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Al WiFi también le sienta bien una cerveza

Cómo mejorar el WiFi de tu casa con una lata de cerveza

Si estás pensando en que tu router WiFi se beba una cerveza, olvídate, no va por ahí la cuestión. Para los amantes de la cerveza -sin excesos-, deberíais saber que también tiene beneficios que podemos aprovechar sobre nuestra conexión a Internet, siempre y cuando hagamos uso de la misma a través de WiFi, que es precisamente donde vamos a utilizar la cerveza para aumentar la intensidad de señal, lo que se traduce en una conexión más estable y, probablemente, mayor velocidad de navegación web.

Estás perdiendo parte de la potencia de tu red WiFi

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Según las características de tu router, la señal WiFi se emite con una determinada intensidad, y desde diferentes fuentes en función de la cantidad de antenas. Por otro lado, tu tarjeta de red en el ordenador también recibe la señal con un rango de potencia limitado por las características de la antena que incorpora, motivo por el cual en muchas ocasiones es recomendable cambiarla para optimizar el rendimiento de nuestra conexión a Internet sin cables.

La cuestión es que, si no queremos comprar un router más potente, o bien cambiar las antenas que trae de fábrica para aumentar la intensidad de señal, podemos solucionarlo de forma muy sencilla con una cerveza, tal y como vamos a explicarte.

"Tecno-bricolaje", mejorar el WiFi con una cerveza

Esta optimización casera se puede hacer con cualquier lata como la de una cerveza, aunque sea la de un refresco. Y lo que tenemos que hacer, básicamente, es recortar el cilindro por la parte justo inferior a la base superior, de forma que se nos quede desmontada en forma de dos circulos -las dos bases- y una zona rectangular que correspondería en condiciones normales al cuerpo del cilindro de la lata.

Una vez hecho esto, es tan sencillo como utilizar la boquilla para introducir la antena del router, situando la zona rectangular justo detrás de la antena, apuntando hacia la parte superior. De esta forma, la lata nos va a quedar con la boquilla actuando como base de la antena y el cuerpo del cilindro, ahora de forma rectangular, justo detrás de la antena, como si fuera ésta un portero y la lata el fondo de una portería.

Con este sencillo truco, en función de las características particulares de nuestra conexión WiFi, podemos incrementar la velocidad de navegación hasta un 200%. Lo que sí vamos a notar en cualquier caso es que la intensidad de señal mejora, y por lo tanto la cobertura.

Potentes antenas WiFi para largas distancias

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