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Euclid Tsakalotos

El ‘gentleman’ marxista

Sustituye al polémico Yanis Varufakis al frente del Ministerio de Finanzas griego Defiende que las políticas neoliberales han generado un aumento de la desigualdad

Caricatura de Euclid Tsakalotos.
Caricatura de Euclid Tsakalotos.Hogue

Cuando el pasado lunes Yanis Varufakis anunciaba por sorpresa que dejaba de ser ministro de Finanzas, su nombre apareció de inmediato en las apuestas. Pronto se confirmó. Euclid Tsakalotos era el elegido para sustituir a su polémico antecesor. Doctorado en la reputada Universidad de Oxford (Reino Unido), camufla detrás de su flema británica ideas económicas herederas de la tradición marxista.

En uno de los seis libros que ha publicado, Crisol de resistencia: Grecia, la zona euro y la crisis económica mundial (2012), defiende que, lejos de ser un país rezagado económicamente, Grecia ha sufrido dos décadas de modernización neoliberal antes de la crisis financiera en 2008. Su resultado –argumenta–, un ensanchamiento de la desigualdad social y un déficit democrático enorme.

“Nosotros solo somos más radicales en el sentido de que hemos sido influenciados por el movimiento antiglobalización y que creemos en la democracia participativa”

Tres son las grandes diferencias entre su predecesor y Tsakalotos. Este economista no es un verso suelto. Se integró en 2004 en Syriza, de cuyo Comité Central forma parte. Varufakis, no. También les separa el carácter. Uno, mediático, provocador y pinturero; poco amante de los focos, de modales pausados y tímido, el otro. Por último, si el exministro habla un excelente inglés con acento griego, a su sucesor le sucede lo contrario. Su correctísimo griego mantiene resonancias británicas. Se educó desde pequeño en la lengua inglesa.

Nacido en Rotterdam (Holanda) en 1960, hijo de un ingeniero de la industria naviera griega, pronto se trasladó junto con su familia a Londres. Allí se formó en el prestigioso colegio de Saint Paul’s. Por sus aulas, por ejemplo, pasó también George Osborne, el canciller de la Hacienda británica en el Ejecutivo del conservador David Cameron. Con este último, Tsakalotos coincide en currículo universitario: estudios de Política, Filosofía y Economía en Oxford.

En esta universidad fue precisamente donde empezaron sus inquietudes izquierdistas. Militó en la sección estudiantil del partido eurocomunista griego. Las enseñanzas políticas recibidas se afianzaron más tarde, gracias a sus contactos con las corrientes altermondialistas de finales de los noventa. “Nosotros solo somos más radicales en el sentido de que hemos sido influenciados por el movimiento antiglobalización y que creemos en la democracia participativa”, ha explicado alguna vez sobre su formación.

Nada en sus antecedentes familiares parecía anticipar sus rojas querencias. Su pariente Thrasyvoulos Tsakalotos, primo de su abuelo, comandó las tropas del bando conservador, el “equivocado”, durante la Guerra Civil griega (1946-1949), en la que se enfrentaron comunistas y derechistas. La indignación por el tratamiento recibido por las fuerzas de izquierda después de la contienda le aguijonea ideológicamente.

Ha calificado esta “injusticia” como “lo más terrible” que han vivido los griegos. “Fuimos el único país donde los miembros de la resistencia fueron tratados como parias mientras que los colaboradores no”. Uno de esos combatientes que vivió el oprobio fue el padre de Varufakis, quien sufrió una temporada en la cárcel de la isla de Makronisos. Allí enviaban a los comunistas para reeducarlos

Una coincidencia más que les une. Están más cercanos de lo que aparentan alejarles las formas. Comparten la crítica al funcionamiento de la UE y a las políticas de austeridad impuestas por esta. “Nunca hemos dicho que no quisiéramos el dinero de los europeos (...), pero no lo queremos a cambio de mantener un régimen político malo que no es de ninguna manera una solución y que ha empeorado la situación”, afirmaba Tsakalotos en una entrevista con el diario francés Mediapart a finales de abril, días después de ser nombrado negociador principal de Grecia con sus acreedores.

En ese cargo reemplazaba ya a su colega Varufakis, de quien hasta entonces había sido fiel escudero como viceministro de Relaciones Exteriores. La relación entre ambos venía de lejos. Han compartido aulas y reflexiones en el departamento de Economía de la Universidad de Atenas. El aristócrata rojo, como ha sido bautizado en algunos medios helenos por ser hijo de una familia adinerada, llegaba al mundo académico griego en 1993.

Antes había ejercido como investigador en la Universidad de Kent entre 1989 y 1990. Los tres años siguientes se desempeñó como catedrático de Economía en el mismo centro. Allí conoció a su mujer, Heather D. Gibson, una escocesa con quien, además de tres hijos, comparte vocación y publicaciones. Ella trabaja como directora asesora del Banco de Grecia.

Tsakalotos carga en su roja mochila unos arduos deberes: no defraudar a todos aquellos helenos esperanzados con Syriza y que votaron no en el referéndum del pasado domingo; convencer al FMI, al BCE y al Eurogrupo de que den una oportunidad a Grecia y a sus propuestas antiausteridad; reformar la ineficiente y “corrupta” Administración pública griega; e intentar lograr una reestructuración y quita de la deuda. Toda un potente desafío para alguien, de sonrisa amable, al que no le gusta tener que dar una voz más fuerte que otra.

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