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Shanghái cede más de un 8% ante los malos datos económicos

La Bolsa china se colapsa en su peor sesión en ocho años: ¿cuáles son los motivos?

Las Bolsas chinas han sufrido hoy uno de los mayores desplomes diarios de su historia, el mayor desde 2007, con caídas de un 8,48% en Shanghái y un 7,59% en Shenzhen, apenas dos semanas después de empezar a recuperarse de su peor mes, en el que llegaron a perder un tercio de su valor. Desde su suelo de julio, el parqué chino rebotaba un 16%, pero ahora vuelve a las andadas en medio de malos datos empresariales y ante el temor de que las intervenciones de las autoridades del gigante asiático no sean suficientes para sostener al mercado.

Aunque en los últimos días parecía que la situación tendía a estabilizarse y el martes pasado el índice general de Shanghái, el referente de los parqués chinos, llegó a superar la línea psicológica de los 4.000 puntos, bajo la que se hundió durante esas tres semanas y media de caídas.  Más de la mitad de los valores que cotizan en ambos mercados, es decir, más de 1.600 empresas listadas, alcanzaron hoy pérdidas de un 10%, que es la variación máxima diaria que permite la normativa bursátil china, y entre ellas estaban todas las corredoras de Bolsa que cotizan en los parqués chinos.

La debilidad mostrada por China afecta a las materias primas, puesto que el país es el mayor importador mundial de commodities. Por eso, hoy el oro cae otro 0,15%; el paladio, el platino y el cobre, otro 0,7%; el níquel, más de un 2%; el estaño, un 1,1%...

También el resto de Bolsas emergentes se ven perjudicadas por la situación en China. Todos los parqués asiáticos cerraron en rojo y el índice MSCI de mercados emergentes cotiza en mínimos de dos años, por las dudas sobre la economía china.

Causas

¿A qué se debe este mal comportamiento de la Bolsa china? Hay varias razones. La primera, que los datos económicos siguen mostrando una debilidad de la segunda economía mundial. Esta mañana la Oficina Nacional de Estadísticas ha anunciado que los beneficios de las principales firmas industriales chinas han caído un 0,3% interanual en junio, en fuerte contraste con el crecimiento de un 0,6% interanual que registraron en mayo.

De hecho, el viernes el índice  PMI flash de gestión de compras a la producción de China de la revista económica Caixin también aumentó su contracción en julio, hasta los 48,2 puntos, por debajo de los 49,4 de junio (cuanto más alejado está el indicador de 50 mayor es la contracción, mientras que por encima de 50 marcaría expansión).

Otra razón es técnica. La Bolsa china había rebotado un 16% desde sus mínimos de comienzos de julio, cuando tocó suelo antes de que las autoridades del gigante asiático decidieran intervenir en el mercado. Y aquí llega otra causa del descenso del hoy: el mercado no ve sostenible que China mantenga artificialmente la Bolsa. Según la agencia Bloomberg, el FMI ha urgido al país asiático para que no pervierta el mercado en exceso.

A comienzos de mes, cuando la Bolsa china emprendió un acelerado descenso, las autoridades del país acordaron poner en marcha una serie de medidas de emergencia para sostener al mercado que solo pueden ser temporales. "Los inversores temen que el Gobierno chino retire las medidas de apoyo al mercado. Una vez que desaparecieran, el mercado no podría sostenerse por sí solo", avisa Sam Cho Yung, estatega de Delta Asia Securities, en declaraciones a Bloomberg. 

Entre esas medidas excepcionales que puso en marcha China está la compra de acciones de compañías públicas por valor de 4 billones de dólares, la posibilidad de que 1.400 empresas inhibieran su cotización y una ronda de financiación para las empresas por valor de 480 millones de dólares.

Otra razón del desplome de hoy es el aumento de la volatilidad en el mercado. En concreto, el índice de volatilidad de la Bolsa de Shangai está en máximos desde 1997. El desplome de hoy en Shanghái y Shenzhen parece deberse una vez más a esa enorme volatilidad tan habitual en el mercado chino, especialmente sensible a los rumores y al ánimo de sus 90 millones de inversores individuales, en su mayoría aficionados sin nociones financieras, que han volcado sus ahorros en la renta variable.

Dado que su actividad supone cuatro quintas partes del volumen de negocio diario de las bolsas chinas, la actitud de estos inversores fue clave en los siete meses de burbuja alcista que hubo desde 2014 y en su fuerte pinchazo de junio y julio, que sólo pudo ser frenado con una fuerte intervención de las autoridades en los mercados.

José Luis Martínez Campuzano, estratega jefe de Citi para España, señala que "el anuncio del viernes pasado sobre la banda de fluctuación de su divisa, sin apenas concreción, tampoco genera confianza". Las autoridades del país chino anunciaron que elevarían esta banda de fluctuación.

Desde Barclays prevén, con los datos actuales encima del tapete, un crecimiento plano de la economía china en el segundo semestre, aunque mantienen su previsión de aumento para el conjunto del ejercicio en el 6,8%. "Esto supondría la estabilización de la inversión inmobiliaria y una sólida inversión en infraestructuras". Sobre el nuevo rango de oscilación del yuan, Barclays apunta al aumento de un punto porcentual del 1% de marzo del año pasado. Entonces el Banco de China amplió la banda hasta un rango arriba y abajo del 2%.

El pinchazo de la burbuja

Con medidas como fuertes inyecciones de financiación para el crédito marginal (para que firmas y particulares, a través de sus corredoras, lo puedan invertir en Bolsa) y la movilización de todo tipo de entidades bajo control estatal para estabilizar los parqués, con apoyo de algunas firmas privadas, la sangría se frenó el día 9.

Sin embargo, la bajada sin freno de Shanghái y Shenzhen sólo se frenó ese 9 de julio tras un anuncio policial. La Oficina de Delitos Bursátiles del Ministerio de Seguridad Pública (policía) y la Comisión Reguladora del Mercado de Valores de China (CRMV) dijeron estar investigando a las entidades y personas que hicieron “venta corta maliciosa” en los últimos minutos del día, mientras Pekín orquestaba intentos de salvar los parqués.

Aquella jornada Shanghái se hundió un 5,9%, y Shenzhen otro 2,95%, pero en la mañana siguiente, prácticamente al minuto de que el viceministro de seguridad pública anunciara esa investigación, ambas bolsas se dispararon, en el caso de Shanghái para firmar su mejor jornada desde 2009, con ganancias de un 5,76%.

De hecho la CRMV acaba de iniciar ahora su investigación sobre ocho empresas listadas en el país, de las que sospecha que vendieron sus acciones durante aquellos días críticos de una manera ilícita, aunque las pesquisas parecen sobre todo dirigidas a mantener estable la confianza de esos 90 millones de inversores individuales.

Desde el día 9 las Bolsas habían parecido recuperarse, y la referencia de Shanghái llegó a remontar el pasado martes la línea psicológica de los 4.000 puntos, aunque Pekín había anunciado que no consideraría que los parqués se han estabilizado hasta que el indicador shanghainés vuelva a superar al menos los 4.500 puntos.

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