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Un nuevo informe pericial del catedrático sostiene que la debacle fue imprevisible

Bankia se apoya en Carbó para defender su salida a Bolsa

Bankia ha remitido al juez de la Audiencia Nacional que investiga su salida a Bolsa un nuevo informe pericial elaborado por los economistas Santiago Carbó y Francisco Rodríguez Fernández.

Imagen de la Bolsa de Madrid el día del salto al parqué de Bankia.
Imagen de la Bolsa de Madrid el día del salto al parqué de Bankia.Pablo Monge.
Juande Portillo

“Lo inesperado del deterioro macroeconómico en la segunda mitad de 2011 y , sobre todo, en 2012, tuvo un impacto considerable en la calidad de los activos bancarios” de Bankia “de forma sobrevenida” y “sin que fuera posible anticipar los deterioros que se produjeron” tras su salida a Bolsa.

Aunque el argumento de que la culpa fue de la crisis no es nuevo, y las defensas de la entidad y de algunos los principales exresponsables de la misma ya habían sostenido ante el juez que nadie fue capaz de ver venir la debacle, la novedad es que Bankia se apoya ahora en el análisis del prestigioso economista Santiago Carbó para tratar de evitar una posible compensación millonaria a los accionistas que acudieron a su debut bursátil.

Sus conclusiones han sido detalladas en un nuevo informe pericial, el tercero que ha encargado la entidad rescatada, remitido este martes al juez instructor del caso en la Audiencia Nacional, Fernando Andreu.

El documento ha sido elaborado por Carbó junto a Francisco Rodríguez Fernández. Ambos son catedráticos de Economía y les avala su papel de asesores de instituciones como la Reserva Federal de EE UU o el Banco Central Europeo.

La tesis central de su informe, de 130 páginas, es que cuando Bankia salió a Bolsa en julio de 2011 la expectativa general era de recuperación económica y nadie podía prever que una nueva recesión aguardaba a la vuelta de la esquina.

Así, los economistas destacan, con abundantes muestras documentales, que todas las instituciones públicas de referencia –entre las que citan al Banco de España o al Fondo Monetario Internacional– y privadas –como Funcas, AFI, BBVA, Esade, el Instituto de Estudios Económicos– además de las tres grandes agencias de rating internacionales, “consideraban que en 2011 se consolidaría la recuperación económica en España y que en 2012 se reafirmaría”.

Los expertos admiten, eso sí, que “el deterioro en los activos, rentabilidad y solvencia de Bankia se resintió de forma algo más importante que el del sector”, lo que achacan a su importante carga inmobiliaria, “cuya pérdida de valor se aceleró con el cambio inesperado en la macroeconomía”.

Este nuevo informe pericial presentado por Bankia, al igual que los dos anteriores que aportó, tiene por objeto rebatir el testimonio de los dos peritos judiciales que concluyeron que la entidad financiera salió al parqué ofreciendo información que no se correspondía con la realidad, lo que propició su posterior debacle y el consecuente menoscabo para sus accionistas. Solo contando a los minoritarios están en juego 1.800 millones en indemnizaciones.

Previsiones versus realidad

Estas son algunas de las principales conclusiones que incluye el nuevo informe pericial encargado por Bankia a los catedráticos Santiago Carbó y Francisco Rodríguez Fernández para defender su salida a Bolsa, y que han sido resumidas por Efe:

En el momento del debut bursátil, en julio de 2011, las grandes instituciones públicas internacionales (FMI, BCE, OCDE, Banco de España, Eurostat e INE) tenían una previsión de crecimiento de la economía española en 2012 de entre el 1,5 % y el 1,7 % y nadie, recuerdan, esperaba que hubiera una segunda recesión.

Pero la realidad fue que la hubo y la economía española retrocedió un 1,4 % al año siguiente del debut de Bankia, a pesar de que todos confiaban en que en 2011 se consolidaría la recuperación económica de España y en 2012 se reafirmaría.

“No fue hasta los primeros meses de 2012 -cuando el banco ya cotizaba- cuando se comenzaron a ofrecer previsiones de la caída del PIB en ese año y su magnitud no fue realmente aproximada a la realidad hasta la primavera de ese año”, rememoran.

El margen de error de los principales institutos fue de más de tres puntos, “lo que da una idea de lo imprevisible de la situación que se produjo en la macroeconomía española en el año posterior a la salida a Bolsa de Bankia”, la misma tesis que ha defendido siempre el expresidente del banco, Rodrigo Rato.

Y una muestra más del imprevisible deterioro de la economía fue que el BCE subió los tipos de interés en la primera mitad de 2012, lo que, argumentan, demuestra que no se preveía una caída del PIB español como la que se produjo.

Por eso el paro tuvo un comportamiento muy diferente al previsto, pues si en el momento de la salida a bolsa de Bankia se pensaba que que el empleo crecería un 0,6 % en 2012 (unos 106.000 empleos) hasta bajar la tasa de paro al 20,1 %, la realidad fue que en 2011 se destruyeron 585.100 empleos y en 2012, otros 733.700 más, de manera que la tasa de paro ascendió al 24,8 %.

Con más paro, se dispararon los impagos y la calidad de la demanda de crédito empeoró mucho, lo que explica que en 2011 la tasa de mora subiera del 5,48 % al 6,93 %, en tanto que entre julio de 2011 y julio de 2012 creciera más del doble (3,16 puntos) y se situara en el 10,09 %.

El saldo de dudosos creció en 24.078 millones el año previo a la salida a Bolsa, y en 48.718 millones en los 12 meses siguientes, al tiempo que se produjo un ajuste en el mercado inmobiliario y el cierre de los mercados de deuda.

“El deterioro de los activos, rentabilidad y solvencia de Bankia se resintió de forma algo más importante que el del sector en la segunda mitad de 2011 y en 2012 por su nivel de especialización en activos vinculados al sector inmobiliario, cuya pérdida de valor se aceleró con el cambio inesperado en la macroeconomía”, añaden.

Los dos economistas autores de este nuevo informe rememoran que las nuevas exigencias al sector impulsadas por el ministro de Economía, Luis de Guindos, en febrero y mayo de 2012, exigieron a la banca la dotación de más de 50.000 millones.

Esto provocó que se elevaran las provisiones por deterioro de activos de las entidades, y especialmente de Bankia por su exposición inmobiliaria, de tal manera que en 2012 superaron en casi un 40 % los ingresos del sector.

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