Perú recibe elogios en todo menos en seguridad ciudadana

Cuando se trata de Perú, los empresarios que conocen el mercado suelen deshacerse en elogios: altas tasas de crecimiento, apertura comercial, estabilidad jurídica, escasas barreras de acceso e incluso fórmulas de financiación imaginativas. Pero hay un único punto en el que tienen reparos: la seguridad ciudadana.

“Es un aspecto a mejorar, sobre todo en las zonas agrícolas. El país ganaría mucho si lo hiciera”, dijo Fernando Baroja, gerente de Conservas El Cidacos, durante una jornada sobre Perú organizada por el programa Exportar para Crecer de Banco Sabadell.

El problema salió a relucir durante la conferencia, en la que directivos de empresas españoles con negocios en Perú compartieron su experiencia allí. “Lima es una ciudad enorme y tiene zonas de luces y de sombras”, contestó Alberto Heras, director corporativo de Entelgy, a la pregunta de un asistente sobre la seguridad en la calle.

La consultora abrió una oficina en la capital en mayo del año pasado para prestar servicios de outsourcing a compañías españolas. “Hay que saber por dónde y a qué horas moverse”, advirtió tras destacar que hay barrios como San Isidro o Miraflores –donde está la oficina de Entelgy– en los que “da gusto” caminar.

Pero Baroja replicó que en zonas agrícolas de la costa norte, la situación es distinta. “Piura y Trujillo son bastante inseguros”, remachó. Conservas El Cidacos entró en el país en 2012 a través de la compra de Green Perú, agroindustria que produce espárrago, pimiento y aguacate en una finca cerca de Trujillo.

Ninguna ciudad peruana está entre las 50 más peligrosas del mundo, ingrato ranking que encabezan San Pedro Sula, Caracas y Acapulco, según el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Justicia Penal, con sede en México.

Y en el índice de paz global que elabora el Institute for Economics and Peace, con sede en Sídney, Perú ha subido en el último año 18 posiciones. Ahora se ubica en el puesto 92 entre 162 países, por delante de Brasil (103), Venezuela (142) y Colombia (146). Chile, el mejor situado de la región, ocupa el lugar 29, y España, el 21.

Sin embargo, es cierto que episodios de violencia son comunes en ciertos distritos de Lima, como Rímac, La Victoria y San Juan de Lurigancho, y que la delincuencia se ha disparado en provincias que antaño eran muy tranquilas, como Barranca, Tumbes y Trujillo. “Si mi gerente llega a sufrir una amenaza no me va a quedar otra que traerlo de vuelta porque no me puedo hacer responsable de que le pase algo”, avisó Baroja.

La seguridad ciudadana fue el único tema controvertido. Para todo lo demás, los empresarios solo tuvieron alabanzas. Alejandro Arola, presidente de Arola, firma de servicios logísticos, comentó que aunque el tráfico marítimo se concentra en el Callao, “el puerto es muy eficiente y no tiene nada que envidiar a los de España”.

Antón Elejabeitia, director de servicios de inspección de Aenor, destacó que la normativa peruana está plenamente integrada con la europea, por lo que prácticamente no existen barreras técnicas para la exportación de ningún producto, “lo que es digno de elogiar, ya que no pasa lo mismo con sus vecinos”.

Y si de lo que se trata es de invertir, Álvaro Valle, socio responsable del despacho de Garrigues en Lima, señaló que constituir una sociedad en Perú toma menos de un mes y el papeleo no es especialmente complicado.

"Hemos encontrado buenos profesionales con experiencia internacional", comentó. Eso sí, advirtió que debido al fuerte crecimiento de la economía, la rotación de directivos es más elevada que en otros países, lo que dificulta la organización de equipos estables.

En el plano fiscal, indicó que las autoridades peruanas están adaptando su contabilidad y sistema tributario para acercarse a los estándares de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), mientras que la agencia tributaria se está modernizando e incrementando el grado de fiscalización.

"El reto que tienen por delante es que gran parte de la economía es informal y eso tiene una incidencia clara en la recaudación fiscal. A medida que la base de contribuyentes se vaya ampliando, la presión fiscal podría replantearse", sostuvo.

Por lo pronto, precisó que a finales del año pasado el Gobierno aprobó una rebaja progresiva del impuesto de sociedades a fin de ayudar a la economía a retomar tasas de crecimiento del 6%. En virtud de esta reforma, el impuesto bajó del 30% al 28% en 2015 y 2016. En 2017 y 2018 las empresas contribuirán al fisco con el 27% de sus beneficios y de 2019 en adelante, con el 26%.

"La intención de esta medida es que las empresas tengan más caja para invertir en la economía", apuntó. Sin embargo, mantuvo que parte de este efecto se ha visto anulado por la subida también gradual del impuesto a los dividendos. La retención ha pasado del 4,1% al 6,8% en 2015 y 2016, 8% en 2017 y 2018, y 9,3% de 2019 en adelante.     

En cuanto al acceso a licitaciones, Luis de Fuentes, director general de Cofides, resaltó que el país está a la vanguardia en el uso de fórmulas originales, entre las que mencionó el sistema de obras por impuestos y el régimen de iniciativas privadas: “Uno puede concebir un proyecto, presentárselo a la Administración y ejecutarlo”.

David Noguera, director de financiación estructurada de Sabadell, apuntó que los pliegos de los contratos “son muy bancables”. “¿Dónde está la trampa? De momento no la hemos encontrado”, bromeó.