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Extra Aula

Aprender idiomas, mucho más que gramática

Conocer una lengua no es solo aprender sus verbos y estructura. Los especialistas coinciden: hay que empaparse de la cultura, conocer el país, y esforzarse por hablar con nativos.

Granger Wootz

Se dice que el idioma que se aprende viviéndolo nunca se olvida. En este sentido, la fluidez que se obtiene gracias a residir un tiempo en el país de origen tiene un gran valor añadido: estás practicando durante todo el día, desde que te despiertas hasta que te vas a dormir; te relacionas con personas que lo hablan a diario, tienes la oportunidad de desarrollarte cultural y personalmente en un país distinto, y el hecho de conocer otros lugares y otros estilos de vida otorga mayor confianza e independencia a la persona que escoge esta opción”, señala Jaime Mullerat, director de EF España.

“Los idiomas se aprenden con la interacción. Aprendemos a hablar antes que a escribir y leer, por lo que los resultados de los cursos presenciales son más altos, y mucho más viviendo un tiempo en el país”, comenta Fernando Borrás, vicerrector de planificación de la Universidad Miguel Hernández.

Pero a la hora de salir al extranjero hay que saber seleccionar adecuadamente el lugar. Richard Brown, profesor de Vaughan, da algunas claves: “No es cuestión del país, sino de la población. Ante todo es primordial escoger ciudades provinciales y no turísticas. Poniendo como ejemplo a Madrid, si el estudiante se aloja en Miraflores de la Sierra, practicará mucho más el idioma que en el centro de la capital. Por tanto, desaconsejo viajar con organizaciones, ya que suelen llevar a los alumnos a sitios turísticos, lo que equivale a aprender a nadar en la parte que cubre de la piscina”.

Para llegar a hablar y entender correctamente un idioma es básico educar el oído, y eso también se puede conseguir desde casa

El profesor tampoco es partidario de recibir clases del propio idioma en nuestra estancia: “Mi experiencia me lleva a desaconsejar tomar clases de inglés (o de cualquier otro idioma) en el país, porque lo que se aprende entonces no es real. Los profesores tenemos una clara deformación profesional: vocalizamos más, hablamos más despacio, utilizamos palabras de origen latino y no anglosajón que existen en inglés, pero solo para contextos formales… Por ejemplo, error en lugar de mistake. Además, aprender idiomas no solo es gramática, es empaparse de la cultura del lugar, por lo que trabajar o tomar clases de cualquier inquietud que se tenga aportará más, indudablemente”.

Corte académico

Tras haber estudiado en Marruecos, Túnez y Egipto, la opinión de David López González, traductor de francés y árabe al español, va en la misma línea: “En las clases, el árabe es muy correcto, muy académico; se parece muy poco al que luego escuchas en la calle. Esto pasa con todos los idiomas, pero, al tener muchos dialectos diferentes, con el árabe ocurre aún más”.

Aunque, sin duda, viajar al país de origen es lo más adecuado, existen otras prácticas que desde España se pueden llevar a cabo. Una de las claves para llegar a hablar y entender correctamente una lengua es educar el oído, y esto se puede conseguir desde casa: “Empaparse del idioma que se está aprendiendo es primordial y para ello Internet ha abierto un mundo de posibilidades, sobre todo para lenguas como el árabe, ya que antes era más complicado encontrar material. Ahora puedes ver películas, leer libros, escuchar la radio, acceder a páginas de otros países… Es un gran apoyo, diría que es esencial porque te permite conocer expresiones que en las clases no se estudian y entender la cultura”, asegura López.

Plataformas online

Precisamente, los cursos online son una opción cada vez más elegida por los estudiantes. Las nuevas tecnologías facilitan el aprendizaje. Un ejemplo es la plataforma creada por Sistel para la Universidad Miguel Hernández. Manuel Cazorla, director general de la empresa creadora, dice que es fundamental que “la plataforma a través de la que se realice el curso sea muy interactiva”. Por ello, explica, su sistema permite jugar al ahorcado, ordenar palabras para formar frases, buscar palabras mal escritas dentro de un texto. “El programa está compuesto de una serie de patrones de audio que permiten saber si el alumno ha pronunciado bien o no”, concluye Cazorla.

Otra manera de mejorar una lengua extranjera sin salir fuera es estar en contacto con nativos que estudian en España. En Schiller International University, una universidad americana con delegaciones en Madrid, Florida, París y Heidelberg, confluyen más de 50 nacionalidades en sus campus europeos, lo que “garantiza el aprendizaje de idiomas por parte de los estudiantes”, afirman.

Pero, sea cual sea la opción elegida, existen algunos puntos que siempre se deben tener presentes a la hora de comenzar a intentar dominar cualquier lengua. “Nunca debemos obsesionarnos con llegar a ser nativos. Hay que soltarse, equivocarse, hacer del idioma una experiencia práctica y no teórica. Lo importante es empaparse, ya que el aprendizaje es pura matemática: cuanto más te empapes, más vas a aprender. Escuchar la radio o ver anuncios publicitarios son buenísimas opciones”, recuerda Richard Brown. Ante todo, lo que se necesita para aprender un idioma es, según Jaime Mullerat, “actitud y ganas de aprender; sin una predisposición clara y firme y una mentalidad constante y metódica, es casi imposible lograrlo”.

Las empresas exigen inglés por delante del español

“La realidad es que las empresas en España piden tener inglés por delante del español”, afirma Mariana Spata, responsable nacional de negocio de Hays, empresa de selección de personal. El estudio de la compañía Guía salarial 2014 lo demuestra. El 90% de las empresas exigen a sus candidatos saber inglés, mientras que un 80% demandan español. Le sigue el francés (con un 32%), el catalán (20%) y el alemán (18%). La responsable asegura que la Guía 2015 dará resultados muy parecidos, por lo que el inglés será líder frente al español.

Por sectores, como es evidente, todos los empleos piden tener inglés de base, pero también la industria y la actividad tecnológica exigen cada vez más tener francés; y en automoción, alemán o francés, según la compañía.

En cuanto al sector del lujo, el tema de los idiomas se complica, ya que “cada vez más el chino, el ruso y el árabe se vuelven indispensables”, apunta Spata.

Por el contrario, “las empresas exportadoras de Oriente Próximo y Asia, aunque valoran el conocimiento del idioma, no nos piden como requisito indispensable el dominio del local; les importa más el conocimiento del sector y los éxitos comerciales que haya conseguido previamente el candidato”, añade la responsable.

A pesar de estos datos, el último estudio publicado por EF indica que el nivel de inglés de los españoles ha descendido en el último año. En concreto, desde la posición 20ª hasta la 23ª en el ranking mundial por países que ha realizado la organización. De este modo, portugueses e indios adelantan a los nacionales, y en primeras posiciones continúan Suecia, Países Bajos y Dinamarca.

“Estos datos preocupan, porque el mercado laboral pide cada vez más el inglés como requisito indispensable. Pero, por otro lado, estoy segura de que mejorarán, ya que la gran fuga de talento de los últimos años comienza a regresar y lo hace con un dominio grandísimo de esa lengua, lo que representa un importantísimo activo para España”, concluye Spata.

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