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Tribuna
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Las TIC como palanca de cambio

Según un reciente informe presentado por Ametic, los ingresos del sector TIC en España crecieron un 2,1% en 2014, lo que supone el primer dato positivo después de seis años de caídas, con un descenso acumulado del 18%. Parece que este dato de crecimiento confirma una realidad que se percibe en el mercado desde hace varios trimestres y que está en consonancia con el mejor momento económico que se está viviendo en el país.

Este mismo informe también presenta algunos datos en el contexto europeo que reflejan un lento avance digital sin el cual va a ser muy difícil realizar la necesaria transformación digital de las empresas al ritmo deseable y, por ello, tanto la competitividad de las mismas como su crecimiento se verán seriamente afectados. En la presentación del informe, José Manuel de Riva, presidente de Ametic, compartió un dato muy preocupante: mientras la inversión en TIC de empresas de Estados Unidos respecto a la Unión Europea era un 20% superior en el año 2000, en 2014 es del 50%. Este dato es consecuencia de las dificultades que se han vivido en muchas empresas europeas y del hecho de haber abordado los necesarios ajustes más tarde que en Estados Unidos, pero también es un síntoma claro de una realidad que ya existía antes de la crisis y que ahora se ha acentuado tras la misma: en el contexto corporativo, las TIC tienen menor relevancia a este lado del Atlántico.

Otras fuentes confirman estos mismos datos: un reciente informe publicado en Harvard Business Review titulado Digital Evolution Index en el que se analiza la evolución digital en 50 países de todos los continentes de los cuales 23 son europeos, arroja el elocuente dato que de esos 23 países, 15 han empeorado su posición en 2015 en cuanto a su estado de evolución digital respecto a 2008, y entre esos 15 están incluidas la mayoría de las grandes economías europeas. Además, solo tres países del Viejo Continente (Suiza, Irlanda y Estonia) están en el grupo de cabeza mientras que Estados Unidos es una de las naciones más destacadas.

Europa vive un momento clave para recuperar protagonismo en la escena internacional y ello pasa, entre otros, por empresas europeas más grandes, dinámicas, globales y competitivas. Y en todo ello las TIC deben ser una palanca fundamental de apoyo. En algunos casos es necesario que los comités de dirección se atrevan a apostar por tecnologías emergentes como big data, cloud computing o movilidad. En otros, es preciso que los departamentos de TI sean capaces de ejecutar proyectos exitosos basados en esas tecnologías que justifiquen subsiguientes inversiones. En todos los casos, es fundamental alinear estas inversiones con el plan estratégico de la compañía y perseverar en ellas para, en un medio plazo, percibir los beneficios y avanzar en la transformación digital de la empresa.

Por ejemplo, el crecimiento y adopción de cloud computing es cada vez mayor en todos los países de la UE, pero si se abordan proyectos aislados basados en esta tecnología manteniendo una gran mayoría de sistemas en modo tradicional, los supuestos ahorros y la flexibilidad buscados van a ser mucho más difíciles de lograr. Y en este caso hablamos de una tecnología madura que se convirtió en mainstream para el mercado español hace más de cinco años.

Es cierto que el tamaño de las empresas en EE UU suele ser mayor que el de las europeas, y que en algunas economías europeas, como la española o la italiana, predominan las pymes frente a las grandes corporaciones, pero el tamaño no debe ser un impedimento para que cualquier compañía pueda acceder a estas tecnologías emergentes apoyándose en la gran oferta existente y el nivel de madurez que ya tienen muchos proveedores.

El momento empresarial ha cambiado totalmente y si hace unos pocos trimestres la prioridad era reducir los costes ahora vuelve a ser crecer. Lograrlo pasa sin duda por unas TIC en las que se confíe desde el máximo nivel ejecutivo de la compañía, y por unos departamentos de TI que se atrevan a apostar por tecnologías innovadoras y a mantener esa apuesta en el tiempo a pesar de las dificultades que puedan aparecer. Otro elemento importante sería disponer de un marco regulatorio adecuado a la realidad tecnológica actual que fuese un facilitador para soportar la necesaria transformación digital de las empresas.

Eduardo Martínez es Director para el sur de Europa de EasyVista.

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