”, insistió Rivera.

Pero como no podía ser de otra manera, pidió con insistencia a los socialistas que reconsideraran su posición y propiciaran las abstenciones necesarias para que Rajoy sea investido mañana. También advirtió al candidato popular que estarán en la comisión de seguimiento del pacto de investidura porque “no se fía” de que el PP vaya a cumplirlo. También llamó la atención de Rajoy para que si finalmente pudiera lograr formar Gobierno, éste “se ponga en marcha antes del 30 de noviembre –fecha tope para cobrar a los amnistiados fiscales– para que “los Rato, los Bárcenas y los Pujol”, “no se escapen”. Pero Rajoy volvió a tirar de sarcasmo despejar las dudas de Rivera: “creo que usted y yo nos vamos a llevar bien”.

Rivera no se olvidó de defenderse de los ataques de Iglesias acusando a los dirigentes de Podemos de “de ser más de pedir el CNI y nosotros la dación el pago”; o asegurando que “Iglesias quiere que los jueces firmen el programa de Podemos”.

La posibilidad de que las seis intervenciones que necesitaría Rajoy mañana para ser investido salieran de los diputados nacionalistas vascos o catalanes también quedó bastante descartada tras las intervenciones de los representantes del PNV, Aitor Esteban, y de Partit Demòcrata Català (PDC) –antigua Convergència– Francesc Homs.

Esteban dijo a Rajoy que tanto el acuerdo con Ciudadanos como su acción de Gobierno demuestran que “no quieren el voto del PNV”. Mientras que Homs rechazó su apoyo porque Rajoy y el PP “tienen a Cataluña en contra”.

Si bien el líder catalán tendió la mano a Sánchez “si considera” el referéndum.

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