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A nadie se le había ocurrido poner adhesivo en un rollo

La cinta de celofán cumple 85 años pegada a oficinas y colegios

El invento de la marca Scotch, tan sencillo como práctico, revolucionó en los años treinta el material de escritorio

CINCO DÍAS

Muchos de los grandes inventos de la historia de la humanidad han surgido al aplicar tecnologías existentes a campos nuevos. No se puede decir que la cinta adhesiva haya sido clave para el desarrollo de la sociedad, pero sí que su creación fue casual.

Corrían los años veinte y Richard Drew trabajaba para 3M, (Minnesota Mining and Manufacturing), entonces ya una gran empresa. Él se ocupaba de la supervisión de los abrasivos que producía la compañía. Una tarde, Drew quiso probar un nuevo lote de lijas y visitó un taller de reparación de carrocerías de automóviles en Saint Paul, Minnesota. En aquella época eran populares los coches en dos tonos, y el efecto exigía que los trabajadores taparan ciertas partes de la carrocería del coche utilizando una combinación de cinta adhesiva fuerte y papel. Después de secarse la pintura, los operarios quitaban la cinta y a menudo levantaban parte de la pintura nueva. Su trabajo se echaba a perder y los costes aumentaban para los clientes.

Cronología

1930. Dick Drew, uno de los investigadores más innovadores de 3M, inventa la cinta de papel de celofán Scotch.

1939. La marca Scotch lanza su famoso dispensador manual en forma de caracol, tan replicado a lo largo de las siguientes décadas. La primera versión era de metal, pero al año siguiente ya se hizo de plástico.

1941-1945. 3M desarrolla más de 100 tipos de cintas para solventar los problemas de producción de una economía de guerra. En este periodo nace la cinta adhesiva de doble cara.

1961. 3M inventa la cinta adhesiva Scotch Magic, invisible tras su aplicación. No amarillea, no se despega y no transfiere el adhesivo con el paso del tiempo. También se puede escribir sobre ella, lo que ayuda a etiquetar.

1997. Nace la cinta adhesiva en tiras precortadas, con la que solo hace falta tirar para sacar del dispensador una tira lista para usarse. Está diseñada para envolver regalos, ya que al no requerir el uso de cuchillas queda liberada una mano.

2008. 3M desarrolla la cinta adhesiva Scotch Magic 900. Tiene las mismas ventajas que la versión tradicional, pero además el núcleo y el packaging son 100% de cartón reciclado y la película está fabricada con recursos de fibra natural con origen forestal certificado FSC.

Drew se dio cuenta de que 3M disponía de varios de los elementos para fabricar una cinta con un adhesivo menos agresivo. Tras una larga y frustrante búsqueda dio con la combinación correcta de materiales para sacar adelante el proyecto.

Sin embargo, no sería hasta cinco años después, en 1930, cuando Drew, buscando una solución para sellar las bolsas de celofán que se empezaban a utilizar en la industria de la alimentación y que además fuera resistente a la humedad, desarrolló una cinta con soporte de celofán impregnada de adhesivo. Así surgió la primera cinta adhesiva. Este producto, tan simple como práctico, ha evolucionado hacia una amplia gama de variedades. 3M cuenta con más de 700 cintas para aplicaciones médicas, eléctricas y de la construcción, entre otras.

Su versión para escritorio, quizá la más popular, cuenta a día de hoy con muchas variantes. De doble cara, con más o menos adhesivo, transparente, de colores, precortada...

En los últimos años la creatividad se ha enfocado también en la forma de los dispensadores, cuyo origen se sitúa también en los años treinta. John Borden, un director de ventas de 3M, vio las ventajas de la cinta de celofán Scotch, pero también comprobó que los clientes tenían dificultades para utilizarla. La mayoría de la gente despegaba la cinta del rollo con una mano y después lo cortaba o lo rasgaba con la otra. Lo que sobraba volvía a caer sobre el rollo y el borde se hacía prácticamente invisible.

Tras 18 meses de experimentación con varios diseños e identificando operaciones de estampación metálica que pudieran dar un prototipo, creó un dispensador que tenía un cortador incorporado. El artilugio, en forma de caracol, permitía a los usuarios desenrollar la cinta, cortar exactamente lo que necesitaban y dejarlo listo para utilizar.

Un nombre con historia

Aunque la creación de Drew vio la luz mientras trabajaba en 3M, la marca bajo la que se comercializa desde hace 85 años es Scotch. La adopción de ese nombre, a partir del cual se dotaría a los rollos de cinta adhesiva de un estampado que imita las kilt, las tradicional faldas escocesas, tiene detrás una curiosa historia.

La cinta originaria que diseñó Richard Drew para un taller llevaba solo impregnado adhesivo en los laterales y se desprendía con facilidad. Parece ser que, por ese motivo, el dueño del taller le soltó a Drew lo siguiente: “Dile a tus jefes que no sean escoceses y pongan más adhesivo a la cinta”. El término escocés (Scotch, en inglés) se suele utilizar en los países anglosajones como sinónimo de tacaño, algo parecido a los catalanes en España.

El recuerdo de este episodio originaría el nombre de la célebre cinta Scotch, que aprovechó para identificar su enseña como sinónimo de ahorro y pragmatismo.

Scotch es hoy uno de los pilares de 3M, un gigante que en 2014 generó un volumen de negocio de 32.000 millones de dólares (unos 30.000 millones de euros al cambio). Sus productos, basados en la aplicación de la ciencia a las pequeñas cosas, se comercializan en 200 países. Tras 85 años seguimos pegando los papeles con aquél invento surgido de un encuentro casual.

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