_
_
_
_
_
Política

Los vídeos electorales, el nuevo campo de batalla de los partidos

Las formaciones se responden entre sí en spots que buscan la viralidad

Un fotograma del vídeo 'Los héroes anónimos', de Ciudadanos.
Un fotograma del vídeo 'Los héroes anónimos', de Ciudadanos.
Manuel G. Pascual

Podemos hizo el pasado 8 de junio algo que nadie esperaba: publicó su programa electoral en forma de catálogo inspirado en el de Ikea. La jugada consiguió su propósito, ya que no se habló de otra cosa durante varios días. Fue una acción audaz, pero no la única. Una semana antes, Ciudadanos lanzó un vídeo (Los héroes anónimos) en el que los parroquianos de un bar, entre los que no falta uno con coleta y pocas ganas de trabajar, hacen un repaso de la actualidad política y concluyen que la mejor opción es la formación naranja.

Objetivo: inundar las pantallas de televisión

Los expertos coinciden en que el manejo que hace Podemos de los vídeos es más efectivo que el del resto de formaciones. “El de los sillones es el mejor elaborado de cuantos he visto. Me parece un excelente ejercicio de comunicación política por las formas y el mensaje”, apunta David Redoli, presidente de ACOP. Otro buen ejemplo sería el vídeo Háblanos de tu abuela, del PP. Con él, opina Redoli, la formación le ha dado la vuelta con estilo a la acusación de que su principal caladero de votos son los mayores.

Y cuando ni siquiera difundiendo vídeos se consigue notoriedad, el siguiente paso es desarrollar acciones que llamen la atención. En este sentido, se enmarca el despliegue por parte de Vox de una bandera de España gigante en el Peñón de Gibraltar, lo que ha permitido a la formación conservadora colarse en todos los medios, dando además un mensaje muy ligado al ideario del partido. Un sabotaje de este tipo, eso sí, comporta detenciones. Este fin de semana se verá si ha producido resultados.

Desde entonces han proliferado los vídeos con intenciones virales desarrollados por los principales partidos del país. Algunos de ellos se contestan entre sí; otros se consagran a destacar alguno de los mensajes clave de las formaciones. En muchos impera un tono sarcástico relativamente desconocido hasta ahora en la política española. Entre los más recientes, el difundido por el PSOE (El futuro de un país no se vende por catálogo), en el que se ve a una pareja tratar de montar sin éxito un mueble en su casa, en una clara parodia a la iniciativa de Podemos. O el que esta formación presentó ayer (Tablas), una llamada a la participación.

“La mayoría de estos anuncios son muy emocionales: tienen poco contenido programático y apelan a sentimientos”, explica Carmen Galbete, consultora de la asesoría de comunicación Redondo & Asociados Public Affairs. “Los candidatos y las propuestas ya se presentaron en la campaña del 20-D. Ahora hay que aportar algo más”. Para esta experta, Podemos ha llevado la voz cantante, siendo los más originales y demostrando ser capaces de transformar amenazas en oportunidades. Es el caso de Hablemos de sillones, en el que aprovechan la acusación vertida a la formación morada de que lo que les interesa es llegar al poder para arremeter contra PP, PSOE y contra la abstención.

El público objetivo de estas creaciones no se reduce a los menores de 40 años, los más expuestos a internet. “Su factura técnica es muy buena. Están pensados para que den el salto de las redes sociales a las televisiones y las ediciones digitales de los periódicos. Quieren llegar a todos”, indica David Redoli, sociólogo y presidente de la Asociación de Comunicación Política (ACOP).

“Tanto Podemos como PP han marcado la agenda. Ciudadanos y sobre todo el PSOE han ido reaccionando sobre la marcha”, opina Galbete. Así, mientras el vídeo Billar del PP, en el que se dice que votar a C’s no favorece a una posible coalición con los populares, sino con los socialistas, ya estaba preparado antes de entrar en campaña, el de Ikea del PSOE ha tenido que rodarse después de la presentación del programa del partido liderado por Pablo Iglesias.

¿Por qué proliferan más vídeos que en otras campañas? Redoli lo tiene claro: “Los partidos deben esforzarse más que antes para conseguir votos. Ya no se trata de decir que vienen los conservadores o los despilfarradores. Hay muchos relatos sobre la mesa: los nuevos frente a la experiencia, jóvenes frente a viejos, etcétera”. La batalla por las urnas también se libra en las pantallas.

Sobre la firma

Manuel G. Pascual
Es redactor de la sección de Tecnología. Sigue la actualidad de las grandes tecnológicas y las repercusiones de la era digital en la privacidad de los ciudadanos. Antes de incorporarse a EL PAÍS trabajó en Cinco Días y Retina.

Más información

Archivado En

_
_