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Directivos

El ejecutivo español, cómodo en China

Varios directivos con presencia en ambos mercados explican sus experiencias Algunos aspectos culturales, como la importancia de la familia, ayudan en los negocios

De izquierda a derecha Jorge Cosmen, consejero delegado de Alsa; Javier Targhetta, consejero delegado de Atlantic Copper, Rosa Yang, socia directora de Deloitte en China, Javier Fernández-Cid, consejero delegado de Mapfre, Tony Jin Yong, consejero delegado de Huawei en España y Linghan Wang, directora general de UnionPay de Europa.
De izquierda a derecha Jorge Cosmen, consejero delegado de Alsa; Javier Targhetta, consejero delegado de Atlantic Copper, Rosa Yang, socia directora de Deloitte en China, Javier Fernández-Cid, consejero delegado de Mapfre, Tony Jin Yong, consejero delegado de Huawei en España y Linghan Wang, directora general de UnionPay de Europa.

No es fácil abrirse hueco en ningún mercado. Y el chino, en el que cada vez quieren estar presentes más empresas, es uno de los más complicados. Sin embargo, al ser emergente y estar en constante movimiento, cuenta con una ventaja que posibilita que las compañías mas atrevidas e innovadoras encuentren una puerta abierta.

Es lo que le ocurrió a la firma de transporte española Alsa, hace ya 30 años. “Entonces China era muy diferente, y los autobuses solo salían de su destino cuando se ocupaban todos los asientos. Por eso, basándonos en la observación, introdujimos la modalidad de los horarios fijos, algo que nos permitió diferenciarnos”, explicó Jorge Cosmen, consejero delegado de Alsa, en la jornada China y España, nuevos horizontes de desarrollo, organizada por Deloitte, que reunió a directivos y altos ejecutivos de empresas de ambos países “para compartir sus experiencias en dos mercados que, a diferencia de lo que suele pensarse, no son tan diferentes”, afirmó Rosa Yang, socia directora de Deloitte en China. “Esta irrupción duró lo que duró, pero logramos ese posicionamiento”, añadió Cosmen.

La evolución del gigante asiático está haciendo posible, por ejemplo, que las compañías dedicadas al sector servicios crezcan y se abran paso. Es precisamente esta la razón por la que la aseguradora Mapfre decidió, hace aproximadamente dos años, lanzarse a este país. “Y si todo sale como está previsto, podremos empezar a operar el año próximo”, comentó el consejero delegado de la aseguradora, Javier Fernández-Cid, que detalló cómo el consumidor chino se ha posicionado como uno de los más avanzados en todo el mundo. “Por ejemplo, el 71% de ellos adquiere cada semana un producto nuevo en el sector asegurador”, expuso. Además de puntero, es un consumidor agradecido, ya que valora los productos que cada compañía oferta. “Por eso, el escenario que se encuentran las firmas es muy amable”, recalcó Fernández-Cid.

Pero la cada vez más semejante tipología de mercado no es el único tanto que las compañías españolas pueden aprovechar en el gigante asiático. Tal y como recordó Fernando Ruiz, presidente de Deloitte en España, “el chino y el español son dos mercados que se complementan también por otros lazos”.

La identidad familiar es un aspecto con mucho peso en ambas culturas, y eso afecta también al ámbito empresarial debido a la cultura corporativa de las compañías, “algo que a nosotros nos ayudó mucho para abrirnos paso”, detalló Jorge Cosmen. Y junto a la familia, hay otros detalles que los chinos valoran por encima de todo: “la amistad y la lealtad, algo que la alta dirección de una empresa también debe recordar”, comentó Javier Targhetta, consejero delegado de Atlantic Copper, que situó la honestidad como uno de los pilares fundamentales para poder abrirse paso en un mercado como el del gigante asiático. “Nosotros fuimos a China en 2008, cuando el derrumbe económico nos obligó a buscar otros escenarios. Pero es que hoy, del total del cobre que se consume en el mundo, la mitad lo hace en China”. Una prueba más, explicó, del espectacular crecimiento del país, que se vuelve obligatorio aprovechar.

Además, dejando de lado los factores culturales, los geográficos también se vuelven protagonistas. “España es el país de Europa que mejores relaciones tiene con América Latina, otro mercado emergente con el que China está manteniendo importantes nexos”, relató Rosa Yang. Y ambos países, uno por el Océano Atlántico y otro por el Pacífico, son una puerta de entrada a la región.

Sin embargo, la principal ventaja que las compañías, no solo españolas sino de todo el mundo, encuentran en el país es que China representa la innovación constante en materia tecnológica y es el mercado que, hoy por hoy, mueve y da ritmo al sector digital. “Antes importábamos la tecnología proveniente de los mercados europeos a otros países, pero desde hace unos años hemos comprendido que la delantera la lleva el gigante asiático, por lo que hemos empezado a exportar lo chino hacia fuera”, ilustró Jorge Cosmen. Estar presente en este mercado es, al fin y al cabo, una forma de estar actualizado en las últimas tendencias y avances, y que nada pille desprevenido.

Una relación de interés mutuo

Así como China se perfila como objetivo de las empresas españolas, la relación también se produce en sentido inverso. España se perfila como uno de los destinos favoritos del turismo chino, y algunas compañías como UnionPay han irrumpido para hacer más fáciles los pagos. “Estamos forjando una red sólida cooperando con bancos como BBVA, Santander o Bankia”, comentó Linghan Wang, directora general en Europa.

La tecnológica Huawei decidió entrar en España y, tal y como explicó su consejero delegado en el país, Tony Jin Yong, el comienzo fue difícil, “porque costó demostrar que un producto chino podía dar el salto y ser de calidad, hasta que conseguimos ganarnos la confianza de la clientela”.

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