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Juan Calvente, director general de Edmmond

“Ya no está de moda ir con corbata al trabajo”

Nada más sacar a la venta las primeras camisetas,se agotaron Quieren crear una marca empresarial que perdure en el tiempo

Juan Lázaro
Paz Álvarez

El despacho del emprendedor Juan Calvente, madrileño, de 31 años, es una muestra del espíritu desenfadado pero cuidado al detalle de la firma de moda Edmmond que creó hace un año con tres socios. El espacio es amplio, diáfano y se encuentra en el showroom, donde se diseña y se exhiben todos los modelos de ropa de los que dispone la marca. Hasta hace poco tiempo trabajaba en el área de marketing digital pero le satisfacía lo que hacía. “Tenía ansias por crecer y crear algo mío”, afirma. Le gustaba la ropa y decidió en las navidades de 2014 lanzarse a crear su propia empresa.

Comenzaron con un presupuesto de 35.000 euros, con el que crearon la primera colección, diseñaron la web y montaron la oficina en la que se encuentran en pleno barrio de Chueca. Nada más sacar a la venta las primeras camisetas se agotaron. “A pesar de que no eran de buena calidad, así que decidimos que esto iba en serio, llamé a cuatro de las mejores fábricas del mundo de algodón, que están en Portugal y comenzamos a producir”, señala. Confeccionan todas las prendas en Francia, Portugal e Italia, y han tenido que incrementar la producción: si al principio hacían 70 camisetas de cada modelo ahora hacen 400.

El canal de venta que utilizan es la página online de Edmmond y en tiendas multimarca, que esperan convertir en 50 puntos en febrero del próximo año. “En ventas, todas nuestras prendas son un éxito rotundo, y del total el 20% son ya internacionales, ya que vendemos en Reino Unido, Roma, Alemania y Francia”. De hecho, si todo va bien, anuncia Calvente, que en la hoja de ruta está marcado abrir una tienda las próximas Navidades con café.

No le tienen miedo a la velocidad. Saben que tienen que aprovechar el momento que están viviendo. Porque la intención que tienen con Edmmond, detrás de la que no hay ninguna historia romántica, sino el deseo de crear una marca empresarial que perdure en el tiempo. Para seguir, a pesar de que han llegado a un punto de equilibrio financiero, necesitan ampliar la inversión en 50.000 euros, con los que tienen que abastecer de producto a las tiendas multimarca premium donde van a estar el próximo año. “Empezamos a necesitar una gran producción, esto es lo más complicado de ser emprendedor, buscar la financiación está difícil. Y eso que pensaba que ser emprendedor de moda iba a ser más divertido”.

La realidad, pero sobre todo el día a día, es diferente. Va cargado siempre de ropa porque constantemente tienen que estar reponiendo, además cada vez añaden prendas nuevas a la colección. Todas tienen un denominador común: en Edmmond no hay logotipos que exhibir, solo algún símbolo o dibujo, como el aspa que lleva la gorra (en la fotografía) que siempre le acompaña. “El lujo ya no es mostrar ningún anagrama, las nuevas marcas apostamos por el producto, por un tejido de calidad, por crear una historia y contársela al cliente”, afirma.

Y en el relato de esta marca se habla de arquitectura, de motor, de surf, de algodón, de pulcritud... Todo ello está reflejado en el ambiente de trabajo de la oficina, un espacio diáfano con una amplia estantería, con sudaderas, gorras y fotos de Woody Allen, de Marilyn Monroe, y todo aquello que les gusta a los chicos de Edmmond.

La mochila siempre le acompaña, sobre todo ahora que está inmerso en intensas reuniones con posibles inversores, algunos son marcas de referencia dentro del sector textil, con los que atender a nuevas demandas para seguir creciendo. En la bolsa lleva el ordenador, que le acompaña a todas partes y que le permite trabajar desde cualquier rincón. Y asegura que nada le puede hacer más feliz que encontrarse a algún cliente que vista alguna de las prendas de Edmmond. “La camiseta está de moda, no está mal visto vestir así, el casual friday se ha extendido del viernes a lo largo de la semana, y ahora se viste de modo más desenfado, incluso para ir a trabajar. Se puede ir cómodo pero bien vestido de manera informal. Ya no está de moda ir con corbata al trabajo”. A pesar de ello, a Juan Calvente, que durante años ha vestido con traje para ir a trabajar, confiesa que le gusta el terno, sobre todo para una reunión de trabajo o para un acontecimiento social, como una boda, aunque advierte que en Edmmond nunca confeccionarán esta prenda.

Y recuerda una anécdota de cuando estudiaba Marketing en ESIC: “teníamos que ir a reuniones con traje, así que cuando tuve mi primer trabajo como becario, iba nervioso y me lo puse, la sorpresa fue cuando mi jefe me recibió en jersey y pantalón casual”. Cuando no trabaja, lee libros con temas empresariales. Es su asignatura pendiente: no pudo estudiar un MBA porque el dinero lo destinó a ser empresario. Además sale a correr y se ha enganchado al crossfit.

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Sobre la firma

Paz Álvarez
Periodista especializada en gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, tiene un programa de desarrollo directivo por el IESE. En 1993 comenzó a escribir en la sección de Madrid y, en 1997, se incorporó al diario CincoDías, donde creó la sección de Directivos y ha sido jefa de la sección de Fortuna hasta 2022.

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