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Comprueba si te interesa ADSL o fibra óptica y qué velocidad para ahorrar el máximo posible

¿Cobre o fibra óptica? ¿Qué velocidad...? Sobre ambas tecnologías existen diferentes modalidades, tanto en variante por la propia tecnología como en velocidad de descarga y subida. Y aunque lo mejor para cualquier usuario sería contratar 1 Tbps de fibra óptica, el problema es que no está disponible para todos por cobertura de la infraestructura, y además no a todos los usuarios les interesa pagar este precio, luego, ¿qué debería contratar para cumplir mis expectativas, y ahorrar el máximo posible?

Las diferencias principales entre ADSL y fibra óptica, y algunas otras opciones

Decantarse por el ADSL, o en definitiva cualquier modalidad basada en cobre, debería ser una cuestión única y exclusivamente justificada por la cobertura. Es decir, si te llega fibra óptica, lo mejor es que avances hasta el punto que le corresponde, a continuación. Y si no te llega fibra óptica, sigue leyendo y te explicamos qué 'tipos' de ADSL están disponibles en el mercado, qué prestaciones te ofrece y, en definitiva, todo lo que necesitas saber sobre este tipo de conexiones de banda ancha fija.

ADSL

Aunque todas ellas basadas en cobre, existen modalidades de ADSL, VDSL y VDSL2, entre otras minoritarias, y la diferencia principal es la velocidad que nos ofrecen. En cualquier caso, el máximo para las conexiones de cobre en España es de 100 Mbps, si revisamos las ofertas más amplias por cobertura. Ahora bien, el problema de los accesos basados en cobre es que esta es la velocidad máxima teórica, y difícilmente se va a cumplir porque se reduce, y de forma notable, a medida que aumentamos la distancia de la conexión respecto a la central del proveedor de servicios de Internet.

Y los problemas principales del ADSL es que, además de tener limitaciones de velocidad, y que el desarrollo de novedades sobre esta tecnología tiene un horizonte mucho más corto que la fibra óptica, es que vamos a encontrar problemas relacionados con el tráfico -cuantas más conexiones vecinales activas, menos velocidad- y de latencia, notablemente superior frente a la fibra óptica. No obstante, problemas mínimos para quien busque una conexión para navegar por Internet sin demasiadas exigencias, consultar el correo electrónico y demás.

Fibra óptica

Siempre y cuando esté disponible, la fibra óptica es mejor opción. Pero también hay que tener en cuenta que existen modalidades HFC y FTTH, y la diferencia radica en que la primera combina un tramo de fibra y uno último de cobre, mientras que en la segunda tecnología tenemos 'fibra óptica hasta el hogar', luego menores limitaciones en todos los términos que repasábamos anteriormente respecto al cable.

¿Ventajas? Prácticamente todas, y más aún cuando una modalidad de velocidad equivalente, en los operadores mayoritarios por cobertura, tiene actualmente el mismo precio. Las posibilidades de evolución en términos de velocidad son muy superiores, la latencia se reduce al mínimo, y la velocidad contratada se cumple siempre que contemos con conexión por cable Ethernet, o sencillamente un buen equipamiento inalámbrico WiFi, o bien con PLCs u otros sistemas para mantener buena señal y conexión dentro de la casa.

Me interesa más la fibra óptica si hay cobertura, pero, ¿también la máxima velocidad?

Si te llega fibra óptica, es la mejor opción. Pero en términos de velocidad, no necesariamente la opción más potente es la que más nos interesa, si lo que pretendemos es ahorrar lo máximo posible en la factura mensual. Por lo tanto, aquí es donde podemos 'ajustarnos' en prestaciones de la conexión en función de nuestro perfil de uso sobre la conexión a Internet. Evidentemente, no es lo mismo consultar el 'periódico' y el correo electrónico que usar la conexión a Internet para 'gaming' o consumo de vídeo en streaming, entre otros usos que requieren de una conexión de prestaciones superiores.

¿Cómo sé cuál es la velocidad idónea que debería contratar para que 'cumpla' y pueda ahorrar?

Para conocer esto, si no conocemos cómo es la experiencia de uso con cada velocidad posible, podemos simularla. Ahora bien, para ello vamos a necesitar,antes, una conexión superior a la que pretendemos contratar, o equivalente, sobre la que ejecutar este tipo de pruebas. ¿Y cómo lo conseguimos? En centros comerciales, por ejemplo, o en tiendas con WiFi como las Apple Store, o bien incluso en una biblioteca, donde a menudo cuentan con conexión a Internet. Y lo primero de todo es conocer cuál es su velocidad, algo que podemos ver con un test de velocidad. Una vez conozcamos qué conexión tienen, y si es equivalente o superior a lo que pretendemos contratar en casa, entonces ya podemos simular la velocidad que estamos planteándonos contratar para nuestra línea fija.

Y hacerlo es tan sencillo como abrir Google Chrome y pulsar con el botón derecho del ratón sobre cualquier zona vacía del navegador para hacer clic sobre Inspeccionar. Ahora, en la consola de Google Chrome, abriremos el simulador de dispositivos pulsando Ctrl + Shift + M, y a continuación seleccionaremos la velocidad que queremos probar pulsando sobre No throttling y seleccionando aquí la velocidad en cuestión. Si no aparece, tan sencillo como pulsar "Add Custom" y configurarla de forma manual. Una vez hecho todo esto, ya podemos usar Google Chrome de forma normal, y directamente se simulará esa velocidad de conexión a Internet. Si cumple con lo que esperamos, genial, estamos listos para contratar. Si no, podemos cambiar la velocidad y probar un 'nivel superior' de entre las opciones que estemos contemplando, y de esta forma conoceremos si la conexión cumple con nuestras expectativas a la hora de navegar según nuestro perfil de uso.

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