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Carburantes

La CNMC defiende la existencia de gasolineras desatendidas

Surtidor de gasolina.
Surtidor de gasolina.EFE

Las autoridades autonómicas en España han emprendido en los últimos tiempos distintos movimientos regulatorios con el fin de eliminar la existencia de las llamadas gasolineras automáticas o desatendidas. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) dio este jueves, sin embargo, un espaldarazo para este tipo de estaciones de servicio.

El regulador publicó ayer un informe en el que defendía que las leyes propuestas por las distintas Comunidades han “cercenado” la libertad de empresa y la libre elección de los consumidores “dañando al interés general”.

La CNMC apuesta en su escrito por potenciar “un marco normativo que fomente la aparición de nuevos competidores efectivos en el mercado que incremente el bienestar de los consumidores finales”.

Por ello, el organismo pide “eliminar toda disposición normativa en proceso o vigor que prohiba o discrimine de forma directa o indirecta” estas gasolineras. El regulador explica en su informe que ha detectado barreras a la entrada de estas estaciones de servicio.

Para basar su argumentación, la CNMC pone como ejemplo el desarrollo de las instalaciones de cooperativas agrarias que han funcionado “sin incidentes destacables” y sin necesidad de contar con personal. Por ello, pide que se eliminen las restricciones actuales para servir carburante a sus no socios.

El organismo entiende que la exigencia de contar con al menos un trabajador, como han legislado algunas comunidades, así como la obligación de contar con hojas de reclamaciones, recipientes de medida calibrados o guantes y papel de un solo uso, no se ajustan a los criterios de proporcionalidad.

Por último, dentro de sus conclusiones, la CNMC pide que se liberalicen los mecanismos para la aparición de nuevos formatos de estaciones de servicio como “por ejemplo en aparcamientos de supermercados, talleres de vehículos de motor o comunidades de vecinos con instalaciones aptas para el almacenamiento de carburantes”.

Las tradicionales, en contra

El informe está lejos de convencer a los representantes de las gasolineras tradicionales. Víctor García, secretario de la Asociación de Empresarios de Estaciones de Servicio de la Comunidad Autónoma de Madrid (Aeescam), aseguró ayer a este medio que se tratan de unas conclusiones “sesgadas y parciales que persiguen la desregulación del sector”.

El representante de los empresarios madrileños en el sector critica que se permita un “deterioro” en la atención al cliente y a las personas con discapacidad, al no contar con empleados. “La CNMC está por que no haya trabajadores en este sector”, remarcó.

También rechazó las conclusiones sobre la liberalización de las cooperativas agrarias. García apuntó que los cambios en la normativa llevarían a desventajas competitivas a los tradicionales frente a estas organizaciones. “Tienen una fiscalidad menor y no cumplen con las mismas exigencias”, apuntó.

Sin embargo, la lectura fue mucho más positiva por parte de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que emitió un comunicado apoyando la decisión del regulador. La asociación defendió que estas gasolineras “han demostrado ser uno de los pocos fenómenos dinamizadores de este sector”. Argumentó que provocan “caída de precios” en las áreas en las que se instalan.

300 estaciones en un sector dominado por Repsol

En España operan actualmente en torno a 9.800 estaciones de servicio, principalmente propiedad o vinculadas con operadores mayoristas verticalmente integrados con la actividad de refino y, hasta hace poco, con el transporte y el almacenamiento.

 

Según el último Estudio de la CNMC, el principal operador sobre el mercado de carburantes de automoción es Repsol con un 34% de la cuota en términos de número de estaciones de servicio en España, seguido de Cepsa (15%), Galp (6%), Disa (5%) y BP (4%).

Respecto a las estaciones desatendidas, no existen datos oficiales sobre su número exacto en España, aunque la Asociación Nacional de Estaciones de Servicio Automáticas (AESAE) estima que hay una 300 gasolineras de este tipo.

Esta cifra puede llegar a alcanzar un 5% del total de las estaciones de servicio. El porcentaje, según la citada asociación, es “mucho menor” en España si se compara con otros socios europeos, donde este formato tiene “una mayor penetración”.

El informe concluye que todos los análisis realizados sobre el sector de las gasolineras señalan “problemas estructurales de falta de competencia” en este mercado estratégico para la productividad nacional, más allá de la exigencia de personal.

Según el estudio de la CNMC, en el caso de las estaciones desatendidas, los precios son un 1,9 % menores para las gasolinas de 95 octanos y un 2,7 % más bajos para el gasóleo, en relación con una gasolinera convencional.

Madrid, Navarra, Asturias, Baleares, Andalucía, Castilla-La Mancha, Aragón, Murcia o la Comunidad Valenciana son algunas de las regiones que ya han legislado o están en proceso de hacerlo para prohibir o restringir la existencia de este tipo de estaciones.

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