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La financiación alternativa alcanzará los 30.000 millones en 2025

El ‘fintech’ y la banca tradicional ‘se ponen ojitos’

La mayor colaboración entre ambos sectores crea oportunidades de negocio.

El sector de la financiación alternativa se ha convertido en el máximo exponente de cómo llevar a la práctica la filosofía oriental de que hay que convertir las crisis en oportunidades.

La tormenta perfecta, que se dio en el crédito a pymes durante el periodo de recesión, abrió un nuevo nicho de negocio para el emprendimiento. “Detectamos la necesidad de ofrecer una alternativa y decidimos lanzarnos”, explicó Diego Bestard, director general de Spotcap en España, tras su intervención en el Salón Mi Empresa, un encuentro anual de empresarios celebrado a mediados de este mes.

Jugaban a caballo ganador, ya que su plataforma ofrece financiación de entre 1.000 y 100.000 euros a pymes y autónomos, precisamente el sector que más ha padecido el cierre del grifo de la banca tradicional. De hecho, en apenas año y medio de vida han conseguido mover un volumen de más de 50 millones de euros.

Spotcap es uno de los proyectos que han surgido del amplio espectro del fintech o españolizando el concepto, financiación alternativa a través de empresas con base tecnológica, un mercado que capta cada vez más usuarios.

Lejos de destronar a la banca tradicional, el fintech se puede convertir en uno de sus mejores aliados

Según estimaciones de Finanzarel, una firma tecnológica que se dedica a la gestión online de anticipos de facturas y descuentos de pagarés, así como a la financiación de contratos u órdenes de compra, los préstamos fintech en España pasarán de mover 300 millones de euros en 2016 a unos 30.000 millones de euros en 2025”.

Esta progresión nos llevará a escalar dos o tres puestos en el ranking de los mercados europeos, en el que ahora ocupamos la sexta posición.

Si nos fijamos en el conjunto de la banca online, tal y como se extrae de los datos de la Asociación Española de la Banca, esta habría multiplicado por 400 su beneficio en el último quinquenio, pasando de manejar volúmenes de 2,95 millones de euros en 2010 a 1.128 millones de euros en el tercer trimestre de 2015.

Cifras nada desdeñables que han llevado a la banca tradicional a poner ojitos en las empresas fintech. Y es que si por el momento “no se siente amenazada por los volúmenes que gestionamos, tiene claro que algo va a cambiar”, apunta Bestard.

  • Colaboración obligatoria

La mutación pasa necesariamente por la mejora de la competitividad. “Vamos a destruir el exceso de margen y de rentas oligopolísticas de los bancos”, frase reveladora donde las haya que pronunciaba Fernando Cabello-Astolfi, máximo responsable de Aplázame, una aplicación que permite aplazar el pago de las compras en tiempo real.

Sin embargo, tras esta aparente contundencia, la realidad es que lejos de destronar a la banca tradicional, el fintech se puede convertir en uno de sus mejores aliados, ya que, en palabras del director general de Spotcap, “dependemos de su tecnología, de sus infraestructuras, de las vías de operación, etc...”.

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“No nos interesa hacer lo que hacen ellos, pero sí que mi producto sea mucho más eficiente que lo que ellos hacen”, añade. Valor añadido que, según los protagonistas del sector, será aprovechado para reducir costes a la entidad a través de la externalización de servicios, como el crédito al consumo o el microcrédito a pymes y autónomos.

En este sentido, Unai Asenjo, consejero delegado de Indexa Capital, primer gestor de ahorros e inversión automatizado en España, afirma que “no hay antagonismo, por el contrario, son una condición habilitante” y —añade— “aunque incómodos, por los costes extremadamente bajos que cobramos y la eficiencia en la negociación de las condiciones, somos un vehículo para presentarles clientes”.

No en vano y según datos de CB Insights, en Estados Unidos, seis grandes bancos habrían efectuado inversiones estratégicas en más de 30 compañías de fintech desde 2009. Por otra parte, un estudio de Accenture muestra que el 80% de los inversores de Londres considera que trabajar con nuevas empresas fintech es una valiosa vía para atraer nuevas ideas a su negocio.

A todo lo anterior se añade el mejor conocimiento a nivel tecnológico de los emprendedores fintech. “Se acercan para pedirnos consejo”, asegura Asenjo. La realidad es que en los últimos años la banca tradicional parece haber renunciado al territorio tecnológico. En este sentido, Cabello- Astolfi, de Aplázame, apunta que “hemos conquistado un terreno abandonado por el banco”.

Por otra parte, la regulación es otra de las áreas donde las entidades de siempre “son verdaderas máquinas”, insiste el ejecutivo de Aplázame, por lo que “el encaje probablemente esté en que cada uno potencie lo que mejor sabe hacer: nosotros, la tecnología y ellos, la regulación”.

Primeros pasos adelante

La transición de un mercado de pocos jugadores a muchísimos competidores redundará en mayores beneficios para el cliente. El primero de ellos es el análisis de riesgos. Si bien “el sistema de valoración de riesgo en la pyme es el mismo de hace 60 años”, se lamenta Diego Bestard, de Spotcap; el director corporativo de pymes de Bankia, Juan Luis Vidal, no duda en afirmar que hemos cambiado. “Ahora, la parte financiera tiene un peso muy pequeño, de tan solo el 25%”, señaló durante el debate Financiación y sector financiero: retos, oportunidades y tendencias en la próxima década.

No obstante, antes de pasar a riesgos, Vidal instó a los emprendedores a que aprendan a “contar bien” su negocio, tesis que respaldó Bruno Fernández Scrimieri, consejero delegado de Enisa, quien destacó que “el plan de negocio se ha convertido en un filtro que dota de una variable cualitativa al proceso de reflexión”.

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