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Mañana enseñará el plan de viabilidad a la banca

Abengoa acumula facturas impagadas a proveedores de más de 600 días

Sede de Abengoa en Sevilla.
Sede de Abengoa en Sevilla. Efe

La cuarta arista de la deuda de Abengoa es la de los proveedores. Los bancos calculan más de 5.000 millones, aunque fuentes cercanas a la empresa rebajan la cifra a unos 3.600, de los que 500 están vencidos y otros 300 vencerán en marzo. Fuentes financieras afirman que en algunos casos los impagos superan los 600 días. Mientras, la compañía continúa negociando la inyección de liquidez de emergencia.

Los cerca de 9.000 millones de deuda corporativa en manos de bancos y bonistas solo son una de las piezas del pasivo de Abengoa. De este importe, el 40% está en manos de fondos con bonos que cotizan (3.600 millones de euros), otro 35% está bajo el control de la banca (unos 3.200 millones) y el resto pertenece a agencias para el fomento de la exportación, como el ICO español o el sueco EKN, y a otros inversores, según fuentes cercanas a la firma.

Después están las líneas de liquidez proporcionadas por los diferentes bancos y que Abengoa asegura que están cerradas en su gran mayoría. A continuación, los créditos vinculados a los proyectos, y en último lugar aparecen las deudas con los proveedores.

Varias fuentes financieras conocedoras de la situación de la ingeniería explican que existe un gran problema con este tema y que el grupo que preside José Domínguez Abascal tiene facturas impagadas con proveedores por más de 600 días. Una portavoz de Abengoa declinó hacer comentarios sobre esta información. En uno de sus primeros informes, KPMG fijaba el importe de las facturas a este colectivo en 5.000 millones.

Los bancos se disponen a ver el plan mañana

La irritación de las entidades financieras que lideran las negociaciones con Abengoa es máxima. Una semana después de que la empresa asegurara a la CNMV que había presentado el plan de viabilidad a su consejo, no lo tienen en su poder. Mañana se reunirán con la compañía para analizar la hoja de ruta, que incluye la venta total de los activos de bioenergía, valorados en unos 1.000 millones y por los que ya ha recibido ofertas. También prevé la reducción de su facturación en un 33%, hasta los 5.000 millones de euros, frente a los 7.500 de 2014. El objetivo de la compañía es dejar su deuda corporativa entre los 3.000 y los 4.000 millones de euros, frente a los 9.000 actuales. Sus armas son las amortizaciones por las ventas de activos por más de 1.500 millones, la capitalización y las quitas. A este último punto se niegan en redondo los bancos acreedores.

Las cuentas oficiales del grupo de ingeniería a cierre de septiembre revelan un total de 5.469 millones. Aunque fuentes cercanas a la compañía puntualizan que, debido a que en algunos casos los pagos estaban asegurados con cuentas de dinero en efectivo y que algunos abonos se hicieron de forma anticipada, el importe real quedaría reducido a unos 3.600 millones.

Esas fuentes añaden que a día de hoy hay unos 500 millones vencidos y otros 300 lo harán antes de que concluya el periodo del preconcurso de acreedores, fechado para el 28 de marzo. Igualmente, agregan que entre el 70% y el 80% de ese pasivo está bajo contratos de factoring –los pagos se gestionan a través de entidades financieras y estas adelantan las facturas–, que pasarían a negociarse también con la banca.

Entre el 20% y el 30% restante se negocia directamente con los proveedores y se establecen prioridades en los desembolsos en función de la necesidad del producto o del servicio. Fuentes cercanas a las negociaciones entre los bancos y la empresa aseguran que el periodo de pago se acerca en los peores casos a los dos años.

Abengoa, en todo caso, señaló a la CNMV que en 2014 el pago medio a sus proveedores domiciliados en España fue de 131 días, por encima de los 60 que marca la ley como periodo máximo. La liquidez de emergencia que negocia la empresa con los bonistas y los bancos para resistir hasta finales de marzo estaría destinada a abonar los pagos más acuciantes, incluidas las nóminas de los próximos meses y los proveedores más necesarios.

Abengoa asegura que dispone de efectivo suficiente para pagar los salarios del pasado mes de enero y ha confirmado a los sindicatos que ya ha comenzado a pagarlas. La liquidez de los bonistas depende de que los bancos que forman el G7 –Santander, CaixaBank, Bankia, Popular, Sabadell, HSBC y Crédit Agricole– cedan parte de sus garantías en Abengoa Yield. Estas entidades solicitaron el 17,3% por el préstamo que firmaron el 24 de diciembre por 106 millones y el 8,2% con carácter retroactivo por los 125 que le concedieron en septiembre.

Los bonistas liderados por Houlihan Lokey –que agrupan deuda por más de 1.500 millones– negocian la inyección de hasta 165 millones –previsiblemente en dos desembolsos– y quieren el 8,2% de Yield como colateral. Abengoa ofrece a la banca activos de bioenergía que están a la venta como alternativa. Pero a día de ayer las negociaciones aún no habían fructificado, aunque los bancos se muestran proclives a un pacto. Una parte de ellos aboga por liberar las garantías que solicitan los nuevos rescatadores para conceder el préstamo. Los bonistas exigen un tipo de interés del 15% anual más un 10% al vencimiento, mientras que el G7 cobra el 5%. Abengoa tiene activos hipotecados por más de 15.000 millones, según un documento enviado a la CNMV, lo que supone más de la mitad de su activo, que en septiembre se situaba en los 27.350 millones.

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