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Columna
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Un yuan lejos de tocar fondo

La nueva política cambiaria de China está guiando la moneda a la baja. El banco central ha fijado el precio oficial del yuan frente al dólar estadounidense marcadamente más débil por segundo día consecutivo. Es la señal más fuerte hasta ahora de que el empuje a la devaluación está lejos de ser un hecho aislado.

El día después de que el Banco Popular de China cambiara a un sistema más “orientado al mercado” para fijar el tipo de cambio, tuvo la primera oportunidad de mostrar a los inversores cómo funcionaría el mecanismo. El banco central señaló que prestaría más atención al cierre de los precios de mercado del día anterior para fijar el cambio oficial. Al final fue más allá, fijando el tipo en 6,3306 por dólar estadounidense –un poco más débil que el cierre del día anterior–. En lugar de seguir al mercado, el Banco Popular de China parece llevarlo.

El giro de China sirve para múltiples propósitos. Las autoridades pueden apuntar a las demandas del Fondo Monetario Internacional para dar a las fuerzas del mercado un papel más importante en la determinación del valor de la moneda. El FMI acogió con cautela el cambio, lo que refuerza la posibilidad de incluir el yuan en la cesta de monedas que componen sus Derechos Especiales de Giro a finales de este año. La nueva política cambiaria también concuerda con el antiguo compromiso de los líderes chinos para que la oferta y la demanda jueguen un “papel decisivo” en la economía.

Pero estas son consideraciones secundarias del que parece ser el objetivo principal, que es aliviar la presión sobre la economía de China haciendo que las brillantes exportaciones del país sean más competitivas. El Banco Popular de China insiste en que no hay ninguna base para una devaluación sostenida.

Dada la desaceleración de China, un cierto debilitamiento del yuan parece justificado. Pero hasta que el Banco Popular de China dé algún paso, los inversores asumirán que su nueva política apunta a un yuan más débil.

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