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Las operadoras despliegan sus redes en Asturias, Galicia y País Vasco

El avance en la fibra de los grandes presiona a Euskaltel y Telecable

Un operario trabaja con un cable de fibra en un despliegue de red.
Un operario trabaja con un cable de fibra en un despliegue de red. Getty Images

A lo largo del último año, el consejero delegado de Vodafone España, Antonio Coimbra, ha destacado en distintas presentaciones las estrategias de despliegue de redes de nueva generación de su compañía en regiones como Asturias, País Vasco y Galicia. Unas zonas en las que Ono, empresa que adquirió en el verano de 2014, no tenía presencia. “Llegaremos a las principales ciudades de estas comunidades autónomas”, llegó a decir.

Este movimiento, unido a los avances de otros grupos como Telefónica y Orange-Jazztel, viene a desafiar la posición de liderazgo que en el segmento de la banda ancha fija en estas regiones tienen Telecable, Euskaltel y R, estas dos últimas ya en proceso de integración. El impacto tiene reflejo en los mercados financieros, puesto que ambas empresas cotizan en Bolsa desde este verano. En el caso de Telecable, la firma cotizada es su matriz británica Zegona, si bien la teleco asturiana es su principal negocio.

Tanto Euskaltel como Zegona sitúan en sus respectivos folletos de salida a Bolsa que los despliegues de fibra de los competidores podrían elevar la presión competitiva en sus respectivas zonas geográficas, provocando una caída de precios y una posible pérdida de clientes.

Además, ambas empresas describen los despliegues de fibra óptica de sus competidores. En el caso del País Vasco, Orange anunció en marzo de 2015 su intención de desplegar su propia red de fibra para llegar a 120.000 hogares en Bilbao y zonas cercanas como Atxuri, Otxakoaga, Begoña y Miribilla. El objetivo es que estas unidades inmobiliarias estén disponibles para la explotación comercial a finales de este año.

Orange y Vodafone, que mantienen un acuerdo para el despliegue conjunto, planean expandir la fibra por San Sebastián, Vitoria, Irún, Portugalete, Basauri, Barakaldo y Getxo, con el objetivo de alcanzar los 400.000 hogares.

En Asturias, Orange anunció a final de 2014 su intención de desplegar fibra en Oviedo, mientras que en abril comunicó el comienzo de los despliegues en la ciudad de Avilés, con el objetivo de llegar a 27.000 hogares. Estas unidades inmobiliarias estarán disponibles para comercializar servicios a comienzos de 2016. Los planes incluían una inversión de 43 millones de euros entre 2015 y 2018. Vodafone, a su vez, anunció a finales de 2014 su intención de desplegar fibra en Gijón, para alcanzar los 100.000 hogares.

En Galicia, Orange y Vodafone están desplegando fibra en las principales ciudades, Vigo, Pontevedra, Orense, La Coruña, Santiago y El Ferrol.

Con respecto a Telefónica, tanto Euskaltel como Zegona destacan en sus informes enviados a las autoridades bursátiles coinciden en que el incumbente está desplegando fibra en todo el mercado español, con el objetivo de alcanzar el 75% de los hogares en 2016. Ambas coinciden en que Telefónica ya tiene previsto cerrar su red de ADSL y migrar los clientes hacia la fibra óptica en la medida en que las nuevas redes estén disponibles.

El objetivo de Telefónica España, en términos globales, pasa por llevar toda la fibra al 97% de los hogares españoles en 2020, tal y como adelantó su máximo responsable, Luis Miguel Gilpérez, en septiembre pasado.

En cualquier caso, y pese a esta presión, tanto Euskaltel como Telecable defienden su posición de liderazgo en sus respectivos mercados. La teleco vasca destaca que cuenta con una cuota del 41% en el mercado de banda ancha en el País Vasco, al sumar 216.846 clientes, según figura en el folleto de OPV. Zegona, a su vez, indica que Telecable es líder en los servicios de quad-play con más de 164.000 clientes a la conclusión de 2014.

Acelerón en el proceso de fusiones

Esta presión competitiva en los despliegues de redes de fibra óptica también ha contribuido a acelerar el proceso de consolidación en el sector del cable en el norte de España, según fuentes del sector. Los acontecimientos se han precipitado a lo largo del verano. De hecho, desde julio pasado, Euskaltel ha puesto en marcha la compra de la gallega R (controlada por CVC y Abanca), a la espera de la aprobación por parte de los reguladores y de los accionistas de la teleco vasca en una operación valorada en 1.190 millones de euros.

Casi, sin solución de continuidad, Zegona anunció un acuerdo para adquirir Telecable, propiedad de Carlyle Group y Liberbank, en una transacción valorada en cerca de 640 millones de euros. El grupo británico indicó que se trata de un negocio estratégicamente sólido, con una “gran oportunidad de crecimiento de ingresos y retornos”.

En estas circunstancias, el mercado ya está haciendo sus apuestas sobre futuras operaciones, y muchas pasan por una integración futura entre Euskaltel y Telecable. Algunos analistas van más lejos y no descartan una futura compra de los cableros del norte por parte de Vodafone, para completar la presencia geográfica nacional junto con Ono. De momento, en la operadora británica se descarta esta opción, manteniéndose la apuesta por los despliegues de nuevas infraestructuras.

Folletos similares

El prospecto enviado por Zegona (matriz de Telecable) a la Bolsa de Londres a finales de septiembre tiene grandes parecidos al folleto de la OPV de Euskaltel, publicado en junio. De hecho, hay párrafos prácticamente iguales, en los que solo cambia el nombre de la región.

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