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Intermediación en el mercado

La segunda fase de la reforma de la Bolsa se retrasa por el exceso de operaciones fallidas

El 27 de abril entró en vigor la reforma del sistema de compensación, registro y compensación de la Bolsa española. Las operaciones solo son firmes tras su liquidación, al tercer día (D+3), estaba previsto que lo fueran a los dos días, pero los fallidos en las liquidaciones que no pasan por cámara obligan al aplazamiento.

La presidenta de la CNMV, Elvira Rodríguez, durante su intervención en el IV Foro Anual del Consejero que se celebra hoy en Madrid.
La presidenta de la CNMV, Elvira Rodríguez, durante su intervención en el IV Foro Anual del Consejero que se celebra hoy en Madrid.EFE

El 27 de abril entró en vigor la reforma del sistema de compensación, registro y compensación de la Bolsa española. Las operaciones solo son firmes tras su liquidación, al tercer día (D+3). Estaba previsto que la liquidación al segundo día (D+2) empezara el próximo 27 de junio, pero esta fase se retrasa ahora al 3 de octubre, debido a los fallidos de las operaciones que no pasan por cámara. En estas últimas es el propio intermediario el que liquida la operación.

"Transcurridas cinco semanas, se constata un comportamiento positivo de la liquidación de operaciones procedentes de las cámaras de contrapartida central. En particular, la ratio de eficiencia de BME Clearing está en los últimos días en torno al 99%", explica la CNMV en una nota. Es decir, los fallidos están en el 1%.

No obstante, la tasa de liquidación de las operaciones bilaterales no compensadas en cámara de contrapartida central [el propio intermediario es el que liquida y no la cámara de contrapartida, en este caso BME Clearing] todavía no ha alcanzado unas ratios comparables a los del mercado, aunque en los últimos días se ha observado una mejora notable en su comportamiento. Esta fórmula de liquidación es la elegida por los cualificados foráneos, que suponen entre el 50% y el 60% del volumen que se negocia en la Bolsa española.

"La CNMV, en su papel de supervisor de los mercados, está monitorizando el comportamiento del sistema para posibilitar respuestas ágiles a los problemas que se han ido planteando y conseguir en el menor tiempo posible niveles de eficiencia satisfactorios. En este sentido, se ha adelantado el primer ciclo de liquidación a las 8.00 horas y se ha incrementado la frecuencia en los procesos de liquidación en tiempo real. Igualmente se están considerando otras medidas que se implantarán si resultan necesarias.

Una década de debate

La reforma del sistema de compensación, liquidación y registro de la Bolsa española, todo lo que sucede después de que se cruce una operación de compraventa, arrancó el 27 de octubre, después de una década de debates y reiterados retrasos en su puesta en marcha.

La gran misión es que los procesos posteriores a la contratación sean homogéneos con el resto de Europa y también con Estados Unidos. La intención última es crear una plataforma europea de liquidación de valores, que comenzará a funcionar en 2017 si no hay retrasos.

Para el inversor, de entrada, no habrá cambio alguno en la forma de operar, pero en realidad se produce una revolución en todo lo que ocurre en la caja negra de la Bolsa. Y esto sí tendrá consecuencias prácticas para los clientes.

Los intermediarios han informado de las eventuales repercusiones. Casi todos han remitido cartas –en CincoDías.com puede consultarse una de ellas– en las que explican que el nuevo sistema supone “la eliminación del principio de aseguramiento”. Hasta ahora, los intermediarios tenían que aportar una fianza para garantizar que las operaciones pendientes de liquidar llegaran a buen puerto.

 Ahora no es el propio mercado el que asegure la entrega de los títulos, sino una cámara de contrapartida central. En el caso español, será BME Clearing, que exigirá a las entidades que sean clientes que depositen garantías. Estas podrán ser avales, dinero en efectivo o activos de renta fija o variable.

Pero el gran cambio está en que la firmeza de una operación no se producirá en el momento de la compraventa como ahora, sino en el de la liquidación. Hasta ayer, un inversor que adquiriera, por ejemplo, acciones de Telefónica a través de un intermediario español las tenía, sí o sí, disponibles en el mismo momento de la transacción, aunque el vendedor aún no hubiera entregado los títulos. Y es que ese banco o ese bróker indicaba a su cliente que los tenía en cuenta, aunque de forma efectiva no le hubieran llegado las acciones.

Las operaciones que se realicen hoy, y que se liquidarán el lunes 2 de mayo ya no se ejecutarán si el vendedor no ha entregado los títulos. BME, para prevenir errores ha creado un sistema obligatorio de préstamo de títulos. Así, en lugar de esperar a que le entreguen las acciones, se fuerza al vendedor a que tome los títulos prestados y así se entreguen de forma ortodoxa.

En todo caso, las entidades informan de que existe “el riesgo de fallido en la entrega de valores, circunstancia que puede producirse con carácter excepcional, de modo que el comprador puede no recibir los valores en tiempo y forma, hasta el extremo que una operación de compra concluya con una recepción en efectivo en lugar de valores”. Los brókeres están enviando las cartas a sus clientes para cubrirse legalmente.

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