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Elecciones históricas en Catalunya

La llave de la presidencia de la Generalitat, en manos de la CUP

La propuesta plebiscitaria queda debilitada: 47,8% de los votos

Artur Mas, tras conocer el resultado electoral.
Artur Mas, tras conocer el resultado electoral.Getty Images

La elevadísima participación (77,4%) refleja la importancia que los votantes catalanes dieron a los comicios celebrados ayer, que estuvieron marcados por la fuerte polarización en torno al debate soberanista. Junts pel Sí, la formación que integra Convergència Democràtica de Cataluña (CDC) y Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) planteó estas elecciones como una suerte de referéndum sobre la independencia.

Obtuvo 62 escaños y, sumando los 10 de la CUP, el otro partido abiertamente independentista, alcanza la mayoría absoluta. En solitario, Junts pel sí ni siquiera tiene la mayoría simple necesaria para nombrar al próximo presidente (en el caso de que PSC, PP, C's y Catalunya sí que es pot voten en contra, sumando 63). Así, la lista de Junts pel sí necesitaría el voto a favor del partido de izquierdas para evitar celebrar elecciones

En porcentaje de votos, Junts pel sí y CUP suman el 47,8% y no obtienen mayoría. Esta circunstancia es importante si estos comicios se leen como un plebiscito. Con las cifras en la mano, los soberanistas han ganado las elecciones autonómicas, pero han perdido el plebiscito sobre el independentismo.

Aun así, Mas y también el cabeza de lista de Junts pel Sí, Raül Romeva, argumentaron durante la campaña que el triunfo en escaños avalaba la puesta en marcha de su proyecto, que contempla abrir un proceso de negociación con el Gobierno central y crear “estructuras de Estado” para proclamar la independencia. Para intentar avanzar en esa vía -que tras los comicios ha quedado debilitada– requerirá los votos de la CUP. El partido de extrema izquierda apuesta por la “la construcción nacional”, pero rechaza la posibilidad de apoyar la investidura de Mas.

A pesar de quedar lejos de la mayoría absoluta, el discurso de los líderes de Junts pel Sí estuvo marcado por la euforia. “Hemos ganado”, gritó Mas en distintos idiomas. “Ante la sociedad y ante el mundo ha ganado la independencia”, aseguró Oriol Junqueras, el presidente de ERC. La formación prometió que continuará con el proceso soberanista en “las instituciones y en la calle”.

Para los partidos contrarios a la indepencia, el resultado de ayer supone una derrota sin paliativos de Mas. Ciudadanos es una de las formaciones con más motivos para celebrar. El partido liderado por Albert Rivera y con Inés Arrimadas como cabeza de lista a la Presidencia de la Generalitat logró 25 escaños frente a los nueve que tenía actualmente. Un salto que ha superado todas las expectativas. El partido naranja se convierte así en el segunda fuerza política y primer partido de la oposición. Parte de los votos que ha ganado Ciudadanos los ha perdido el Partido Popular. La formación liderada en Cataluña por Xavier García Albiol se ha quedado con el 8,5% de los votos y 11 escaños. Ha perdido ocho escaños. Son los peores resultado del Partido Populardesde 1992.

El otro gran partido de ámbito estatal, el PSOE, vio como los socialistas catalanes del PSC se mantenía como la tercera fuerza política. Miquel Iceta logró mejores resultados del que auguraban la mayoría de encuestas. El PSCobtuvo el apoyo del 12,7% del electorad y se anotó 16 escaños, cuatro menos que actualmente. Así, no se produjo una pérdida de votos hacía Cataluña Sí que es Pot, la formación que integra en sus listas a Podemos. Su líder, Lluis Rabell obutvo 11 escaños, una más que la CUP. El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, reconoció que los resultados fueron “decepcionantes”.

La composición del hemiciclo catalán deja varias lecturas en función del enfoque. Desde el punto de vista soberanista, el Parlamento contará con mayoría de diputados claramente independentistas. Sin embargo, esta postura no contará con la fortaleza de una mayoría de votos en las urnas. Los partidos que rechazaron que estas elecciones fueran un referéndum independentista suman 63 escaños, pero el 52% de los votos.

Dentro de este bloque, coexisten partidos como el PPo Ciudadanos, más partidarios de mantener el estatu quo, con otros como el PSC, que reclama una reforma constitucional para buscar un mejor encaje de Cataluña dentro de España. Por otra parte, Cataluña Sí que es Pot se muestra partidario del “derecho a decidir”, lo que les acerca a las posiciones defendidas por Junts pel Sí o la CUP. Pablo Iglesias reiteró que la postura de su partido es que “los catalanes decidan su futuro”.

Una legislatura extraña

La legislatura que se inicia ahora es particular. Junts pel Sí y la CUP, los dos partidos que en principio están llamados a cooperar, coindicen en el eje nacionalista, pero integran sensiblidades totalmente alejadas en el ambito social. Convergència Democrática de Catalunya, la formación con más peso dentro de Junts pel Sí, forma parte del catalanismo moderado y de centro-derecha. La CUP se ubica en el movimiento antisistema y apuesta por impagar la deuda y abandonar la Unión Europea. Estas posturas tan alejadas plantean muchos interrogantes sobre el devenir de la actual legislatura.

Otra duda es quién ocupará la silla del presidente de la Generalitat. Artur Mas se presentó como número cuatro en lista de Junts pel Sí, pero hubiera sido investido en caso de que la formación hubiera logrado los votos necesarios. Una de las pocas esperanzas que le quedaban a Mas era que la CUP se abstuviera en la segunda vuelta de su hipotética investidura. Sin embargo, este escenario tampoco es factible porque, al cierre de esta edición, C’s, PSC, Cataluña sí que es Pot y PP sumaban 63 escaños frente a los 62 diputados de Junts pel Sí.

El partido que ha ganado las elecciones deberá abrir ahora un proceso de negociación con la CUPpara lograr el apoyo del partido liderado por Antonio Baños a un candidato que podría ser Romeva, el cabeza de lista de Junts pel Sí y que procede de Iniciativa per Catalunya. La posibilidad de intentar alcanzar un pacto con otras formaciones resulta improbable en la medida en que Junts pel Sí nació con el único objetivo de llevar a cabo el proceso soberanista.

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