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Las cinco mayores entidades controlan el 60% del mercado

España tiene la mayor concentración bancaria de las potencias europeas

La concentración de la banca española supera a la francesa y duplica la alemana Los expertos advierten que la competencia regional se ve en riesgo

Fachada de la sede del Banco de España en la calle Alcalá de Madrid.
Fachada de la sede del Banco de España en la calle Alcalá de Madrid. Pablo Monge

Desde el arranque de la crisis, los cinco mayores bancos españoles han pasado de controlar cerca de un 40% del mercado, a copar un 58% de la cuota de negocio de España. La cifra no solo supone alcanzar el mayor grado de concentración bancaria de la historia del país, según la serie manejada por el Banco Central Europeo (BCE), sino que también la eleva por primera vez por encima de los ratios del resto de grandes potencias europeas.

Concretamente, casi duplica el 32% que controlan en su país las cinco grandes entidades de Alemania. Aunque el mercado germano sigue marcado por la atomización que imponen las landesbanken y sparkassen, sus cajas regionales y locales, el grado de concentración de España supera ya con creces el 39% de Reino Unido, el 41% de Italia, e incluso el 48% de Francia, país al que bate por primera vez, según los datos recopilados por Analistas Financieros Internacionales (AFI).

Las claves del sector español

Tamaño

La banca española es la cuarta por tamaño de Europa, con un volumen de más de 3,5 billones de euros en activos. Unas dimensiones que duplican los sectores financieros tanto de Alemania como de Francia y que deja muy atrás Reino Unido con cerca de 12 billones de euros.

Solvencia

Existen diferentes baremos para medir el grado de solvencia de las entidades y, aunque en términos de capital principal la banca española no está mal posicionada, los test de transparencia de la Autoridad Bancaria Europea revelaron que el sector está en las posiciones de cola en cuanto al ratio de capital que exigirá Basilea III a partir de 2019. Concretamente cuenta con un ratio de capital fully loaded del 10%, de media, lo que la sitúa en la misma posición que la banca irlandesa y solo por delante de la portuguesa.

Carga tóxica

Uno de los mayores problemas que arrastra el sector financiero español es la enorme carga de activos improductivos que aún pesan en sus balances. A_junio de 2015, el sector contaba con 94.600 millones de euros en activos adjudicados como consecuencia del estallido de la burbuja inmobiliaria y con otros 143.400 millones en créditos problemáticos. En total, 238.000 millones de euros en activos improductivos con una cobertura media del 44%.

Negocio

Aunque ha recuperado posiciones frente a la banca europea y vuelve a situarse a la cabeza en términos de rentabilidad, la banca española sigue lejos de los niveles logrados antes de la crisis. AFI calcula que solo los activos improductivos le restan cinco puntos de Roe.

La gran duda de fondo es si la concentración que ha traído la crisis a la banca española, que ha pasado de contar con medio centenar de entidades a apenas una quincena y que amenaza con proseguir ahora con una nueva ronda de fusiones, ha minado en la misma medida el grado de competencia del sector.

Analizando el mercado financiero español en 2014, el economista principal de BBVA Research, Jaime Zurita, asegura que pese al importante proceso de consolidación de los últimos años, en los que prácticamente han desaparecido las cajas de ahorros, “no hay una entidad dominante en el sector”. En su estudio, Zurita argumenta además que la literatura financiera no permite establecer una relación directa entre concentración y competencia.

Con una excepción. El informe reconoce que “el grado de competencia es menor en países desarrollados y bancos muy grandes, lo que sugiere que la consolidación de entidades grandes lleva a un menor grado de competencia entre estas entidades de mayor tamaño”. El estudio también asume que “la presencia de entidades sistémicas representa un problema potencial de difícil solución” pese a lo cual, la crisis ha derivado en “intensos procesos de consolidación” en los que “España ha sido uno de los países más activos”.

“El número de entidades se ha reducido drásticamente, no creo que se haya reducido la competitividad, que sigue siendo feroz, pero al menos las entidades que quedan están más saneadas y capitalizadas”, valora por su parte Enrique Pérez Hernández, profesor del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB).

“A nivel nacional, lo que me preocupa no es el grado de concentración, si no el intenso crecimiento que ha tenido en muy poco tiempo”, reflexiona Joaquín Maudos, catedrático de análisis económico de la Universidad de Valencia e investigador del IVIE.

Maudos, autor de varios estudios sobre el asunto, destaca, sin embargo, que el mayor problema para la competencia no es la cuota de mercado nacional de los grandes bancos, sino “la elevada concentración bancaria en algunas regiones”, donde se han agrupado los cinco principales competidores en una sola firma, ilustra. Un nivel, el regional, que las autoridades de competencia no entran a valorar cuando revisan una fusión o absorción de entidades.

Líder en ajustes y rentabilidad

El salto que ha experimentado la concentración de la banca española mediante los procesos de fusión y absorción que se han dado en los últimos años ha ido en paralelo al proceso de ajuste de empleados y oficinas que ha abordado el sector, el más profundo de Europa. A falta de afinar el saldo de este ejercicio, la banca española ha reducido un 27% su número de empleados entre 2008 y 2014, pasando de 276.000 a unos 202.000 trabajadores, frente al descenso del 6% de la banca alemana (que conserva 647.000 empleados), el 11% de la italiana (que se queda con 338.000), el 3% de Francia (411.000), o el 18% de Reino Unido (403.000). Lo mismo ocurre con el cierre de oficinas en España, que pasan de 46.100 a 32.000, un 31% menos. Gracias a ello, Francia, que contaba con las mismas oficinas en 2008 pero solo cerró un 5%, se queda con 37.600 y supera ya a España como también lo hace Alemania, con 35.300, tras prescindir de un 11%. Italia, que prescindió del 10%, conserva 30.700 sucursales y Reino Unido, que acabó con el 7%, tiene 11.400. Tras estos ajustes, España cuenta con una media de seis empleados por oficina, frente a los 35 de Reino Unido, los 18 de Alemania, los 11 de Francia o los 10 de Italia. Tras el ajuste, la banca española destaca entre las más eficientes del Viejo Continente y, en el último año, ha vuelto a liderar los rankings de rentabilidad pese a que la debilidad del negocio sigue siendo su mayor reto. Medida por el Roe, la rentabilidad cercana al 15%_de 2008 llegó a caer al -25% en 2012 para situarse ahora por encima del 5%, liderando los resultados del sector en el resto de grandes potencias.

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