Amazon desembarca en el centro de Barcelona para estrenar nuevos servicios de 'ecommerce'

El gigante estadounidense del ecommerce, ha decidido hacerse más urbana. La compañía ha alquilado un edificio en el número 89 de la calle Rosselló, en la capital catalana, que era la antigua sede de la editorial Gustavo Gili. Según informó TV3, el edificio, que es un exponente de la arquitectura moderna de la ciudad en los años 50 y cuenta con un amplio almacén subterráneo, podría acoger desde oficinas hasta un centro de recogida de pedidos, e incluso una tienda física como las que ya tiene la compañía en EEUU.

La compañía no quiso confirmar ni desmentir la noticia, pero fuentes conocedoras de la iniciativa consultadas por CincoDías niegan, como se ha empezado a especular, que vaya a ser una librería física, como la que abrieron recientemente en Seattle donde está la sede de la empresa de Jeff Bezos. Estas mismas fuentes explican que el objetivo de Amazon con este centro urbano es ofrecer a sus clientes “servicios pioneros de comercio electrónico en España, que mejorarán la rapidez y la comodidad en el reparto de los productos. Servicios –insistieron– donde el factor de proximidad resulta clave, de ahí la necesidad de contar con un edificio urbano”.

Con esta instalación, actualmente en obras, la compañía amplía su infraestructura en el Viejo Continente. La empresa cuenta con oficinas corporativas en seis países europeos y 29 centros logísticos en siete países del continente, entre los que está el centro logístico que la firma tiene en San Fernando de Henares (Madrid). Amazon también se adjudicó recientemente unos terrenos en El Prat de Llobregat (Barcelona) y planea abrir en ellos otro centro logístico, el mayor del sur de Europa y que podría generar unos 2.000 puestos de trabajo. La superficie máxima edificable es de 210.000 metros cuadrados.

A falta de una confirmación oficial, con esta nueva acción estratégica, Amazon, que emplea hoy a unas 1.400 personas en España, vuelve a mostrar su compromiso a largo plazo con la economía catalana y española. También su empeño por mantenerse líder en el mercado del ecommerce, donde acortar al máximo los plazos de entrega como técnica para atraer a los consumidores resultará clave, al igual que una mayor integración entre el canal online y offline.

Aunque habrá que esperar a ver qué servicios ofrece finalmente Amazon desde este edificio en el centro de Barcelona, la compañía, que facturó en 2014 casi 89.000 millones de dólares (78.771 millones de euros) en todo el mundo, ha dejado ver con algunos proyectos en EEUU por dónde quiere que vaya su futuro. Además de la librería física que abrió recientemente en Seattle, la firma ha roto con su vieja estrategia de vender solo online y ha abierto una tienda en Nueva York, con venta directa al público y con un inventario limitado para entrega en el mismo día dentro de esa ciudad. Amazon trabaja igualmente para lanzar una flota de drones repartidores (primero en las ciudades norteamericanas) y ha puesto en marcha en EEUU un piloto de su servicio Amazon Flex, similar a Uber y donde cualquiera puede convertirse en repartidor de la compañía para agilizar las entregas.