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Tribuna
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Más facilidades para el envío de remesas

La mitad de la población mundial no utiliza servicios financieros ni para ahorrar, ni para financiarse; de manera que, no debería sorprendernos que en 2014 los envíos de dinero a países en desarrollo ascendieran a más de 420.000 millones de dólares. Según el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) en 2014 se enviaron hacia y dentro de África más de 60.000 millones de dólares, lo que representa más del 5% del PIB para 12 países del continente africano.

El Banco Mundial estima que el coste medio de las remesas enviadas hacia África es del 12%, un 4% superior a la media, lo que le sitúa como la región con mayor coste. Pese a la magnitud del mercado, el coste de las transacciones no es el único factor que limita el pleno desarrollo del potencial de estos mercados financieros; la restricción de puntos de pago en zonas rurales, la tecnología, las dificultades de los sistemas reguladores, la competencia limitada y los acuerdos de exclusividad también influyen en este proceso. Actualmente la banca online está viviendo un periodo de crecimiento en África, motivado en gran parte por el auge de las startups tecnológico-financieras en Europa. Estas empresas están llevando a cabo importantes inversiones en I+D con el fin de encontrar un sistema alternativo de distribución del dinero que les permita penetrar en el mercado africano. Pero todo parece indicar que, por el momento, la mayoría de remesas a África seguirán realizándose a través de operadores de transferencias y oficinas de correos.

Las oficinas de correos ofrecen una de las mejores redes de distribución del mundo. De las aproximadamente 25.000 que hay en África, el 20% se encuentran en las grandes ciudades, mientras que el resto están en zonas rurales. En el caso de las oficinas bancarias, el resultado es inverso; mientras que las ciudades congregan el mayor número de oficinas, las sucursales en las zonas rurales son muy pocas.

En este contexto se hace patente la necesidad de hacer un mayor esfuerzo para fomentar la libre competencia y romper los acuerdos de exclusividad que la limitan, con el fin de mejorar los flujos financieros desde economías desarrolladas a países en vías de desarrollo. Los mercados abiertos a la libre competencia, con proveedores de remesas responsables, ofrecen más oportunidades, no sólo a los operadores de servicios de correos –quienes se benefician de un flujo más alto de giros a través de los canales formales–, sino también a los gobiernos y agencias del Estado, cuyo objetivo es que el mercado esté bien regulado y organizado.

Los acuerdos de exclusividad no sólo reducen la competencia sino que además eliminan la presión a la baja de los precios. No es ningún secreto que en muchos países haya habido duopolios, incluso en casos como el de África, ha habido hasta monopolios. Afortunadamente en algunos países como Túnez o Nigeria, los gobiernos han aprobado leyes y establecido prohibiciones sobre los acuerdos de exclusividad, abriendo así nuevas oportunidades de libre competencia.

Hoy en día la cantidad media por remesa es de 200 dólares. Los remitentes son a menudo miembros de la familia que han emigrado y envían dinero a su país de origen. Este dinero se utiliza para una gran variedad de propósitos; en África por ejemplo, se utilizan en su mayoría para la compra de artículos de primera necesidad, para cubrir gastos básicos de salud o educación, para el cuidado de los mayores o para la inversión en pequeños negocios familiares. En tiempos de crisis estas remesas también pueden actuar como sustento. También se sabe que los destinatarios que ahorran no suelen utilizar canales oficiales de giros, de manera que es complicado medir su impacto.

No cabe duda que las remesas familiares tienen el poder de impactar en las vidas de los destinatarios y proporcionar un bienestar social medible. Para aquellos que no tienen acceso a las herramientas financieras formales, los servicios que prestan los proveedores de transferencias son cruciales pero, ¿a qué precio? La ayuda extranjera juega un papel muy importante, sin embargo las remesas tienen el poder de influir directamente donde más se necesiten en cuestión de minutos. Hay alrededor de 232 millones de inmigrantes en el mundo, de los cuales 180 millones envían dinero a casa de manera frecuente. Si se redujese el coste medio de envíos del actual 8% al 4%, estaríamos desbloqueando aproximadamente 18.000 millones de dólares, cifra mayor a los recursos que el Reino Unido destina para programas de apoyo a países en vías de desarrollo.

Sebastian Plubins es Director Ejecutivo, EMEA & Sud-Asia de Ria Money Transfer

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