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A cambio de impedir la salida de refugiados

Turquía arranca jugosas concesiones a la UE

El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk (a la derecha), el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu (centro), y el presidente francés, François Hollande (izquierda), posan para una foto de familia durante la reunión especial con Turquía en Bruselas (Bélgica).
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk (a la derecha), el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu (centro), y el presidente francés, François Hollande (izquierda), posan para una foto de familia durante la reunión especial con Turquía en Bruselas (Bélgica).EFE

La Unión Europea y Turquía alcanzaron anoche un principio de acuerdo por el que Ankara se compromete a cortar de raíz la salida de refugiados hacia el continente europeo, un flujo que el año pasado ascendió a 888.000 personas, el 56% de ellas de nacionalidad siria.

A cambio, el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, arrancó importantes concesiones, como la promesa de nuevas ayudas financieras, la supresión de visado para los turistas turcos que visiten Europa y la reactivación del proceso de negociación para el ingreso de Turquía en la UE, estancada desde hace una década.

Europa devolverá a todos los aspirantes a asilo, sin distinción de nacionalidad u origen

El punto más polémico del acuerdo gira en torno al compromiso de devolver a Turquía a cualquier aspirante a asilo que llegue a Grecia de manera irregular, circunstancia que incluye a la inmensa mayoría de refugiados. Europa devolverá a todos, sin distinción de nacionalidad u origen, incluidos los sirios. Numerosas fuentes dudan que esa devolución "en caliente" sea compatible con el derecho internacional. Pero la UE está decidida a aplicarla para disuadir a cualquier potencial refugiado de intentar llegar a suelo europeo sin haber solicitado desde Turquía su petición de asilo. Como contrapartida, la UE se compromete a conceder asilo al mismo número de sirios que Grecia devuelva a Turquía.

El acuerdo se fraguó tras una cumbre de más de 15 horas, en la que se impusieron los partidarios de gestionar la crisis de refugiados como una crisis de migración ilegal. El texto pactado se refiere ya a los refugiados como "irregulares", susceptibles por tanto de ser expulsados de manera inmediata.

La impulsora del nuevo plan ha sido la canciller alemana, Angela Merkel, desbordada por las críticas dentro y fuera de su país a la política seguida hasta ahora basada en la acogida generalizada de todos los sirios. La oferta atrajo el año pasado a más de un millón de personas, la mayoría de las cuales decidió dirigirse hacia Alemania.

"Queremos volver a la situación anterior, en la que la petición de asilo se cursa en el país de entrada y solicitante no puede elegir en qué país quiere residir", señaló Merkel al término de la cumbre.

Merkel reconoce que el cambio hará recaer gran parte de la presión sobre los países de la periferia, pero se muestra dispuesta a conceder ayudas.

La UE ya prometió en noviembre del año pasado 3.000 millones de euros a Ankara para ayudar a la atención de los 2,9 millones de sirios refugiados en suelo turco. Ahora, el club promete aumentar esas ayudas. Y aunque el acuerdo no especifica la cantidad, la canciller alemana subrayó que "se necesitarán otros 3.000 millones".

Ahmet Davutoglu primer ministro turco
Ahmet Davutoglu primer ministro turcoREUTERS

Europa también ha aceptado suprimir la obligación de visado para los turistas turcos que visiten el continente por un plazo máximo de 90 días. Bruselas se compromete a concluir ese proceso en junio de este año, a pesar de que el último informe de la CE (publicado el pasado viernes) señala que Turquía todavía no cumple todas las condiciones.

El club europeo también se ha comprometido a abrir un número indeterminado de los 33 capítulos que conforman la negociación para el ingreso de Turquía en la UE. En más de 10 años de negociación solo se habían abierto 13 capítulos, el último en 2013. Desde que Alemania necesita la ayuda de Turquía para frenar la llegada de refugiados, las negociaciones se han revitalizado y en diciembre ya se abrió un capítulo.

Merkel, declarada enemiga del ingreso de Turquía, pasó ayer de puntillas ante esa contradicción y la atribuyó a las excepcionales condiciones geoestratégicas del planeta que recomiendan, a su juicio, "una estrecha colaboración" con el régimen de Recep Tayyip Erdogan. La UE incluso ha decidido ignorar la creciente represión del régimen turco, que ha iniciado una campaña de control de los medios de comunicación más críticos.

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