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Tribuna
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Una oportunidad para el vehículo eléctrico

Ala hora de comprar un vehículo, el 50,2% de españoles se plantearían que fuera eléctrico, según el Observatorio Cetelem. Parece que el vehículo eléctrico va atrayendo cada vez más al consumidor español, aunque entre sus objeciones están la falta de redes de recarga pública (62,7%) y el precio (53,8%), junto con la autonomía del vehículo (36,9%), el tiempo de recarga (32,9%) y la desconfianza en determinadas nuevas tecnologías (30,1%), si bien el Observatorio destaca que un 62,2% de los encuestados estaría dispuesto a alquilar un vehículo eléctrico para sus desplazamientos por ciudad.

Los altos niveles de contaminación en ciudades como Barcelona o Madrid, donde ya se han activado protocolos para reducir la circulación de los vehículos de combustión y donde se prevén medidas aún más severas y otras noticias que evidencian los problemas no sólo ecológicos, sino también para la salud de un parque obsoleto y dieselizado en España, están despertando conciencias medioambientales hasta ahora dormidas, cuando quedan días para la celebración de la próxima Cumbre del Clima de París, un hito histórico para fortalecer las acciones globales contra el cambio climático .

Con un sector como el del transporte, que tiene un gran potencial de mejora, tenemos la oportunidad de transformar el parque automovilístico con criterios de sostenibilidad, una oportunidad real y única para los ciudadanos, para la industria, para el crecimiento económico y la creación de empleo.

La movilidad eléctrica en España no solo se mide en términos medioambientales, sino también en lo que supone su aportación al tejido empresarial y al desarrollo económico sostenible, cuando nuestro país despunta por ser potencia industrial en la fabricación de vehículos cero emisiones de 2,4 y más ruedas, pero también destaca por ser proveedor a escala mundial de infraestructuras de recarga.

Es un hecho constatable que cada vez más empresas y ciudadanos apuestan por el vehículo eléctrico. Las primeras, por razones puramente económicas, pues toda empresa busca rentabilidad y la transformación de flotas térmicas a eléctricas ha generado importantes ahorros, no solo en el diferencial de costes de combustible frente a la electricidad, sino también por otros muchos factores como el mantenimiento –casi nulo en los eléctricos– y ventajas de discriminación positiva en las ciudades como el aparcamiento gratuito en zonas reguladas.

Entre los ciudadanos particulares, el vehículo eléctrico también genera ahorros, si bien su mayor virtud radica en una forma de conducir y unas prestaciones como ausencia de ruidos y vibraciones que hacen de la conducción de un vehículo eléctrico una experiencia irresistible.

Nos queda aún por superar retos para trasladar al ciudadano las bondades del vehículo eléctrico, pero también en el ámbito de las Administraciones. Por un lado, una línea de ayudas a nivel estatal sin solución de continuidad, pues hasta ahora, las ayudas Movele a la adquisición de vehículos eléctricos se han ido aprobando con espacios de incertidumbre entre un plan y otro, que no han hecho otra cosa más que romper la cadena comercial y desestabilizar la senda de crecimiento en ventas que en otros países sí se produce al haber ayudas continuadas en el tiempo. En esta situación, nos encontramos con que las ayudas Movele de 2015 se terminaron hace varias semanas y aún no hay certeza de cuándo se aprobarán las nuevas.

Pero hay más retos, como la sensibilización de los ayuntamientos para impulsar la movilidad eléctrica, pues es evidente que la implantación del vehículo eléctrico vendrá de la mano de las ordenanzas municipales para aplicar medidas de discriminación positiva para los vehículos no contaminantes. Así se está haciendo ya en grandes ciudades españolas como Madrid, Barcelona, Málaga, entre otras, si bien es importante que los gestores de estas y otras ciudades tengan claro el camino a seguir en la reducción de sus emisiones locales. A ello se unen iniciativas privadas como la puesta en servicio del primer carsharing con vehículos eléctricos a gran escala, en Madrid, donde 350 unidades dan servicio a los ciudadanos que quieran desplazarse generando cero emisiones con este sistema de alquiler de pago por uso, que aprovecha la regulación de aparcamiento gratuito a los eléctricos en vía pública.

“Un problema es una oportunidad para que hagas tu mejor esfuerzo”, decía el matemático y pensador Duke Ellington. La movilidad eléctrica trata de dar respuesta a los problemas que hoy día viven las ciudades en su movilidad, tanto en lo que atañe al transporte colectivo como privado. Un esfuerzo que poco a poco va dando sus frutos y que vamos a abordar el próximo lunes en el Congreso Europeo del Vehículo Eléctrico.

Arturo Pérez de Lucía es director Gerente de AEDIVE (Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso del Vehículo Eléctrico).

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