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El personaje de la serie

Aprender a pensar como Sherlock Holmes

El detective tiene una capacidad de observación que es ineludible en la empresa

Martin Freeman, como Watson y Benedict Cumbertbatch, como Sherlock.
Martin Freeman, como Watson y Benedict Cumbertbatch, como Sherlock.

Sherlock Holmes es el detective más famoso de la historia. Resuelve increíblemente los misterios más complicados y lo suele hacer con el tiempo suficiente para, además, salvar otras vidas, o prevenir algún tipo de desastre. Y nunca se detiene, ni el caso más complejo le hace desistir. Holmes es, en definitiva, uno de los mejores inspiradores para cualquier profesional que busque la excelencia en su trabajo. De tal manera lo es, que proponemos algunos consejos,basados en sus razonamientos y su conducta,con la intención de que, al finalizar la lectura, podamos afirmar como lo hacía el mismo Sherlock: “Elemental, querido Watson”.

El personaje de la serie

Sección elaborada por profesores de Esade que analiza a los protagonistas de series de televisión bajo la óptica de las lecciones que pueden extraerse para el ‘management’.

El personaje, creado por Arthur Conan Doyle, tiene la virtud de saber, con un simple vistazo, dónde ha estado una persona, cuál es su ocupación o qué tal funciona su salud. Y, todo ello, en pocos segundos. Su habilidad para el razonamiento deductivo y su increíble atención a los detalles lo convierten en una persona excepcional en el desempeño de su labor. Y también en el de otra cualquiera.

Para él, todo tiene una causa y esta constatación, como lema de vida, le impulsa a imaginar, analizar y explorar todo tipo de conexiones para llegar a una conclusión válida. Siempre buscando tramas. Pero,¡cuidado!, lo que para unos puede parecer una enfermiza obsesión por los detalles, es, en realidad, el resultado del tiempo y el esfuerzo invertido en ejercitar y adquirir una extraordinaria capacidad de observación. Esta es, además, una práctica aconsejable, e incluso ineludible, para nuestro día a día como profesionales.

Otro rasgo que acompaña la personalidad de Holmes es externo a él, y es su apéndice, su fiado compañero el doctor Watson. Este personaje desempeña un papel muy relevante en las investigaciones de Sherlock. Su ayudante le da soporte pero, sobre todo, lo complementa: si uno busca la visión de conjunto, el otro prefiere unir piezas pequeñas. Hay que resaltar que dos cerebros, aplicados en solventar el mismo problema, funcionan mejor que uno solo.

Por otro lado, la posibilidad de contar con otra mirada, capaz de observar y aportar otras perspectivas, es fundamental a la hora de enfrentarse a la resolución de un conflicto. La clave, en este sentido, es que la colaboración vaya más allá de una simple validación y sume estímulos para afrontar nuevos desafíos. Además, a lo largo del proceso, ambos personajes enfrentan teorías y especulaciones entre sí y se prodigan en críticas el uno al otro abiertamente. Esta circunstancia eleva el grado de pasión, que, a su vez, facilita la competición por la excelencia en la ejecución del trabajo. Al mismo tiempo,el nivel de confianza entre ambos se va fortaleciendo.

De forma individual, podríamos admitir que Watson no tiene el mismo nivel de agudeza intelectual que Sherlock, perosu experiencia añade gran valor a la “alianza”, sobre todo por su tenacidad en la aceptación y solución de retos. Su formación y background como médico, muy distintos de los de Holmes, le permite añadir detalles muy útiles para acelerar las investigaciones y facilitar las conclusiones definitivas. Siguiendo las modernas teorías sobre las inteligencias múltiples, es interesante observar cómo Holmes, a pesar de ser muy brillante, necesita a otras personas. Y no se trata sólo de su partner, sino que también colaboran otros agentes, como son la policía o su propio hermano.

Holmes es consciente de sus extraordinarias capacidades, pero jamás detiene su aprendizaje. Es muy evidente el constante proceso de absorción de conocimientos y su increíble afán por ampliarlos. Esta actitud es lo que le permite reforzar su capacidad deductiva y la utilización de su amplia y particular “base de datos” de una manera más eficaz y eficiente.Se trata de un entrenamiento continuo que le hace entrar en un proceso de mejora constante. Este modo de captación y asimilación constante, sin duda alguna, debería ser aplicado al desempeño de nuestras profesiones.

El aprendizaje continuo y la incorporación de perspectivas distintas, que fomenten la proliferación de posibilidades y soluciones alternativas, resulta un elemento clave en las organizaciones. De hecho, cuanto más rompedora sea una visión, cuanto más alejada esté de los esquemas mentales habituales, mejor nos podremos aproximar a una respuesta adecuada. Sobre todo, cuando se trata de situaciones muy complejas.

Michele Quintano es profesor del departamento de Dirección de Marketing de Esade Business & Law School

Sherlock Holmes

Después de varios éxitos en la adaptación televisiva de novelas clásicas de la literatura victoriana, el dúo de productores y guionistas británicos Steven Moffat y Mark Gatiss presentaron un arriesgado proyecto a la BBC: la enésima adaptación del clásico Sherlock Holmes. Sin embargo, el que podía haber sido un estrepitoso fracaso, se convirtió rápidamente en fenómeno viral transmedia revolucionando el concepto de mini-serie europea (tres capítulos). Su gancho, olvidarse de la reverencia al personaje, que hasta el momento se había mantenido literalmente fiel a la versión de Conan Doyle, y traerlo al siglo XXI.

De este modo, el nuevo Sherlock se presenta en 2010 con su smartphone —y sus whatsapp detallados en la pantalla del televisor para que puedan leerlos los espectadores—, dominando magistralmente la búsqueda en internet, y, como no, intentando librarse de una adicción que, en tiempos modernos equivale al opio hace dos centurias, el tabaco. Este traslado, sin embargo, mantiene ciertos detalles que ayudan al público a seguir vinculado al mito: vive en el 221B de Baker Street y conserva a su eterno archienemigo, James Moriarty, encarnado en un hacker sociópata.

Si sorprendente es la adaptación de Sherlock al contexto digital, más humana y realista es la de su ayudante, el doctor Watson. Aparece como veterano de guerra de Afganistán, y no de la segunda guerra anglo afgana (1878), y su hermano, Mycroft Holmes también ocupa un indeterminado puesto al servicio de su majestad

Otro de los aspectos más valorados de la serie, además de su peculiar adaptación, es la interpretación de sus actores protagonistas (Benedict Cumbertbatch como Sherlock y Martin Freeman, como Watson). Ambos se llevaron sendos Emmy’s en la primera temporada de la serie y han visto crecer su caché como la espuma a partir de las dos siguientes. Tanto es así que se rodaron simultáneamente, debido a las apretadas agendas de los intérpretes y que el rodaje de la cuarta, se ha hecho esperar más de dos años (a excepción del capítulo especial de Navidad). En la tercera temporada tuvo una audiencia de más de 9 millones de personas.

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