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La experiencia enriquece el currículum

Ser descartado en una entrevista de trabajo tiene su lado positivo

Los expertos recomiendan aprovechar la experiencia para ganar competencias Si se causa una buena impresión se puede 'ganar' la entrada en nuevos procesos

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La primera reacción humana de quien acaba de saber que ha sido descartado de un proceso de búsqueda tras realizar una entrevista de trabajo, siempre es enfadarse. Pero los expertos recomiendan que, una vez encajado el golpe, se proceda a sacar todas las conclusiones posibles del fallido intento de ser contratado. Eso puede servir para pulir algunos defectos del candidato, o incluso para que los empleadores, satisfechos por la actitud constructiva del sujeto, piensen en él si no cuaja alguno de los perfiles seleccionados. O para futuros procesos.

“Los candidatos deberían tener en cuenta que el proceso no se acaba cuando te rechazan. Si se ha causado buena impresión es muy probable que recurran a ti si alguno de los perfiles seleccionados no cuaja o si se abre un nuevo proceso”, explica Salvador Sicart, director de Hays Response, filial especializada en perfiles medios de la multinacional de selección de profesionales.

Tres consejos

Frialdad. La respuesta más humana a un rechazo es el enfado y la frustración. “Personalizar la derrota en una empresa o entrevistador es un error frecuente”, explica Salvador Sicart, de Hays Response. Nunca se sabe si se va a volver a ver al posible empleador, ni en qué circunstancias.

Análisis. Tras digerir el golpe, conviene ver en qué se ha fallado y tratar de mejorar. Eso incluye llamar al entrevistador para conocer su opinión.

Humildad. El orgullo es mal compañero de quien busca empleo. “La persona que hoy te dice que no, mañana te puede decir que sí”, asegura Nekane Rodríguez, de Lee Hacht Harrison. De ahí la importancia de reconocer la derrota y no mostrarse indiferente ante ella.

En muchas ocasiones sucede que el candidato es considerado excelente, pero es descartado porque no reúne algún requisito que el empleador considera imprescindible. “En ese caso es cuestión de tiempo que le vuelvan a llamar. Ya sea cuando salga un puesto nuevo o incluso si se crea uno pensado para ese perfil particular”, apunta Alberto Terrón, responsable de banca y seguros de la consultora Randstad Professionals.

Causar buena sensación se consigue teniendo un perfil interesante. Pero también mostrando una actitud adecuada. En este sentido, los especialistas en selección valoran mucho a los candidatos que, tras saber que han sido rechazados, se ponen en contacto con la empresa en cuestión para profundizar en las causas que han llevado a descartarle. “Pedir un feedback a quien te ha rechazado es una muestra de humildad y de espíritu de mejora continua, valores que cualquier empleador desea para los miembros de su plantilla”, aspostilla Sicart.

Conviene reflexionar sobre los puntos fuertes y flojos de uno mismo, hacer un trabajo de autocrítica para dilucidar si en la entrevista no se ha sabido expresar de forma correcta el mensaje que se quería dar o si realmente no se contaba con las competencias necesarias para el puesto. A eso ayuda mucho llamar al entrevistador y preguntarle qué razones cree que han hecho que el interesado no haya salido escogido, qué cree que podría haber hecho mejor, etcétera.

“Muchas veces no ha pasado nada: simplemente se ha cambiado de criterio durante el proceso, se ha modificado el tipo de perfil requerido o han entrado en escena cuestiones presupuestarias”, ilustra Nekane Rodríguez, directora general de Lee Hacht Harrison, la consultora de recolocación y gestión de talento del grupo Adecco.

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Con esa conversación posterior a la entrevista podemos comprobar si el rechazo se ha producido realmente porque el candidato no era válido o por motivos ajenos e incontrolables. También ayuda a ver si no se ha sabido transmitir adecuadamente el mensaje, si realmente no se daba el perfil requerido para cubrir la vacante.

Quien no sea capaz de detectar puntos de mejora tras analizar fríamente cómo ha ido la entrevista debería acudir, recomienda Rodríguez, a profesionales (como los de su empresa). Esos datos servirán para ampliar o perfeccionar competencias que se daban por dominadas o que no se consideraban relevantes para el tipo de trabajo al que se optaba.

En el caso de perfiles de responsabilidad, ser rechazado en un proceso puede aportar además información valiosa. “Es posible que el candidato salga de la entrevista con una visión detallada de lo que necesita la empresa en cuestión y de cómo se está abordando la situación en ese mercado concreto”, reseña Terrón, de Randstad. Esas pistas son valiosas de cara a futuras entrevistas.

Tampoco se debe olvidar que digerir de forma adecuada un aparente fracaso en un proceso de selección puede abrir las puertas a otra oportunidad mejor. La actitud cuenta.

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Sobre la firma

Manuel G. Pascual
Es redactor de la sección de Tecnología. Sigue la actualidad de las grandes tecnológicas y las repercusiones de la era digital en la privacidad de los ciudadanos. Antes de incorporarse a EL PAÍS trabajó en Cinco Días y Retina.

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