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Los principales ejecutivos españoles se reúnen en La Coruña

Directivos globales e innovadores

La CEDE analiza los valores en que debe sostenerse la actividad empresarial Innovación y visión global, las claves de futuro

Uly Martín/El País

Con un futuro tan incierto como lleno de oportunidades, se espera que los cambios que se están produciendo a nivel global en la economía impulsen la renovación de los valores de las compañías y de sus directivos. Más de 1.500 directivos y empresarios asistieron ayer en el Congreso anual de la Confederación Española de Directivos y Ejecutivos (CEDE), que en esta ocasión se celebró en La Coruña bajo el lema Valores del directivo para la agenda global. “En las nuevas maneras de producir, de vender y de consumir, la anticipación, los esfuerzos innovadores y la calidad en el desempeño empresarial serán herramientas principales”, dijo el Rey Felipe VI durante la inauguración del evento

Isidro Fainé: “El buen líder debe saber aprender de los demás”

Haciendo gala de la temática del Congreso, Isidro Fainé, presidente de La Caixa y de la CEDE, señaló cuáles son aquellos valores y actitudes que debe tener un directivo para estar preparado para afrontar la nueva realidad. Una mente disciplinada que tenga en cuenta la jerarquía de las necesidades de la compañía y que sepa interpretar un entorno complejo es una de sus cualidades. Fainé recalcó la necesidad de señalar la capacidad de motivar e implicar al equipo se lleva el galardón. “No hay que olvidar que lo que más mueve a las personas es su desarrollo profesional y formarse al lado de un líder”. El directivo también debe estar preparado para superar constantemente sus propios límites y para renovarse a lo largo de su vida profesional. “El buen líder tiene una actitud abierta al aprendizaje y es lo suficientemente modesto para aprender de los demás”.La identificación de las personas con los objetivos de la empresa solo ocurre si estos valores se basan en la formación de la persona y en su desarrollo. “Por eso, liderar es hacer que nuestra gente crezca en términos de experiencia y de formación profesional”, opina.

La necesidad de que las empresas sepan adaptarse a un mundo cada día más globalizado fue uno de los pilares más presentes a lo largo de todo el encuentro. “Recibimos muchísima información, no siempre útil, que se actualiza constantemente; el ritmo del cambio no para de acelerarse; y convivimos y trabajamos con personas de perfiles, entornos y culturas diferentes a las nuestras”, dijo Isidro Fainé, presidente de La Caixa y también de CEDE. “Tenemos que ser capaces de modificar los valores empresariales y adaptarlos a estos momentos”, añadió.

La celeridad de estos cambios está motivada, sobre todo, por el auge de las tecnologías de la información y la constante digitalización. Cómo lograr integrar la innovación y el emprendimiento en las culturas corporativas de las compañías parece que se ha convertido, ya no en una opción, si no en una verdadera obligación. En ello incidió especialmente el consejero delegado de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, en relación al impacto de la revolución tecnológica. “Uno se da cuenta de que esta revolución es algo especial, que ninguna otra generación en la historia había visto. La transformación acaba de empezar y se está elevando. Los cambios van a ser exponenciales”, explicó. Tal vez, su experiencia en una empresa perteneciente a un sector que ha visto mejor que ninguno el grado de transformación, sabe que no hay ningún ámbito que no vaya a ser transformado por la tecnología. “La innovación viene de cualquier esquina, ya que a través de un smartphone se puede inventar un modelo nuevo de negocio”. Por ello, animó a todos los presentes a potenciar esta innovación y a buscar nuevos modelos de negocio. “Los países que más preparados se encuentren en el momento de afrontar esta situación serán los que más productos generen y los que más empleo creen”, aseguró. En este sentido, John Scott, presidente de KPMG en España, subrayó el papel de las economías desarrolladas, que tienen el reto de “llevar agua y energía a los países donde hay escasez, y que demandan estos bienes para empezar a crecer”.

Apostar por el talento

Y España está justo en el mejor momento para empezar a llevar a cabo este cambio. Tal y como aseguró la directora general de Fujitsu para España, Ángeles Delgado, nos encontramos en un momento de ruptura. “Si bien se han reducido los presupuestos en I+D, nuestro país destaca en ciertos campos, como el de la biotecnología; tenemos un gran talento innovador y contamos con grandes compañías que han sabido internacionalizarse gracias a la innovación”, afirmó. Delgado, que coincidió con el consejero delegado de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, en que innovar ya no es cuestión de ser más productivos o más competitivos, sino que es mera supervivencia. Mantener una actitud proactiva y abierta ante estas tendencias es, en palabras de Isidro Fainé, necesario. “Si no, la confusión, el desbordamiento y, finalmente el miedo, nos acabarán paralizando”. La ministra de Fomento, Ana Pastor, señaló por su parte que “la sociedad y la empresa necesita personas honestas y comprometidas”.

César Alierta: “El idioma más hablado es el sistema Android”

En un futuro que va a ser totalmente digital y global, es muy importante saber adaptarse a las nuevas tecnologías. “El idioma que más se habla en el mundo hoy en día es el sistema Android”, afirma. Pero para poder ser global o multidoméstico, primero hay que saber ser local. “En Telefónica trabajan más de 120.000 personas de cien nacionalidades distintas. Por eso, para poder ser globales, primero hemos tenido que tener un conocimiento local de cada uno de los mercados en los que la compañía opera”. Alierta ahondó también en la importancia que tiene que darle el directivo al espíritu de superación, así como en no demorarse en exceso en el momento de digitalizar la compañía. “Cualquier empresa que no se adapte a la era digital, desaparecerá”. “En el caso de España, las empresas contamos con un mercado natural que abre el continente europeo a América Latina y, por su parte, otra puerta que abre Latinoamérica a los países europeos”. A todo ello, dijo, hay que sumarle el mercado chino, que también tiene intereses comerciales en América del Sur. “Estamos en una posición única que nos abre muchísimas oportunidades”.

Por otro lado, para la Fundación para la Innovación, COTEC, innovar no solo ha de ser un trabajo que lleve a cabo la empresa, ya que el cambio no solo se está produciendo a nivel tecnológico. “Hay cambios sociales, políticos, culturales, y cada vez con mayor grado, la sostenibilidad de las entidades tiene que ver con el valor social que son capaces de producir”, aseguró su presidenta, Cristina Garmendia. Precisamente por esto, como el margen de innovación es tan amplio, desde esta fundación temen que todo el abanico de posibilidades no se aproveche. “Por eso hace falta que emerja una corriente que nos ayude a innovar por el camino adecuado. Hay una élite de innovadores que hay que señalar, hacer visible y promover”, explicó Garmendia. Una de las prioridades, afirmó, pasa por adaptar el sistema educativo español y así conseguir formar a los jóvenes que el país y las empresas necesitan. “Y además conseguir que quien florezca en España no tenga que irse a otro lugar a desarrollar su potencial. Parece que se ha globalizado todo menos la innovación. Hay que lograr que aquí sea posible exprimir e impulsar el talento”, añadió el consejero delegado de Telefónica, Álvarez-Pallete.

La innovación no solo está presente en el producto, sino que también lo está en el proceso, es una acepción más que añadió a la lista el consejero delegado de Abertis Infraestructuras, Francisco Reynés. “Hay que saber que la necesidad de innovar conlleva un riesgo. Muchas veces acarrea más fracasos que triunfos”, afirmó. Tras el éxito de un proyecto, hay muchos trabajos que antes han caído. “Por eso tenemos que dejar de penalizar el fracaso y comenzar a incentivar la experimentación. No hay innovación sin un fracaso previo”, aseguró.

Pablo Isla, presidente de Inditex, ilustró con varias reflexiones a los más de 1.500 presentes. Que una empresa mantenga una imagen y nunca pierda de vista su esencia fue uno de sus consejos. “Inditex mantiene su espíritu emprendedor e inconformista, así como su capacidad de autocrítica y de responsabilidad”, explicó. El cuidado por la imagen, por las tiendas y por los escaparates de cada uno de sus comercios sirvió para reflejar esta idea. Pero otra de las lecciones de Isla es que no hay que tener miedo al crecimiento. “En nuestros primeros años, abrimos tiendas en París y en Nueva York. Si queríamos ser los mejores, teníamos que ir a competir donde estaban los mejores”, aseguró.

Carlos Slim: “Hace falta que nos retiremos a los 75 años”

La formación de un equipo humano interno que tenga identidad de grupo y respeto a los valores de la empresa es una de las prioridades para Carlos Slim. “Contar con una plantilla así permitirá trabajar en armonía para hacer frente a cualquier reto que se ponga por delante”. Para el empresario mexicano, el hecho de cometer errores no es un problema. “Todas las compañías los tienen, lo que hay que cuidar es que sean pequeños y aprender tanto de ellos como de los que cometen los demás”. Slim, precavido, también señaló la importancia de ser austeros en la medida de lo posible durante los años de bonanza; “así, cuando lleguen las vacas flacas, los esfuerzos y recortes serán menos fuertes”.Slim planteó también la necesidad de reajustar los horarios laborales, de forma que se trabajen menos días a la semana pero que, a la vez, se posponga el momento de la jubilación. “Hace falta que no nos retiremos a los 65, sino a los 75. Así evitaríamos la quiebra de los sistemas”, dijo. Considera también “necesaria” la reducción de la jornada para conciliar la vida familiar y laboral.

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