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Escapadas

A Ibiza... de vacaciones con la familia

Sus playas y parajes naturales hacen de la isla un lugar para todos.

Sí, ha leído bien. Tras Ushuaïa, Pacha y los festivales de música electrónica, la isla Pitiusa ofrece a sus visitantes miles de actividades y planes para disfrutar de unas vacaciones en familia. Lugares donde pequeños y mayores podrán pasarlo en grande a la vez que descubren la historia de uno de los entornos urbanos más antiguos del Mediterráneo occidental. Y es que para comprender y vivir intensamente Ibiza es esencial remontarse al pasado.

Los primeros hombres llegaron al atolón en la Edad del Cobre, dejando la Cueva de ses Fontanelles y sus pinturas rupestres en Sant Antoni para deleite de sus visitantes. Más tarde, los fenicios construyeron la miniciudad de Sa Caleta, hoy Patrimonio de la Humanidad.

En la nueva era, tras los fenicios y el Imperio Cartaginés, que pobló la isla con la marcha de los primeros, llegaron los romanos y de ellos todavía quedan vestigios como el Pont Vell, un puente que cruza el único río de Baleares: Santa Eulària. De los bizantinos podremos visitar la Cueva de Santa Agnés, el templo cristiano más antiguo de Ibiza.

Pero si queremos buscar una de las culturas que más influyó en el territorio esa fue la árabe, con ella la isla resplandeció y consiguió crecer económicamente estableciendo sus pilares en la sal, la agricultura y la pesca. Para entender esta época es recomendable visitar la Madina Yabisa, un centro de interpretación de la Ibiza musulmana. Ya con la llegada del siglo XIII, el Reino de Aragón consiguió poblar la isla y desde entonces el catalán permanece en el lenguaje de sus habitantes.

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De esa época es digna de visita la Catedral de Santa María, ubicada en una antigua mezquita árabe. Del XVI no podrá dejar de conocer el monumento más importante de la isla, Patrimonio de la Humanidad: las Murallas Renacentistas, levantadas tras los constantes ataques de la flota turca y los piratas argelinos, y el Dalt Vila o pueblo alto.

Ya en el XVII, la llegada del obispado propició el que se construyeran numerosas iglesias, diferentes a los templos habituales, ya que guardan una arquitectura muy singular por haber sido concebidas como fortalezas. Entre sus muros se refugiaba la población ibicenca para resguardarse de los piratas.

Entre los numerosos santuarios destacan el de Santa Eulària, el de Sant Miguel –la iglesia más antigua de la isla–, el de Es Cubells, Sant Jordi, Sant Agustí o el de Sant Antoni, que incluso albergó cañones en su torre de piedra.

Por último, con la explosión del turismo, ya en el siglo XX, también llegaron los hippies, que escogieron e hicieron suyo el territorio divulgando su estilo de libertad y belleza natural, lo que desembocó en la conversión de la isla como cuna de escritores, filósofos y artistas.

Las vistas del Parque Natural Ses Salines son espectaculares, allí encontrará especies protegidas de flora y fauna. Pero si además de belleza busca un lugar donde empaparse de la espiritualidad de la isla, su paraje será Es Vedra, calificado por muchos como uno de los más bonitos de la isla. Un lugar perfecto para contemplarlo es Cala D’Hort, en la costa oeste.

Un plan educativo para descubrir las especies autóctonas es acudir al Aquarium Cap Blan, conocido como la cueva de las langostas. Se trata de un lugar privilegiado, ubicado en el interior de una cueva en el municipio de Sant Antoni que hace de acuario. En él podrá ver meros, rayas, castañuelas… y si tiene suerte, incluso tortugas marinas, al tratarse de un Centro de Recuperación.

Una de las cuatro piscinas del Hotel Barceló Pueblo Ibiza.
Una de las cuatro piscinas del Hotel Barceló Pueblo Ibiza.

El acuario ofrece visitas guiadas y talleres donde poder divertirse aprendiendo. Bien sea en bici o a pie, las alternativas para ir de excursión son amplias. Aquí le destacamos la ruta de las Cuevas de Can Marça, unas grutas subterráneas ubicadas en Port de San Miquel.

El recorrido es de unos 40 minutos y durante el mismo podrá asistir a un espectáculo de luz con efectos de sonido. Se asombrará con las formaciones de estalactitas y estalagmitas.

Si prefiere la bicicleta, existen 20 rutas de diferente dificultad. Las de más bajo nivel tienen una longitud de 15 km aproximadamente, lo que se traduce en unas dos horas de trayecto, sin grandes subidas.

La isla ofrece una amplia oferta hotelera, pero para ir en familia nada como un hotel pensado para los niños y adolescentes. Es el caso del Hotel Barceló Pueblo de Ibiza, a 300 metros de la playa del Port des Torrents, y a 10 minutos en coche de las playas de Compte, Cala Talarida y Cala Bassa.

Ha sido reformado íntegramente recientemente. Habitaciones familiares, zonas de parque para los más pequeños y zonas deportivas, salas de audiovisuales y videojuegos para que tengan la edad que tengan puedan pasarlo en grande.

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