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Créditos, microcréditos y préstamos, entre las propuestas

Todas las claves para sobrevivir a la Navidad con más gasto

Thinkstock

Con las Navidades ya en el horizonte, los consumidores van planificando la que tradicionalmente es una época de grandes gastos, especialmente este año en el que el optimismo ha vuelto a los bolsillos de los españoles. Según el Estudio de consumo navideño 2015 elaborado por la consultora Deloitte, “este año, cada hogar español tiene intención de gastarse unos 684 euros para las fiestas”, lo que supone casi un 10% más de lo previsto.

Se estima que cada español se gastará 640 euros en las Navidades este año

Pero pese a la renovada esperanza en la economía, es preciso recordar que tras las Navidades llega la cuesta de enero. Este periodo de apretarse el cinturón tras los excesos que, sin embargo, se puede superar de una forma relativamente cómoda siempre y cuando se tenga una buena planificación de los gastos y toda la información disponible sobre cualquier tipo de producto financiero se vaya a contratar.

Y es que, aunque muchos usuarios se apañan, otros necesitan un empujón de financiación extra para acometer los pagos en estas fechas. Según un estudio realizado por el comparador de precios Kelisto, 3,6 millones de españoles (más del 10% de la población adulta) recurrirá a algún tipo de préstamo o crédito.

  • Los microcréditos son una mala opción

Se ha planificado mal y necesita dinero rápido. En estos casos, lo peor que se puede hacer es recurrir a microcréditos. “Hemos detectado abusos en más de 40 productos distintos de este tipo. La TAE [tasa anual equivalente] que imponen llegan a rozar la usura pues, pese a adquirir el dinero a bajo coste, menos del 0,1%, imponen intereses que llegan a superar el 4.500%”, denuncia Adicae.

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Las empresas que ofrecen microcréditos por internet no son entidades de crédito, por lo que no están sujetas al control que realiza el Banco de España. “En una de estas compañías, si el consumidor pide 600 euros tendrá que pagar 210 euros de gastos, es decir, transcurrido un mes debería devolver 810 euros [TAE de 3.752,37%]”, cuenta Ileana Iverniceanu, portavoz de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).

En cualquier caso, la peor parte llega si el usuario se retrasa en pagar. “Si se demora 15 días sobre la fecha acordada para el pago, la deuda aumenta en 270 euros, por lo que ya debería 1.080 euros. Estas situaciones acaban con el consumidor incluido en un listado de morosos y con graves problemas.

  • El empeño suele ser mal negocio

Las asociaciones de consumidores también advierten acerca de la proliferación de nuevas compañías de empeño de vehículos, que ofrecen dinero a cambio de la propiedad del coche aunque dejan que el vendedor siga utilizándolo.

“Nadie regala nada, estas operaciones siempre tienen alguna trampa”, comenta Iverniceanu. Lo que en realidad se está firmando con este tipo de contratos es una venta del coche a un precio por debajo de su valor, bajo la obligación de recomprarlo. Las cuotas que se abonan corresponden a esta compra del vehículo y, si se impaga, la empresa se queda con él. “Es un negocio perverso y la peor opción para conseguir dinero. Si necesitas vender tu coche, véndelo bien”, dice la portavoz.

  • Si vas a pedir dinero, mejor un préstamo

En caso de que finalmente se necesite un dinero extra para estas Navidades, la OCU recomienda que se recurra a la familia o a la empresa, a través de un adelanto. “Aunque engorroso, la familia puede prestarnos una cantidad moderada para salir del apuro”, explica Iverniceanu. “En el caso de la empresa, el adelanto tampoco tendrá intereses, aunque la cantidad dependerá de nuestra capacidad para negociar”, señala.

Pero si estas dos opciones no están disponibles, hay una última oportunidad de conseguir cuadrar las cuentas sin pagar de más: algunas tiendas permiten la financiación a plazos sin intereses, aunque todo dependerá de lo que se quiera comprar. Este tipo de políticas son más comunes en electrodomésticos o nuevas tecnologías, e impensables en consumibles como, por ejemplo, la comida de Navidad.

Es preciso adelantarse a estas fechas y planificar cuál va a ser el gasto y qué es lo que se va a comprar

Si todas estas medidas fracasan, habrá que pagar intereses, en cuyo caso las mejores opciones suelen encontrarse entre los préstamos personales ofrecidos por los bancos en los que se tenga abierta la cuenta corriente, señala la OCU. “Aquí hay que tener un cierto cuidado. Aunque estos préstamos se anuncien al 0% de interés nominal, no significa que no tengan coste. Hay que fijarse sobre todo en las comisiones de apertura y en los mínimos aplicables”, indica la portavoz.

Asimismo, Iverniceanu recuerda que, si por cualquier motivo el consumidor se arrepiente de haber pedido el préstamo, tiene 14 días naturales tras la firma del mismo para desistir y devolver el dinero sin coste adicional.

  • Antes de pagar a plazos, infórmate

En el pago a plazos de algunos productos no todo es siempre lo que parece. Bajo la apariencia de ser sin intereses se pueden esconder cláusulas muy perjudiciales. “Muchas veces el dependiente que nos está vendiendo ese producto no conoce cómo funciona esa financiación y simplemente nos repite las cuotas a pagar”, explica Adicae. Un factor fundamental y por el que pocas veces se pregunta es por el coste de no realizar el pago a tiempo de alguna de esas cuotas. En muchas ocasiones, si al consumidor le surge un imprevisto y no es capaz de hacer frente a uno de esos pequeños pagos, el interés se dispara.

  • Hay que leer siempre la letra pequeña

Hace unos años las ofertas en estas fechas se circunscribían a las rebajas de enero, una vez que ya se habían acometido todos los gastos de la Navidad. Hoy, esa situación ha cambiado y se pueden encontrar descuentos durante prácticamente todo el año en multitud de establecimientos. A eso hay que sumarle los días clave de rebajas excepcionales, como el ya famoso Black Friday que, como su propio nombre indica, tuvo lugar el viernes.

Bajo este alud de rebajas, el consumidor debe permanecer atento a esas ofertas que pueden no ser tales. “Hay establecimientos que pueden encarecer los precios durante días para después rebajarlos de golpe. Siempre nos llama más la atención algo que tiene un 50% de descuento que algo que no lo tiene, aunque al final estemos pagando lo mismo”, explica Adicae.

  • Utiliza internet, pero ojo con los fraudes

Internet ha abierto las puertas de miles de tiendas al alcance de todos los usuarios sin salir de su casa. El reclamo favorito de las asociaciones de consumidores, “busca y compara”, alcanza su máxima expresión en este medio. Pero, ¿cómo darse cuenta de si el sitio web en el que se van a realizar las compras es seguro? “Lo más importante es que, al pagar, nos fijemos en que aparezca en la dirección de la página web un candado que certifica la seguridad del site”, explica Marcos Gómez, subdirector de operaciones del Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe).

Otra de las recomendaciones pasa por echar un vistazo a la página web, pues si refleja precios de escándalo en todos sus productos, tiene una mala redacción o no recoge opiniones de los usuarios es probable que haya gato encerrado. “Es deseable pagar a través de una pasarela de pago seguro de un banco o a través de una plataforma como PayPal, comenta el experto.

  • Planificar es vital para evitar disgustos

La euforia navideña puede contagiar a las carteras, que se muestran especialmente dispuestas a dejar salir ese dinero que tanto esfuerzo ha costado ganar. Por ello, es preciso adelantarse a estas fechas y planificar cuál va a ser el gasto y qué es lo que se va a comprar.

Desde la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU) recomiendan valorar si lo que el consumidor quiere adquirir se trata, o no, de una necesidad real. También recuerdan que, si se hace uso de una tarjeta, se haga con un nivel de gasto adecuado y siempre optando por el producto que sea más rentable tras haberse informado bien. Asimismo, aconsejan ser realistas con los gastos respecto a la situación económica del hogar familiar y valorar, antes de actuar, si merece la pena endeudarse. “Luego hay que pagarlo”, comenta la asociación.

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