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La banca rechaza inyectar 1.500 millones de liquidez; el máximo dispuesto a ofrecer por las entidades era de 800

La banca niega la liquidez que pedía Gonvarri para Abengoa

La banca rechaza inyectar 1.500 millones de liquidez La empresa vasca no ha podido ver los libros de Abengoa

Las entidades financieras finalmente se han negado a entregar a Abengoa los 1.500 millones de euros en liquidez que había solicitado para ella Gonvarri, uno de los brazos de Corporación Gestamp. La siguiente petición fue de 1.300 millones y también fue rechazada por las entidades financieras. La última contraoferta de la banca no convenció al grupo vasco. Le proponía entre 600 y 800 millones, estaba liderada por Santander y ni siquiera ha llegado a ser concretada. Gonvarri ha tirado definitivamente la toalla.

El brazo de Corporación Gestamp condicionó el desembolso de los 350 millones para controlar el 28% del capital del grupo de ingeniería a la suscripción de “un importante paquete de apoyo”. El objetivo del gigante vasco era dar continuidad a la actividad normal de Abengoa y no la de hacer una liquidación ordenada del grupo; de ahí las exigencias.

Tras la primera reunión a tres bandas –con Abengoa, Gonvarri y los bancos acreedores–, después del anuncio oficial del acuerdo comunicado a la CNMV el 8 de noviembre ha habido muchas más. Pero la negativa a las exigentes peticiones del grupo liderado por los hermanos Riberas Mera, Francisco y Jon, ha sido el mantra de los acreedores.

Corporación Gestamp había condicionado la compra del 28% de Abengoa a un paquete de ayuda financiera

Gonvarri, en su afán de no vender a precio de derribo los activos del grupo andaluz, había solicitado aplazar las desinversiones de Abengoa hasta finales de 2017 en lugar de hasta diciembre de 2016. La banca también se negó a esta posibilidad.

Las entidades españolas, lideradas por Santander, han sido las más proclives a atender las peticiones de Gonvarri. Entre ellas estaban CaixaBank, Bankia, Popular y Sabadell. Pero tanto los bancos patrios como Abengoa y Gonvarri se encontraron con la oposición en bloque de las firmas extranjeras a desembolsar el paquete de rescate en forma de dinero contante y sonante. Incluso las entidades acreedoras que se comprometieron a asegurar la ampliación de 650 millones de euros –HSBC y Crédit Agricole– han puesto obstáculos al acuerdo.

Otros acreedores extranjeros de Abengoa son los que firmantes del crédito sindicado del año pasado, en el que participaron también Bank of América, Citigroup, Société Générale, Natixis.

El poder financiero de Corporación Gestamp, que factura más de 9.000 millones de euros al año, está fuera de toda duda. Y el apoyo de la banca hacia el grupo de origen vasco es total. De hecho, el día del anuncio del preacuerdo, el 8 de noviembre, la compañía liderada por los hermanos Francisco y Jon Riberas Mera, ya contaba con el visto bueno del principal acreedor de Abengoa.

Las cuentas presentadas por Abengoa el pasado 13 de noviembre, y en las que anunció unas pérdidas históricas de 194 millones de euros, tampoco han ayudado a que la operación llegara a buen puerto. En su informe de la situación financiera de Abengoa hasta septiembre, Deloitte llegaba a cuestionar la viabilidad de la compañía en caso de que no saliera adelante la ampliación de capital.

El auditor avisaba de problemas derivados de “los resultados negativos de las operaciones a cierre de septiembre, así como la evolución negativa de la cotización en el trimestre tanto de las acciones de Abengoa como de Abengoa Yield y los problemas para acceder tanto a los mercados como a las renovaciones de algunas líneas de circulante”.

Un problema añadido a la operación ha sido la dificultad de Gonvarri para acceder a información concreta de los negocios de Abengoa más allá de la comunicada a la CNMV. “Solo han podido analizar la información pública, no han tenido acceso a más”, indican fuentes de mercado. Abengoa contaba con una deuda neta a mediados de noviembre de 5.598 millones

La compañía busca un plan B para su ampliación

Abengoa está ahora a la búsqueda de un plan B para cerrar su ampliación de capital con la que pretende levantar 650 millones de euros y varios fondos de capital riesgo estadounidenses se encuentran a la espera de entrar en la compañía sevillana. Según fuentes conocedoras de la marcha de la operación, estas entidades se habrían comprometido a entrar en el capital de la firma y no esperaban el acuerdo anunciado el pasado 8 de noviembre para el desembarco de Gonvarri, la opción preferida por Abengoa. El acuerdo generó inquietud entre los private equity. Esta operación fue aprobada en una junta extraordinaria de accionistas el pasado 10 de octubre.

 

El bono que expira en marzo de 2016, y en el que Abengoa se ha comprometido a amortizar 375 millones antes de fin de año, cerró ayer cotizando al 63,89% de su nominal, tras haber llegado a alcanzar el 93% a principios de noviembre, cuando el mercado confiaba en el triunfo de Gonvarri. La deuda que vence en abril de 2020 se paga al 37%, después de haber llegado al 57% el 11 de este mes.

Abengoa Yield, la filial estadounidense del grupo, se vio penalizada en el mercado norteamericano, donde llegó a caer un 2,5% tras conocerse la negativa de la banca y de Gonvarri a apoyar a la empresa matriz en su ampliación, aunque al cierre suavizó los recortes hasta perder un 0,29%. Los títulos de Abengoa que cotizan en España no sufrieron los efectos de esta noticia, que salió a la luz cuando el mercado ya estaba cerrado. Las acciones B, las que cotizan en el Ibex y cuentan con un derecho de voto de Abengoa, cerraron ayer a 0,91 euros, tras caer un 0,76%. Las acciones A, que cuentan con 100 votos cada una, ganaron un 1,07%, hasta los 1,13 euros.

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