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Columna
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Un plan fiel al estilo de Trump

Donald Trump asegura que 75 millones de estadounidenses no tendrán que pagar nada a la Administración si él es presidente y que reducirá las tasas de los negocios a la mitad. Lo que falta en su plan fiscal es cómo se pagarán estos recortes y muchos más.

En lo básico, su propuesta se asemeja a la de otros republicanos. Jeb Bush, otro de los aspirantes del partido a la Casa Blanca, también reduciría las tasas impositivas y eliminaría la mayoría de las fisuras en las normas y las deducciones. Trump, principal candidato del partido, es, como es característico en él, más agresivo.

Eliminaría los impuestos para las familias que ganan menos de 50.000 dólares al año (unos 44.500 euros). Trump reduciría el número de tasas progresivas a tres, con la más alta en el 25%. Eso es más bajo que el actual 39,6% y el 28% que sugirió Bush. Eliminar los limbos fiscales podría de alguna manera alinear las cifras, pero Trump mantendría algunos como los relacionados con los intereses hipotecarios y las donaciones caritativas.

Trump recortaría también el impuesto de sociedades del 35% al 15%. El magnate inmobiliario permitiría a las compañías estadounidenses repatriar igualmente miles de millones de dólares de dinero del extranjero a una tasa del 10%. Una vez más, Trump quiere cerrar los resquicios, incluyendo el de los beneficios obtenidos por capital privado y otras prácticas de inversión, pero sería casi imposible cubrir los gastos. La propuesta menos ambiciosa de Bush costaría entre 1,2 y 3,4 billones de dólares en una década, según sus propios economistas.

Trump calcula que sus ideas estimularán el crecimiento, lo que se hará cargo de casi todo. Lo más probable es que hicieran falta recortes radicales en los programas estadounidenses para evitar que los déficits crecieran.

Puede que no haya beneficio de la duda para un hombre que no ha logrado mostrar cómo equilibra sus cuentas personales. Incluso el autor de El arte de la negociación tendrá problemas para negociar a un plan fiscal que suena tan inverosímil.

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