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Tribuna
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Invertir en el mundo del mañana

El impacto del cambio climático y el medio ambiente como motor de flujos de caja de las empresas está poco estudiado

Se necesitan soluciones verdaderamente innovadoras en todos los ámbitos de la vida moderna para librar la batalla contra el cambio climático. “Creo que hay un momento en el que es demasiado tarde”. Son palabras de Barack Obama que, hace un año, anunció un agresivo plan para luchar contra este fenómeno que incluía reducciones drásticas de las emisiones de carbono de las centrales eléctricas estadounidenses.

Mientras que los llamamientos para combatir el cambio climático están cobrando más fuerza, amplios sectores de la industria de inversión ya están comprometidos en este ámbito. Grandes fondos de pensiones han prohibido invertir en empresas del carbón. Si bien esto supone un paso hacia el final del problema, se necesitan soluciones innovadoras en todos los ámbitos de la vida moderna para librar la batalla.

Cambios en el ámbito corporativo: la mayor concienciación de los consumidores, especialmente entre los más jóvenes y con mayor nivel educativo, está impulsando a las empresas a abordar la sostenibilidad y combatir el cambio climático. La sostenibilidad se está convirtiendo en parte integral de la estrategia empresarial. Las compañías están buscando soluciones para ahorrar energía, materiales y recursos y mejorar la productividad. Entienden que para seguir siendo competitivas es vital mejorar la sostenibilidad. Antes de la crisis, era principalmente la política la que impulsaba todo lo referente al cambio climático y el medio ambiente, legislando o concediendo subvenciones. Hoy, invertir en soluciones medioambientales es una decisión racional para consumidores y empresas.

Invertir en soluciones medioambientales: la mayoría de las personas relaciona la lucha contra el cambio climático y la protección del medio ambiente con las inversiones en energías renovables –principalmente la solar y la eólica. Una definición tan limitada subestima las oportunidades disponibles para sacar partido de esta megatendencia de inversión a largo plazo. Las energías renovables abarcan más que las energías alternativas y a pesar de que es difícil desligarse de ciertas ideas erróneas, es necesario buscar a innovadores en el sector, que aspiran a lograr una eficiencia de los recursos, y a adaptadores, que se centran en la protección medioambiental.

Otro concepto erróneo sobre el espacio de inversión relativo al cambio climático y al medio ambiente es la noción de que la mayoría de las empresas siguen sin ser rentables. El impacto de ambos como motor de flujos de caja de las empresas está poco estudiado, y la mayoría de los participantes en el mercado lo subestiman. Mucha gente cree que no se puede ganar dinero en este ámbito a menos que se adopte una perspectiva a cinco o diez años. Sin embargo, no se trata de una estrategia para nuestros nietos. Es un producto que es conveniente ahora mismo.

"Mucha gente cree que no se puede ganar dinero en este ámbito a menos que se adopte una perspectiva a cinco o diez años"

Hexcel Corp y Cytec Industries, dos de los principales fabricantes de fibra de carbono del mundo, son ejemplos de los tipos de oportunidades que estamos encontrando en este espacio. Las nuevas generaciones de aviones contienen aproximadamente un 50% de fibra de carbono, lo que se ha traducido en una mejora del 20% de la eficiencia del consumo de combustible en comparación con los aviones más antiguos del mismo tamaño.

Al combinar este tipo de empresas, que optimizan el consumo de recursos y materiales, con otras que innovan en el área de protección medioambiental y de energías renovables, es posible construir una cartera que sea hasta un 40% menos intensiva en emisiones de CO2 que la renta variable global (entendida como el MSCI World Index).

Crecimiento continuo: por primera vez, hemos visto un compromiso político firme a nivel internacional. En noviembre de 2014, EE UU y China, responsables de la mitad de las emisiones de carbono del mundo, llegaron a un acuerdo histórico y se comprometieron a frenar sus emisiones durante las próximas décadas. En diciembre del 2015, en la Cumbre del Clima de París, los Gobiernos de 195 países se comprometieron a limitar el aumento de la temperatura del planeta, firmando un trascendente pacto.

Estos logros, aunados al hecho de que la Agencia Internacional de la Energía estima que para encauzar la economía mundial hacia un estado bajo en emisiones de CO2 se necesitan unas inversiones adicionales de un billón de dólares al año hasta 2050 –un importe que cuadriplica el nivel de inversión actual–, reafirman nuestra creencia en un crecimiento sostenible a largo plazo en el universo de las inversiones medioambientales.

Thomas Sorensen y Henning Padberg son gestores del fondo Nordea.

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